Rafaela había sido una de las sorpresas de la primera fecha y le había ganado como visitante a Banfield, con más de 40 minutos con dos hombres menos. Arsenal había dejado una pobre imagen perdiendo como local ante Colón. Con esos antecedentes, ni el más fanático de los hinchas del conjunto de Sarandí podía suponer un desarrollo como el que se dio en Santa Fe: en poco más de media hora, Arsenal había sacado tres goles de ventaja y virtualmente había sentenciado el partido. Con esa ventaja pudo aguantar la levantada de Rafaela y quedarse con el triunfo 3-1.

Todo era parejo en el inicio, con Rafaela buscando adueñarse de la iniciativa y con el equipo de Alfaro listo para salir de contragolpe. Y casi en la primera ocasión que tuvo, el visitante pudo adelantarse en el marcador. Adrián González envió un centro perfecto para Obolo, que eligió el lugar y puso un cabezazo de pique a la izquierda de Sara para abrir el marcador.

El resultado acentuó las posturas y dejó a Arsenal con el rol que más le gusta, el de afirmarse en el fondo y salir rápido aprovechando los espacios que dejaba Rafaela. Y la estrategia no le pudo salir mejor. Tras un pelotazo largo, los dos centrales locales chocaron y le dejaron el balón servido a Leguizamón, que definió de primera ante el indefenso Sara. Y un rato más tarde, esta vez por méritos propios y sin ayuda de los zagueros, aumentó la diferencia con un contragolpe perfecto Leguizamón-Aguirre-Leguizamón, que resolvió de zurda ante la salida del arquero.

Con semejante muestra de contundencia, Arsenal solucionó gran parte del problema. Sólo le quedó aguantar el desarrollo, ante un Rafaela que chocó más de lo que jugó. Sin embargo, un doble error de Campestrini, que primero dio un rebote innecesario y luego tomó del pie a Castro, les entregó a los santafesinos la posibilidad de soñar con la remontada. Luego de que el propio Castro señalara el descuento de penal, el equipo de Trullet creció en su rendimiento y acorraló a Arsenal contra su arco. El problema es que ya no tuvo tiempo suficiente, por lo que los visitantes festejaron gracias a la renta lograda en la primera mitad.