Desde Roma
El Papa Francisco quiere que el mundo tome consciencia de que sin solidaridad no hay soluciones y pide que para conseguir eso, organizaciones de todo el mundo incentiven la fraternidad y la coordinación internacional para encontrar soluciones a los problemas actualmente vigentes en todo el planeta. Y no sólo a nivel de la paz sino también de la información, del trabajo que tiende a desaparecer, de los niños, del cambio climático. Y con este objetivo el Vaticano organizó tres grandes eventos internacionales en menos de diez días: del 8 al 10 de mayo se hizo el encuentro sobre el futuro del trabajo en el mundo titulado “El cuidado es trabajo, el trabajo es cuidado. Construyendo una comunidad transformadora global”, donde se habló, entre otros puntos, de la inteligencia artificial que dejará sin trabajo a mucha gente. El 10 y 11 de mayo fue el momento del “Encuentro Mundial sobre la fraternidad humana. Be Human” con la participación de unos 30 Premios Nobel invitados por el Papa pero también de economistas, investigadores, médicos, profesores. El objetivo fue discutir y hacer propuestas sobre el futuro de la humanidad y la paz. El próximo evento se llevará a cabo del 15 al 17 de mayo, siempre en el Vaticano, sobre el cambio climático y fue titulado “De la crisis climática a la resiliencia climática”, es decir la capacidad de prepararse para afrontar y responder a los efectos del cambio climático. Este es un tema al que Francisco siempre ha prestado mucha atención como demostró en su encíclica ecologista “Laudato si” de 2015.
BeHuman
El Congreso Mundial sobre la Fraternidad Humana, titulado también “BeHuman” (Sé humano), fue organizado por la Fundación Fratelli Tutti, cuyo nombre proviene de la encíclica del Papa Francisco del 2020 titulada precisamente “Fratelli Tutti” (todos hermanos). Comenzó el pasado viernes con una mesa redonda sobre la paz (“Tavolo per la pace” en italiano) donde se habló de las guerras en curso en el mundo y las posibilidades de paz de la que participaron numerosos Premios Nobel, luchadores por derechos humanos, expertos, investigadores, etc.
El evento fue inaugurado por el cardenal Secretario de Estado vaticano (número dos de la Santa Sede), Pietro Parolin, quien destacó que “aún reafirmando el derecho inalienable de la autodefensa, la guerra es siempre un fracaso de la humanidad toda y no sólo de los países implicados”. Las guerras “no están destinadas a resolver los problemas sino más bien a agravarlos”. Según Parolin hoy hay que poner en discusión también el concepto de “guerra justa”, idea nacida en una época en la que los conflictos se extendían a áreas limitadas. “En la época contemporánea, con la llegada de armas nucleares y de destrucción de masa, esta teoría se presenta altamente problemática”, explicó.
Parolin también hizo referencia a la Bula de Convocación del Jubileo 2025 que recientemente difundió el Papa Francisco y donde subrayó que sin diálogo no sólo no se construye la paz sino que se provoca la guerra, que sustituye la voz de la diplomacia con las armas.
El secretario de estado mencionó asimismo la justicia social, cuya ausencia sienta las bases de la pobreza, dijo, y los países que no logran pagar su deuda externa . “Aunque la deuda debe ser pagada, la fraternidad entre las naciones debería ayudarlos a sostener el progreso”, indicó.
En cuanto a las armas recordó que en 2023, los gastos en armamentos en el mundo llegaron a 2,443 billones de dólares, mientras la ayuda para el desarrollo de los pueblos alcanzaba sólo 233.000 millones “Las guerras siguen creciendo porque la industria de las armas sostiene la economía de muchos países”, añadió, y recordó una frase de Pio XII: “Nada se pierde con la paz. Todo puede perderse con la guerra”.
El mensaje del Papa
Los participantes de la mesa redonda inugural fueron recibidos por el Papa Francisco en el Vaticano este sábado y luego por el presidente de Italia, Sergio Mattarella.
Francisco les dirigió un mensaje concentrado en la guerra. “En un planeta en llamas ustedes se han reunido para reiterar su ‘No’ a la guerra y su ‘Si’ a la paz, testimoniando la humanidad que nos une y nos hace reconocer como hermanos aún con diferencias culturales”, indicó, citando luego una frase del líder afro-estadounidense Martin Luther King que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1964 : “Hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los peces. Pero no hemos aprendido aún el simple arte de vivir juntos como hermanos”. Y Francisco añadió: “Es así. Y por eso ahora nos preguntamos ¿cómo podemos volver a hacer crecer el arte de la convivencia que sea verdaderamente humana?”.
