La exactriz porno Stormy Daniels dijo este martes en sus declaraciones como testigo en el juicio penal contra el expresidente Donald Trump que odia al político republicano y que quiere que vaya a la cárcel si es declarado culpable. La también directora y guionista de cine adulto hizo esos comentarios cuando la defensa de Trump le preguntó por publicaciones con esos mismos mensajes que había compartido en sus redes sociales. 

El candidato republicano a las elecciones presidenciales de este año enfrenta 34 cargos, entre ellos el de falsificación de documentos comerciales para ayudar a encubrir su aventura extramarital con Daniels, en plena recta final de los comicios de 2016, que el magnate ganó frente a Hillary Clinton. En caso de ser hallado culpable podría enfrentar varios años de prisión.

"Desequilibrio de poder"

Los fiscales interrogaron a Daniels durante más de dos horas, en las que describió un encuentro sexual con Trump en 2006, cuando ella tenía 27 años y el magnate 59. En sus declaraciones Daniels detalló cómo tras una conversación de horas en un lujoso hotel de Nevada tuvieron sexo sin usar preservativos, pero dijo no recordar cómo llegaron hasta la cama, pese a no haber tomado alcohol ni drogas. 

Nerviosa, la testigo contó que conoció a Trump en un torneo de golf y trabajaba en relaciones públicas de la empresa de cine porno Wicked Entertainment. "Sabía que era mayor, probablemente mayor que mi padre", dijo Daniels a escasos metros del magnate. La Fiscalía mostró una foto de los dos en el golf, Trump con camisa amarilla y sombrero y ella con un top negro abrazándose. 

"El señor Trump dijo que quería cenar conmigo", refirió la testigo, que relató cómo llegó a la suite del hotel, "tres veces más grande que mi departamento", donde en una de las habitaciones la esperaba el magnate con flores y en pijama de seda. Daniels contó que fue al baño y que cuando volvió a la habitación Trump estaba en la cama en calzoncillos y una camiseta.  "Me sorprendió", dijo la exactriz porno y agregó: "No esperaba que hubiera nadie allí, especialmente sin mucha ropa".

"No estuve amenazada ni verbal ni físicamente" aunque había un "desequilibrio de poder", planteó Daniels. "Sentí vergüenza por no pararlo, por no decir que no", confesó Daniels, quien aseguró que le contó esa experiencia a "muy poca gente". Trump siempre negó que tuviera relaciones sexuales con Daniels. "¿Es correcto que odia al presidente Trump?", preguntó la abogada Susan Necheles a Daniels, a lo que ésta respondió: "Sí".

Los 130 mil dólares de la discordia

Luego de escuchar las declaraciones de Daniels, la defensa de Trump buscó forzar la nulidad del juicio por el carácter explícito de los comentarios de la exactriz porno. El juez Juan M. Merchan coincidió con el equipo legal de Trump en que los fiscales no deberían haber hecho algunas de las preguntas que hicieron a Daniels, pero no consideró que eso mereciera invalidar el juicio. 

Trump escuchó las declaraciones mirando al frente con el ceño fruncido y después de la pausa de la comida, como viene siendo habitual en las últimas semanas, se reclinó en su silla y cerró sus ojos por largos periodos de tiempo. En el transcurso de las varias semanas del juicio, el primero de este tipo a un exmandatario, el exabogado de Daniels, Keith Davidson, dijo que Trump negoció un pago de 130 mil dólares en 2016 para comprar el silencio de Daniels mediante un acuerdo de confidencialidad que ocultara la aventura con el magnate 10 años atrás. 

El intermediario en esa negociación fue Michael Cohen, antiguo abogado y mano derecha de Trump, quien se espera que sea uno de los testigos estrella de la Fiscalía. La defensa de Trump dejó entrever al jurado que ese pago podría considerarse una extorsión por parte de la actriz y su abogado. Sin embargo Daniels dijo que el dinero no era la razón por la que aceptó el trato y que quería que se llegara a un acuerdo rápidamente porque estaba preocupada por una amenaza que recibió.

En su turno la defensa intentó pintar, en repetidas ocasiones, a la actriz como una mentirosa impulsada por la codicia, usando extractos de un libro autobiográfico en el que Daniels relata su historia con una versión distinta de los hechos. El proceso se retomará el jueves, luego de que el juez Merchan decretara que los miércoles sirvan de pausa mientras continúe el juicio.