El posteo completo:

Lo más feo que puede pasarnos como músicos / lo más triste que puede pasarnos como sociedad

Es muy feo estar tocando y que la gente se empiece a ir porque no le gusta lo que está escuchando. Y era eso lo que nos esperábamos anoche, 2 de septiembre de 2017, con la Fernández Fierro en Munro…

Llegamos muy entusiasmados, nos habían dicho que las entradas, que se repartían gratis porque el centro cultural Munro es municipal, se habían agotado al segundo día, ¡500 entradas!

El centro cultural, ex histórico cine Astral, en pleno centro de Munro, muy lindo, sonaba muy bien, todo muy profesional, pero cuando vimos llegar a la gente empezamos a apostar si la mitad se paraba y se iba al segundo tema o al cuarto tema. No es por ser prejuiciosos, pero antes de tocar ya sentíamos que esa gente no sabía qué estaba yendo a escuchar, que de alguna manera esa gente había sido engañada…

El afiche que los convocaba era el mismo que usaban para todos los shows de tango, un dibujo de una pareja de bailarines, farolito y todos los clichés tangueros. Además mucha gente “grande” que sospechamos que no estuvo investigando en internet qué es la Fernandez Fierro, sospechamos que estaban ahí porque era gratis, porque era cerca, porque era sábado, porque decía tango…

Pero no, la gente no se fue al segundo ni al cuarto tema, estábamos casi terminando el concierto y la gente seguía ahí, escuchando, hasta que dijimos éstas palabras “Queremos que aparezca Santiago Maldonado”.

La mitad de la gente, sin exagerar, se paró como si hubiera un resorte en las butacas y empezó a irse o a insultarnos, nos gritaban cosas como “ustedes rompieron todo y nosotros tenemos que pagarlo”, se armó una especie de estampida de gente, yéndose indignada y a las puteadas…

Quedamos perplejos y desesperanzados…

Pero por suerte se acercó una persona para darnos ánimo, un funcionario del área de cultura, y nos dijo: “Yo no estoy ni a favor ni en contra”

¿Ni a favor ni en contra de qué? ¿De que desaparezca gente? No entendimos, quedamos perplejos y desesperanzados y creo que lo que nos pasó no fue lo más feo que puede pasarle a un músico si no lo más triste que puede pasarnos como sociedad”.