Vestidos de blanco, con sus familiares sentados detrás e inundados por la emoción, Ana Arias y Esteban Fraccha dieron el 'sí' y se convirtieron en la primera pareja del partido de Pila que contrajo matrimonio en el salón de usos múltiples de la casa de la Provincia local. Buenos Aires /12 recorrió el edificio fue construido por el Estado bonaerense que está en funcionamiento desde noviembre y entre sus paredes aloja todas las prestaciones provinciales, entre ellas el registro civil.

La de Pila es la tercera de las "mini gobernaciones" inauguradas, junto a las de Baradero y 25 de Mayo. También hay cuatro que ya fueron entregadas y que arrancarán a funcionar en febrero en los distritos de Castelli, General belgrano, General Lavalle y Chascomús. Otras 55 están en camino con las obras ya iniciadas.

Cristina Álvarez Rodríguez es la jefa de Asesores del gobernador y asegura que las casas de la Provincia "son una de las políticas más transformadoras que impulsa Axel Kicillof, porque concentran en un solo lugar toda la representación del Estado provincial para brindarles servicios de mejor calidad a las y los bonaerenses". Álvarez Rodríguez, que hasta diciembre se desempeñaba como ministra de Gobierno y enrocó funciones con Carlos Bianco, subraya que "esta política tiene que ver con la decisión de fortalecer el arraigo en cada pueblo, para lograr que vivir en el interior no implique estar lejos de todo o acceder a prestaciones de menor calidad".

"Es como agua e' pila", dijo un expedicionario en 1823, mientras exploraba las orillas del Río Salado. Lo hizo en referencia al sabor salado del agua de la pila bautismal, el recipiente que contiene el agua para impartir el sacramento del bautismo, y sin saberlo, bautizó para siempre al partido que limita con Chascomús, General Belgrano, Lezama, Castelli, Rauch, General Guido, Ayacucho, Dolores y Las Flores. Allí, el Estado bonaerense invirtió 160 millones de pesos para construir el edificio que arrancó a funcionar el 10 de noviembre pasado y que, si bien no se inauguró oficialmente por la veda electoral, será visitado por el gobernador en las próximas semanas.

El edificio lleva en su fachada el logo de la provincia de Buenos Aires creado durante la primera gestión de Kicillof, ése que en su dibujo contiene campos, escuelas, molinos, engranajes, flores, hospitales, grúas y peces, como representación de la diversidad productiva de la provincia más grande del país. El gobierno provincial apunta a que cada zona, sin distinción de sus características, cuente con una casa de la Provincia. "Nuestro compromiso es continuar con las casas de la Provincia para que el Estado esté más cerca de las y los vecinos, y seguir garantizando derechos en cada uno de los 135 municipios", asegura Álvarez Rodríguez.

Hernán Ralinqueo, Axel Kicillof y Cristina Álvarez Rodríguez en la Casa de la Provincia de 25 de Mayo.

La casa de la Provincia pilera cuenta, en su planta baja, con la recepción a cargo de la policía bonaerense, que tiene a sus espaldas las oficinas vidriadas del registro civil. También hay un sector donde funciona el Registro de las Personas y un espacio de atención que pertenece al Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA). Además de las oficinas que rodean el área central de atención, en la esquina derecha dice presente el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires que creó un sector de libros y una mesa de juegos a los que se suman a todos los cuadros que ambientan el lugar, hechos en su totalidad por artistas bonaerenses. En las afueras del edificio hay una plaza con tobogán, sube y baja y hamacas donde chicos y chicas pasan el rato entre juegos.

En la parte posterior está el salón de usos múltiples que, además de funcionar para casamientos como el de Ana y Esteban, oficia como lugar de encuentros y reuniones, como la que mantiene este diario con Sebastián Walker, el intendente de Pila.

"La gente no lo puede creer, porque este lugar es imponente. Cuando entrás y ves que hay generación de trabajo y asistencia que engloba a todos te enorgullece, porque es la muestra de una impronta magnifica que caracterizó a la gestión de Axel Kicillof, que entiende que no hay ciudades chicas ni pueblos grandes, sino que los 135 municipios son todos iguales", cuenta el alcalde a este diario. Walker, que fue uno de los candidatos de Unión por la Patria que mayor porcentaje de votos sacó en la última elección con el 67,17 por ciento, asegura que la de Kicillof fue "una excelente gestión, tanto de su equipo como el de todas las disciplinas, que permitieron que Pila estuviera dentro de las tres primeras casas que se licitaron".

