Los 600 trabajadores despedidos de PepsiCo se movilizaron desde la planta que recientemente decidió cerrar la empresa, en Vicente López, hasta un depósito que tiene la compañía en Villa Martelli, para bloquear la salida de mercadería. Esta tarde tienen una audiencia en el Ministerio de Trabajo, que ya aceptó el Procedimiento Preventivo de Crisis que presentó PepsiCo para justificar los despidos. Para los trabajadores la maniobra es “ilegal y fraudulenta”.

“En el Ministerio aceptaron el preventivo de crisis que la empresa presentó el lunes, un día antes del cierre de la planta, pero está por fuera de la ley porque la crisis es para que la empresa siga funcionando no para cerrar. El objetivo de ellos ahora es pagar menos indemnización”, le dijo a Página/12 Camilo Mones, uno de los delegados de los trabajadores.

El martes por la noche, la multinacional pegó un cartel en la puerta de la planta en donde notificaba a los trabajadores el “cese de operaciones” y los “libraba de brindar servicio manteniendo el goce de haberes” hasta tanto se resuelva su situación. Como el martes fue feriado, la empresa esperaba que los empleados conocieran la noticia al día siguiente cuando concurrieran en su horario laboral. Pero el mensaje circuló rápido entre los trabajadores y se convocaron esa misma noche a la puerta de la planta, para mantener una vigilia que sigue en pie.

“Denunciamos que el pedido de la empresa es fraudulento, PepsiCo no está en crisis. Es una empresa monopolio de la alimentación, que domina el 80 por ciento del mercado. Todas sus plantas funcionan a la perfección”, aclara Mones, para quien también son mentira los argumentos que esgrime la empresa sobre los mayores costos de logística que le ocasiona la planta ubicada en una zona residencial. “No tienen problemas medioambientales, no tienen problemas en la logística; de hecho, les es más barato que traer la mercadería de Mar del Plata. Lo único que buscan es sacarse de encima a los trabajadores y a la comisión interna”, insistió el delegado.

En cuanto a la audiencia de esta tarde en el Ministerio de Trabajo, los trabajadores son poco optimistas. “Van a llamar a las reuniones formales y después le van a dar la razón a la empresa”, se lamenta Mones, que aclara que ya comenzaron a recibir los telegramas.

Frente al cierre de la planta de PepsiCo, Triaca dijo que "hay algunas decisiones de las empresas que no acompañamos", pero avaló el camino que tomó la firma. "El proceso de producción de la planta de Vicente López está migrando hacia la planta que la empresa tiene en Mar del Plata. La compañía nos dice que va a incorporar 150 trabajadores ahí", declaró a La Nación y dijo que desde el Gobierno entienden que "los procesos de producción de las compañías tienen que estar regidos por el marco de la ley, teniendo en cuenta los cuidados y la contención que los trabajadores merecen".