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Jueves 6 de Enero del 2000
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Chapman Nro.2

Hannibal Puesto

Preguntas y respuestas sobre el atentado a George Harrison, el hecho que conmovió al mundo el 31 de diciembre del siglo pasado.
¿Cómo entró Michael Abram a la mansión supercustodiada del beatle? Fue fácil, dado que los guardias de seguridad –identificados por sus túnicas budistas color naranja– flotaban en una nube de opio, mientras escuchaban el cd Greatest Hits of the cítara.
¿Quiénes fueron los primeros músicos que le acercaron su solidaridad a George? Bryan Adams (quien le cantó por teléfono canciones de Cuts like a knife), Charly García (quien le envió un tape casero de “Cuchillos”), Danny Elfman (compositor de la banda de sonido de El joven manos de tijera) y Trent Reznor, de Nine Inch Nails.
¿Cuál era uno de los objetivos secundarios de Abram? Cortarle al beatle un mechón de pelo para vendérselo a Christie’s, Sotheby’s o el Rock and Roll Hall of Fame. ¿O fue un enviado de Crispian Mills, de Kula Shaker?
¿Es cierto que Abram admiraba a Mark David Chapman? No. Abram tiene un problema con los sonidos orientales, no con “Revolution Number Nine”.
¿Qué fue lo primero que dijo Harrison cuando fue atacado? “¡Cielos! ¡Yoko Ono!”.
¿Quiénes iban a ser las próximas víctimas de Abram? Los hermanos Gallagher, Danger Four, The Beats, Juan Alberto Badía y Marcelo Tinelli.
La chica que entró en la casa de Harrison en Hawaii, ¿tenía intenciones asesinas? Sí, pero su arma favorita era una tabla de surf.


Ambición
tucumana

PABLO PLOTKIN

Prepárense para conocer a un hombre dispuesto a todo. Rolo Marín, voz y líder de la banda tucumana 448, se acomoda el gorro y se enciende con la seguridad y la calma de Hannibal Lecter, el psiquiatra caníbal de la trilogía de Thomas Harris (Dragón Rojo, El Silencio de los Corderos y Hannibal). Compruébenlo: “Queremos el mundo. Queremos todo. Somos una banda con mucha ambición, que no es lo mismo que codicia. Queremos títulos. Esto es como el boxeo: para ser campeón tenés que ser el mejor, y creo que lo somos. Somos una gran banda. Estamos detrás de un sueño y somos tipos dispuestos a todo. En Buenos Aires por ahí no nos conocen, pero en el resto de Argentina hicimos muchas cosas, somos un culto en muchos lugares. Llegamos a pueblos donde hay paredes escritas con el nombre de la banda, pibes con tatuajes, y metemos 2 mil personas en los conciertos”.
Formada en 1993 al fuego de Rage Against The Machine, 448 fue la cabeza visible del movimiento rockero local anti Bussi. “La primera época de nuestros shows era muy difícil”, relata. “Llegaban los patrulleros y se llevaban a la gente. Siempre fue una lucha cuerpo a cuerpo con la gente de Bussi, pero yo estoy convencido de que el arte tiene que luchar contra las injusticias, y este tipo por suerte ya no está más. Y le hemos hecho la vida imposible: él estaba ascendiendo y nosotros tocando a tres cuadras en contra suya”. Acaban de editar su segundo disco, Carnaval del Caos, a través del sello Edel. Colaboran, entre otros, Nekro, de Fun People, y Matías Kritz (Carne Para Cerdos). “Esta vez apostamos al arte, a la esencia del alma, la revolución espiritual. No es un disco político. Es un disco más humano. Este mundo está lleno de mitos impuestos y falsos profetas: este disco pretende poner el alma frente al espejo.”
Rolo es un chabón, pero no esperen respuestas de chabón si le preguntan qué música prefiere. “Nos gusta el sonido de las máquinas, los samplers y toda esa historia”, dice. “El arte es romper moldes, y la música electrónica los rompió. Tomó la esencia salvaje del rock and roll y creció con Ministry, David Bowie, Trent Reznor y muchos más. No considero artista a un tipo estructurado. No me gustan las bandas que dicen lo mismo en veinte discos. Necesito ser versátil y permeable”.


La inmolación de una disco

Y Porco voló

BRUNO MASSARE

Todos querían llevarse algo. Trepados unos a otros, colgados de las columnas, todos buscaban quedarse con su porción, no un trofeo, más bien un recuerdo de lo que fue. El último jueves, mientras el ‘99 desbarrancaba, Ave Porco daba por terminada la cuenta regresiva que había comenzado dos meses atrás, con el anuncio del cierre incondicional de la disco del chanchito. “Ave Porco tiene que ver con los noventa y nos pareció que su misión ya estaba cumplida, no queríamos maquillarlo para una nueva década. La decisión de matarlo es una elección puramente estética, es una expresión artística y un lugar así merecía un final con clase”, asegura Jorge Pizarro, quien junto a Marcia Amoroso inauguró el local allá por setiembre del ‘94. El jueves –día final– no fue la excepción: la música a un ritmo frenético y el frenesí trasladado a las pistas. A lo largo de estos cinco años, la estética del lugar giró alrededor de varios ejes: el teatro (con las inolvidables performances de Urdapilleta y Tortonese), la música electrónica, la moda y el sexo (léase shows eróticos de voltaje por lo menos inquietante). “En muy pocos lugares se ha logrado un ambiente de absoluta libertad como el que siempre existió en Ave Porco. Los límites los ponía la gente, y eso ha funcionado muy bien aquí”, dice Pizarro, que tiempo atrás estuvo a cargo de otro de los hitos de la noche porteña, el Condon Clú. Desde pasada la medianoche la cola sobre la calle Corrientes se extendía por varios metros, nadie se quería perder la despedida definitiva. Y de alguna forma, la promocionada autodestrucción no hacía más que anticiparse al destino del viejo edificio de paredes rosas, próximo a ser demolido. Pero a no desesperar nostálgicos, que ya hay planes para el futuro. “Nuestro próximo paso será abrir un centro cultural –anticipa Pizarro–. Queremos que sea un lugar abierto para muchas disciplinas artísticas, y además va a tener un fuerte acento en la parte gastronómica”. La pregunta cae al pie: ¿Acaso será ese el destino del pobre chanchito?