Concluyendo el Papa elogió el trabajo hecho sobre las 12 mesas de discusión que tuvo el convenio para construir políticas buenas basadas en los principios de la fraternidad. "De todas estas discusiones puede nacer una Carta del Humano que incluya, junto a los derechos, también los comportamientos y las razones prácticas de lo que nos hace más humanos en la vida”.
“La guerra es siempre una derrota, como lo es la idea de una seguridad nacional basada en el elemento disuasivo del miedo, que es otro engaño. Para garantizar una paz duradera es necesario volver a reconocerse parte de la humanidad y poner la fraternidad en el centro de la vida de los pueblos”, concluyó.
Los Premios Nobel
En esta mesa redonda como en las restantes 11 que se realizaron dentro y fuera del Vaticano, participaron numerosos activistas de la paz y los derechos humanos. Entre ellos varios Premios Nobel como la indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, la periodista filipina Maria Ressa, el periodista ruso Dmitrij Muratov, el médico costarricense Carlos Umaña, copresidente de la organización internacional Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear, Premio Nobel de la Paz como organización en 1985.
También participaron del debate otras personalidades, la viuda de Nelson Mandela, Graca Machel Mandela, el administrador de la NASA (National Aeronautics and Space Administration) de Estados Unidos, Bill Nelson, y la presidenta de la Fundación Nobel, Astrid Soderberg Widding, entre ellos.
“De frente a la crisis global en la que no hay un verdadero diálogo ni un verdadero multilateralismo sino sólo posiciones de poder, -declaró a la prensa Rigoberta Menchú- tenemos una gran oportunidad. La mayor parte de los presentes en este vértice mundial ha ejercitado un liderazgo espiritual, político o técnico. Juntos podemos constituir una alianza global con la gente común porque la mayoría de la población mundial no toma decisiones sobre su futuro sino que vive de las decisiones de otros”.
Maria Ressa, Premio Nobel de Filipinas, ante la pregunta de Página/12 si los Premio Nobel podrían cambiar la situación del mundo actual, ella respondió: “Tenemos que tratar. Yo no sé si será posible. Pero no tratar sería criminal, no tratar significa aceptar el mundo como es. Yo no estaré silenciosa. Usted no debe estar en silencio. Usted puede hacer el mundo que usted quiere. Creo que el problema ahora es la tecnología porque la tecnología ha sido convertida en un arma”.
¿Usted cree que puede ser importante el accionar del Vaticano? “Para los líderes como el Papa la guerra es un gran desafío. El mundo tiene necesidad de líderes”.
El médico costarricense Carlos Umaña, copresidente de la organización internacional Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear, habló con Página/12 del encuentro organizado por el Vaticano como de “una oportunidad también para nosotros, de poder intercambiar ideas y buscar nuevas formas para abordar los problemas en los que estamos trabajando”. Interrogado sobre una posible guerra nuclear ante las recientes amenazas de Rusia subrayó: “Este es un momento crítico, el de mayor riesgo de toda la era nuclear. Ya son varios los expertos que concuerdan sobre este punto. Sobre todo porque tenemos un avance tecnológico que hace que la escalada de la guerra nuclear pueda durar minutos. Y hay muy poca comunicación entre los polos, Estados Unidos y Rusia. Ahora tenemos dos guerras importantes, Medioriente y Rusia- Ucrania, que involucra a estados nucleares. El problema es que desencadenar una guerra nuclear a gran escala puede ocurrir en poco tiempo y no todos los países se darán cuenta. Las consecuencias pueden producir un desastre mundial ”.
Los dos días de reuniones se concluyeron el sábado por la tarde con una mesa redonda sobre “Niños Generación Futuro” y un muy emotivo encuentro del Papa Francisco con numerosos pequeños de distintas edades a los que les hizo preguntas sobre el mundo y sobre la importancia de la fraternidad.
Por la noche, todo concluyó con un concierto desde el atrio de la basílica de San Pedro, en el que actuaron dos famosos italianos, Giovanni Allevi y Roberto Vecchioni, además del cantante country estadounidense, Garth Brooks.