Newell’s no hizo un buen torneo pero por dos de sus jugadores hay interés de clubes extranjeros. A Ian Glavinovich lo miran del fútbol italiano, mientras que a Juan Ignacio Ramírez de México. La dirigencia tiene más disposición a desprenderse del defensor que del delantero ante la urgencia de vender para equilibrar un presupuesto deficitario. El libro de pases en el fútbol argentino estará abierto, increíblemente, por tres meses, de junio hasta fin de agosto.

Mauricio Larriera pide refuerzos, como todos los técnicos. En eso el uruguayo no rompe con las generales, más aún teniendo en cuenta las exigencias a las que se expone una vez que inicia la competencia. Pero primero la directiva tiene en los planes realizar una transferencia para pagar deudas que se generan por un presupuesto en el fútbol profesional donde los gastos se imponen a los ingresos.

En México quieren los goles de Ramírez, quien lleva seis meses en el club y si bien mostró su cualidad como jugador sus goles no alcanzaron para que el equipo llegue a la pelea por el título. Su contratación significó un esfuerzo relevante para el club. No solo porque hubo más de un mes de negociaciones con Nacional de Uruguay sino porque su ficha tuvo un costo que llegó a los cuatro millones de dólares. Larriera hizo saber que no está dispuesto a prescindir de Ramírez y los dirigentes asumen que su inversión se hizo para que el futbolista juegue mucho más de seis meses en el parque Independencia. Es improbable que un club del fútbol mexicano duplique el valor de lo que pagó Newell’s por su ficha, lo podría cambiar la intención de retenerlo. Y por eso será muy difícil que se avance en conversaciones por su transferencia.

Diferente es el caso de Glavinovich. El juvenil tiene posibilidades de jugar los Juegos Olímpicos de París con la Selección Sub 23 y ratificó en este semestre las condiciones que mostró en los partidos que jugó el año pasado. De Italia lo miran con interés y en el parque Independencia hay disposición a negociar su ficha a partir de una cotización que llegue a los cinco millones de dólares, al menos. Incluso hay extectativas que en el receso de invierno se concrete la venta de Glavinovich a Europa. Para la tesorería hacerse fondos será imprescindible. Es que a las deudas que se deben hacer frente para no agudizar la situación financiera habrá que invertir en la contratación de refuerzos y uno de los puestos a reforzar es el de zaguero central.

Pero las negociaciones se formalizarán después de mayo. El libro de pases en el fútbol argentino se abre en junio y cerrará recién el 30 de agosto. Tres meses que generarán mucha incertidumbre en los entrenadores dado que ante las ofertas del extranjero se hace muy difícil retener a los jugadores. Y Larriera ya le hizo saber el pasado martes al presidente Ignacio Astore sus condiciones para seguir al frente del primer equipo hasta fin de año. Las dudas se abrieron ante el mal semestre que tuvo la Lepra. El plantel entrena esta mañana en Bella Vista y retoma luego los trabajos el lunes.