Desde que Sarmiento acuñó la célebre frase, las clases dominantes de la Argentina se han considerado con derecho propio a ser incluidos en el primer término de la alternativa, por el sólo hecho de su supremacía económica, sin que les haya importado nunca los métodos utilizados para mantener esa supremacía. Los crueles comportamientos del propio autor de la frase y de otros “próceres” de su mismo bando para con sus enemigos durante las guerras civiles, los bombardeos de la Plaza de Mayo, los fusilamientos y persecuciones de la Revolución Libertadora y las sistemáticas violaciones a los derechos humanos de la última dictadura militar no dejan duda alguna sobre de qué lado anidó siempre la barbarie. Y esto fue así con la complicidad descarada de la mayoría de los pensadores y formadores de opinión más “respetables” de nuestro país.Y ahora, aquellas empresas de comunicación que hubieran calificado de “piquete salvaje” los procedimientos utilizados por el lookout agro patronal para desabastecer a la población y presionar ilegítimamente a un gobierno constitucional apenas electo, no tienen empacho alguno de reivindicarlo como “paro histórico”. Una vez más, uno se pregunta, donde está la Civilización y dónde la Barbarie y qué libertad de prensa pueden invocar las empresas pseudoperiodísticas que no la ejercieron cuando debían hacerlo y que hoy siguen tergiversando la realidad y desinformando a los ciudadanos. El Poder es el que define quién está del lado de la Civilización y quién de la Barbarie, no importa el odio que hayan revelado sus acciones.

Francisco J. Martínez Pería

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