Para estas Primarias Abiertas simultáneas y Obligatorias (PASO), la izquierda no la tendrá fácil, luego de la floja cosecha en las últimas elecciones provinciales, en donde no supo o no pudo atraer el voto indeciso y el descontento generalizado, que esta vez se expresó en el alto porcentaje de votos en blanco (12%) o la caída en el nivel de participación. Ese sector, terminó perdiendo la banca que mantuvo durante 21 años seguidos en la Cámara de Diputados, y se quedó sin representatividad en el Concejo Deliberante capitalino, en el que alguna vez supo ser mayoría.

El panorama no es muy alentador si uno analiza que a la ruptura del Partido Obrero en el 2019, que lo llevó a conformar dos espacios hoy antagónicos, se suma que no pudieron conformar un frente de unidad sólido entre los partidos con representación en la provincia.

Así las cosas, dentro del Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad (FITU), tampoco hubo acuerdo para presentar una sola lista y habrá internas. Por un lado estarán los históricos referentes del PO local junto al PTS, con la ex concejala Cristina Foffani a la cabeza de la lista Unidad de la Izquierda. Y por otro la dirigente del MST, Andrea Villegas, con Revolucionemos la Izquierda.

Pero por fuera de esa alianza, se presenta el sector que se escindió del PO, Política Obrera, postulando al ex diputado Julio Quintana. Y por el Movimiento al Socialismo (Nuevo Mas), su precandidato es Marcos Tognolini. Estos dos partidos supieron conformar un frente para las provinciales pasadas, pero no llegaron a un acuerdo para esta ocasión.

Con propuestas similares, los cuatro espacios políticos buscarán en primera instancia superar el escollo del 1,5% de los votos que impone la Ley de primarias abiertas en su artículo 45 para seguir en carrera. Pero además, ubicarse como la fuerza de izquierda con más acompañamiento de cara a las generales del 14 de noviembre.

La renegociación de la deuda con el FMI, el no pago de la misma, “que la crisis no la paguen los trabajadores” y enfrentar el “régimen oligárquico que gobierna Salta desde hace 25 años”, son sus principales mensajes.

Buscando apuntar a ese votante que no se identifica con las propuestas existentes, el PO y su lista Unidad de la Izquierda, subraya en sus argumentos de campaña que “hay que transformar ese descontento en una salida propia de los trabajadores”.

La precandidata Andrea Villegas, aclaró que hay unidad en el FITU, pero que dirimirán quién encabeza la lista de candidatos para el 14 de noviembre en las PASO “porque tenemos dos propuestas diferentes y queremos que la gente elija”.

“Son dos proyectos políticos diferentes”, dijo la dirigenta docente que fue una de las que encabezó las luchas de ese sector junto a los Autoconvocados. Y que para que se expresen, se debía fortalecer la pluralidad interna con sus matices, “y poder ampliar el espacio con otros partidos y otras personas que luchan cotidianamente contra este sistema”. E incluso lamentó que los otros partidos, como Política Obrera o el Nuevo Mas, hayan decidido ir por fuera y no conformar esa alianza electoral, “porque compartimos el programa anticapitalista y socialista, y podríamos dar los debates y las críticas adentro del espacio”.

Pero también se diferenció de la lista que lleva a Foffani como precandidata, a cuyos referentes les endilgó que “tuvieron la oportunidad para desarrollar la izquierda en Salta”, pero que terminaron “poniéndole un techo al frente”, a su modo de ver, por no querer consensuar los primeros lugares e intentar imponer a los históricos dando espacio “a las nuevas referencias, a los compañeros y compañeras militantes renovándose para adentro”. “No podemos hablar de revolución, si dentro del frente no nos animamos a los cambios”.

En cuanto a lo que definen estas elecciones referido a la representatividad legislativa, sostuvo que quieren poner representantes de los trabajadores en el congreso, “que no acuerden y denuncien la renegociación de la deuda con el FMI, que significará más ajuste”. Y aseguró que no entran en “el discurso de la falsa grieta entre el frente de Todos y Juntos por el Cambio, porque ya han demostrado que siguen las mismas políticas de ajustarnos a las mayorías para cumplir con los compromisos con el Fondo”.

El representante de Política Obrera, Julio Quintana, que a nivel nacional tiene como referente a Jorge Altamira, reconoció que no será fácil sortear el primer escollo del 1,5%, pero analizó que ese espacio viene recuperando “la vieja base de votación que tenía el Partido Obrero”. Para eso, recordó que en las últimas elecciones provinciales duplicaron la cantidad de votos obtenidos en las PASO del 2019. “Consideramos que estamos en ese proceso de recuperación y reconstrucción política”, que en el norte de la provincia se afianzó aún más y les valió ganar concejalías.

Con respecto al pedido de unidad de Villegas, Quintana le recordó que su espacio había propuesto a nivel nacional unas PASO “y nadie podía decir que esas primarias tenían algún condicionamiento por nuestra parte porque por nuestro propio proceso de reconstrucción, no íbamos a hegemonizar estas elecciones”.

El ex diputado aseguró que fueron quienes hoy componen el FITU los que trabaron esa posibilidad de diálogo “inhabilitando la discusión entre fuerzas, y que terminó en una división interna en ese mismo frente que devino en las primaria entre el MST y el PTS y PO en Salta”. Ese intento de imponer “la supremacía “en base a la representatividad personalista de algunos integrantes, “es lo que terminó expresando este retroceso electoral perdiendo bancas en manos del régimen”.

“El próximo Congreso es el que va a votar el acuerdo de reestructuración de la deuda con el FMI, con todos los perjuicios que eso implica”, dijo en cuanto a la necesidad de que en la Cámara de Diputados se pueda colar un referente de la izquierda para hacer oír otra voz, ya que ese acuerdo, “va de la mano de un proceso de reestructuración del Estado que va a implicar un ajuste que lo va a pagar la población trabajadora”.