Describe a la casa de la Provincia como "un lugar maravilloso donde convergen un sinnúmero de prestaciones", lo que "permite que la sociedad se centre en este espacio, haga todos los trámites de una forma más amena, más agradable y más rápida, que es lo que pide la vorágine de la globalización hoy por hoy". Explica que "la sistematización de todos los equipos en un lugar neurálgico es inconcebible e inimaginable en otro lugar" y que responde "al federalismo del cual habla el gobernador". Además, remarca que las áreas de la casa se fortalecen según las conveniencias del lugar, por lo que en Pila, donde el 80 por ciento de los productores se dedica a la ganadería y el resto a la agricultura, el trabajo del ministerio de Desarrollo Agrario a cargo de Javier Rodríguez cumple un rol "fundamental".

En el primer piso del edificio, que cuenta con balcones delantero y trasero, se encuentra la dependencia de la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA), el Patronato de Liberados, la oficina de Género, el sector de Desarrollo Agrario, el de Desarrollo Social y tres prestaciones prontas a ser inauguradas cuyos trabajadores se encuentran en plena capacitación: las del ministerio de Trabajo, el de Salud y el Instituto de Previsión Social (IPS).

La suma de las prestaciones es otro de los ejes que caracteriza a las casas de la Provincia. Hay pueblos que en su interior no cuentan con oficinas de índole provincial, por lo que sus habitantes deben viajar hasta La Plata para resolver trámites. "Si no hay, se suma. La casa no se achica según las características del pueblo, la casa agranda las oportunidades de cada municipio", dice Manuela Martínez, coordinadora de la casa de la Provincia pilera.

Ella nació en ese municipio, es la menor de siete hermanos y es técnica en trabajo social. Como coordinadora, es quien abre las puertas a las ocho de la mañana y las cierra a las cuatro de la tarde. "Me encontré con un espacio nuevo pero muy ameno. Al igual que todas las delegaciones, estamos encontrándonos en un espacio totalmente diferente al que teníamos antes, que eran espacios reducidos, en malas condiciones y con pocos materiales", cuenta Martínez.

Ella no se involucra en cuestiones internas de cada dependencia, ya que cada una tiene su director regional, pero es el oído ante cada inquietud y quien dispone el correcto funcionamiento del engranaje de la casa. Describe como "importantísimo" que el gobierno provincial sume las áreas con las que el pueblo no contaba, ya que "son prestaciones que la gente requiere mucho".

Y amplía: "La gente está muy satisfecha no sólo por el espacio, que es nuevo y lindo, sino porque se le resuelven los problemas. Es una simplificación a la vida cotidiana de las personas, que no tienen que trasladarse de una lado al otro para hacer tramites. La gente está satisfecha porque la atención es muy buena, nosotros como parte del personal estamos muy felices". Martínez asegura que la "alegra ser el nexo entre la persona y la gestión, darle las herramientas para que no se trasladen. Estamos en un pueblo chico y si bien las distancias no son las mismas, hay mucho adultos que tenían que moverse y eso era un complicación", concluye.

"Las casas son una forma de militancia territorial organizativa"

Juan Pablo Cusa es subsecretario de Gestión Operativa, organismo perteneciente a la Jefatura de Asesores del gobernador. El área que él conduce se encarga de supervisar las casas de la Provincia que se encuentran en funcionamiento y de articular las acciones conjuntas con cada municipio que en el futuro cercano contarán con una "mini gobernación". El funcionario analiza la política de expansión territorial.

—¿Por qué nació esta política?

—La idea es tener a la Provincia en cada rinconcito y en cada municipio, porque éstas casas también actúan como espacio cultural y de inclusión, tocando todas las aristas. Concentran todas las áreas públicas bonaerenses en una sola casa muy moderna, cómoda y sofisticada, cuando hasta hace poco los organismos se desarrollaban en casas alquiladas, viejas y con humedad. Más allá de que la mudanza tiene cosas nostálgicas, los trabajadores llegan y encuentran algo superior.

—¿Faltaba presencia del Estado en los pueblos? ¿Por qué la única casa de la Provincia estaba en CABA?

—El proyecto yo lo agarré empezado, pero sé que nació antes del gobierno, Kicillof ya lo tenía en la cabeza. Es un proyecto de inclusión, de capitalización de los organismos, que gracias al nivel de modernización que tienen la casas y la comodidad que brindan al trabajo, permite que la burocracia estatal baje un montón. Vos entrás a la casa de la Provincia y salís por la puerta con todos tus tramites hechos. La casa madre es la de Capital Federal, tiene 70 años y perteneció al proyecto de inclusión que comenzó Mercante, pero la vuelta del peronismo a la provincia, con un gobernador kirchnerista como Kicillof, hizo que retomara aquel proyecto, sacándolo hacia toda la provincia y a su interior profundo. Eso, de por sí, es una definición política.

—Las definiciones políticas de Kicillof en este tema se meten de lleno en el arraigo y la identidad.

