La Asamblea de Residentes y Concurrentes (ARyC) de la Ciudad de Buenos Aires denunció que el Gobierno porteño no abrirá nuevos cupos para las concurrencias médicas en los hospitales públicos durante 2024. Los profesionales de la salud se enteraron de la novedad con la publicación de los concursos oficiales para este año, aunque desde el Ministerio de Salud aseguran que la reducción se debe a la decisión de "aumentar" las plazas para residentes por sobre las concurrencias. La asamblea, sin embargo, sostiene que eso "no compensa el cierre de cargos" en servicios que en muchos casos se sostienen casi en su totalidad por el trabajo de los y las concurrentes. 

"Hace unas semanas nos empezamos a enterar de manera informal que se había definido que en la oferta de cupos para 2024 no iban a estar incluidas las concurrencias, pero la información oficial terminó bajando recién la semana pasada. Pasamos de plantear y reclamar que haya salario y ART para los y las concurrentes a luchar para que directamente no se cierren los cupos", cuenta a Página 12 Jacqueline Carmassi, psicóloga y concurrente en el área de Salud y Adolescencia del Hospital Penna. 

El Ministerio de Salud porteño abre todos los años un cupo de plazas disponibles para residencias y concurrencias, el sistema de capacitación de posgrado en servicio al que los profesionales de la salud acceden a través de concursos evaluados por examen. La diferencia entre residentes y concurrentes es que los primeros cobran por su trabajo con dedicación exclusiva, mientras que las concurrencias forman parte de programas no remunerados con una jornada laboral de tiempo parcial que suma unas veinte horas por semana. El tipo de trabajo que realizan, a excepción de la diferencia en la carga horaria, es el mismo. 

La semana pasada, a los y las profesionales de la salud les llegó la información oficial de la apertura de concursos y se encontraron con que allí no habría cupos para nuevos concurrentes. "Las plazas de residencias que había en los años pasados sí se sostienen y salen 30 cupos más, pero esos puestos nuevos que se abren no van a cubrir el trabajo que llevamos adelante los concurrentes", advierte Carmassi, integrante de la asamblea, sobre la oferta general abierta para este año. 

"Durante 2023 el gobierno brindó 145 concurrencias de diversas especialidades. Nos enteramos que intempestivamente este año decidieron eliminarlas, es decir, que de esas 145 este año la oferta es 0", señaló la Asamblea a través de un comunicado, luego de que bajara la información sobre los nuevos cupos. En cuanto a las residencias, este año habrá 80 cupos, es decir 30 más que los 50 ofrecidos el año pasado, lo que, según la ARyC, "no compensa el cierre de cargos" y reduce "el número total de profesionales que ingresará por más del 50 por ciento". 

Desde la asamblea entienden, además, que las políticas de cierre de cupos de residencias y concurrencias tienen su correlato en una tendencia hacia el arancelamiento de la formación de posgrado: "Si hay poca cantidad de profesionales que atenderán a menos población, luego habrá posgrados pagos con prácticas en los hospitales", sostiene Carmassi en este sentido.

Este diario consultó sobre la situación a fuentes de la cartera comandada por Fernán Quirós y respondieron que este año se decidió "aumentar en 60 por ciento los cupos para residentes en el ámbito de la salud mental, reconociendo la creciente importancia de esta problemática". Calificaron a ese incremento como un "esfuerzo" que implica como correlato "una reducción en la capacidad de acceso a las concurrencias porque estamos convencidos de que la formación integral proporcionada por las residencias constituye la mejor estrategia". 

En el comunicado, la asamblea advirtió sobre las consecuencias de la falta de nuevos cupos para las concurrencias, más allá del recorte obvio en la posibilidad de formación en servicio para los profesionales de la salud. "Hay un impacto directo en el acceso a la salud integral como derecho. Menos profesionales atendiendo implicará un desborde en relación a la necesidad de lxs usuarixs así como peores condiciones para todxs los trabajadorxs de la salud", alertaron. Según Carmassi, hay sectores en los que "realmente se sostiene la atención con el trabajo de la concurrencia". Una de las áreas en las que más se nota la incidencia de los y las concurrentes es precisamente la de psicología, que suele tener un gran porcentaje de ellos sosteniendo los servicios. 

"Hasta el 2023 había muchos efectores de salud que sólo se sostenían con personal de planta y concurrentes, como el Penna, el Piñeyro o el Ameghino. Con la lucha del 2022 fuimos a una mesa técnica y le mostramos al GCBA que eso no podía seguir así. Ahí empezaron a ingresar dos o tres residentes a las áreas, pero se siguen sosteniendo con la concurrencia", señala la psicóloga especializada en salud mental de la adolescencia que, además de trabajar en el Penna, también cumple sus horas en un centro de día que atiene consumos problemáticos de personas con vulnerabilidad social. 

Allí los y las concurrentes están a cargo de talleres, terapias grupales o acompañamiento permanente de los pacientes, mientras que en los hospitales realizan tareas de internación, atención por guardia, interconsultas y seguimientos en externación, entre otras labores. En el comunicado, la asamblea alerta sobre un posible "cierre o cese de funcionamiento de varios servicios hoy en día sostenidos en su totalidad o gran parte por la concurrencia".