—La provincia, en temas de gestión, estaba esparcida por el pueblo o la ciudad, por lo que la gente tendía más a municipalizar. Con la construcción de las casas, la Provincia genera su propio terruño y fomenta mucho la identidad. Por eso hemos trabajado mucho con la cultura y la llegada de libros. Las casas son un pedazo de provincia que le pertenece al hombre de a pie de su pueblo. Es un espacio abierto, como cuando las pensaron Mercante o Perón: casas abiertas a la comunidad e inclusivas. Sin ir más lejos, éste fue el último centro de vacunación en cerrar en la provincia, que vacunaba sin turno ni distinción de qué provincia eras.

—Hay tres casas en funcionamiento y dicen que quieren construir una en cada municipio ¿Qué significa construir en éste contexto nacional?

—Me junté con la gente del ministerio de Infraestructura y hablamos de la voluntad de seguir con la obra pública. En este contexto de país, todos aquellos que somos peronistas y del campo nacional, tenemos una visión de Estado y creemos que la obra pública es inclusión y justicia social. Ningún país se desarrolla sin rutas, sin autopistas, sin hospitales, sin caminos rurales y sin lugares de gestión. Es una bandera de construcción política.

—¿Es una bandera para pelear contra Javier Milei?

—No, no es una pelea, excede a la coyuntura. Kicillof y Álvarez Rodríguez tienen una mirada de provincia y nosotros, como militantes de un espacio y como funcionarios, tenemos esa mirada. Son nuestras propuestas y ganamos la provincia con eso, proponiendo más inclusión, más obra pública, más hospitales y más casas de la Provincia, llevando el Estado a la gente para simplificarle la vida y no desordenársela. No peleamos contra nadie, tenemos ideas y estamos en un sistema democrático. Sabemos que es un momento complejo, porque aquellos que gobiernan Nación no conciben esas ideas y no creen en el Estado, entonces nosotros tenemos que remarcar, con nuestras herramientas y con voluntad política, por qué seguimos creyendo que la obra pública debe expandirse. Llevar el Estado al territorio es una función social.

—¿Dónde naciste?

—Soy de Mercedes. Mi infancia fue muy pueblerina, muy de club. Eran otros tiempos, había menos cosas para hacer, íbamos mucho a la plaza y a la cancha del barrio. Después de la secundaria me fui a trabajar a Capital Federal, donde formé mi familia. Trabajé de todo, incluso tuve puestos de diario.

—¿Y la militancia?

—Siempre estuve ligado a la militancia, pero a la militancia territorial, en el sur de Buenos Aires. Cuando volví a Mercedes milité de lleno en la provincia y en los espacios de construcción política en épocas adversas, donde el Estado era ausente para nosotros. Uno pensaba en los años 90 que el Estado te iba a cambiar la vida y no pasaba.

—Acentuaste la palabra "territorial"

—Sí, yo concibo la subsecretaría como el brazo territorial de las casas de la Provincia. No hago videollamadas, viajo, vengo y veo. Me parece que el esquema que la Jefa de Asesores me pone a disposición, tanto técnica como de prensa, hace que nuestro equipo pueda territorializar. Algunos intendentes bromean y me dicen 'pará de venir', pero nosotros entendemos que la casa se milita y se contiene.

—¿Por qué?

—Uno trae a la casa a gente que trabajó muchos años en otro lado y sola y vienen a oficinas compartidas, vidriosas y ese proceso de mudanza es estresante, porque cambia el esquema. Nosotros militamos y contenemos. Entonces, ese cambio y las casas son una forma de militancia territorial organizativa, que es lo que siempre hice. Soy un militante territorial y encontré un ministerio que me ayuda y me deja enfocarme en la recorrida, en la contención y hasta en ser parte de la mudanza de las casas. Concibo, desde mi formación, la militancia en un esquema territorial. Gracias a dios tengo una ministra que es una militante y está metida en el día a día de las casas, eso hace que todo el equipo, que antes eramos Ministerio de Gobierno y ahora somos Jefatura de Asesores, posicione a las casas como una política muy importante.

—¿Qué se pierde en la virtualidad?

—Uno está grande, pero la pandemia nos acostumbró mucho al "si, hablé con el compañero, le mandé un audio..." Yo considero que está buenísimo el audio, la videollamada y que ahorran tiempo, pero el día a día, la cotidianidad, compartir un mate, venir, ver cómo están, sentarse, ver la oficina, fijarse si el mueble cierra o no cierra, saber si el paso del trabajador fue traumático o no por la magnitud de la casa, genera cosas distintas. Es el cara a cara de lo cotidiano y me parece que esto tiene que existir. La nota la podríamos haber hecho por teléfono y hubiera salido bárbaro, pero si estás acá y ves la casa, vas a tener otra visión, otro impacto.