DEPORTES › CóMO JUEGA EL RIVAL, NIGERIA

Las Súper Aguilas

 Por Facundo Martínez

De los equipos del Grupo F, Nigeria se presentaba a priori como el más difícil de todos. Sin embargo, tras la oposición que tanto Bosnia como Irán le hicieron al juego del equipo argentino, por su estilo de juego se aparece como el rival ideal para que Argentina despliegue su fútbol. Es un equipo rápido y explosivo, que puede ser muy peligroso de contraataque, pero que también busca el arco rival y no se resigna a ceder la pelota. De hecho, el entrenador, Stephen Keshi, ha parado para el debut, que terminó en un empate sin goles frente a Irán, un esquema similar al que utiliza la Selección, con cuatro defensores, tres volantes y tres delanteros.

Sin embargo, el empate no conformó al entrenador y por eso hizo algunos cambios para el segundo partido, frente a Bosnia, donde paró un esquema 4-2-3-1 y le fue mucho mejor, imponiéndose 1-0 pero siendo claro dominador del mismo equipo, Bosnia, que le había traído más dolor de cabeza a la Selección Argentina. Keshi avisó ayer que si bien vio el partido entre Argentina e Irán, eso no significa que salga a jugarle igual, aunque tomó debida nota: “Cada partido tiene su propia vida, vamos a ver; sí que he sacado algunas conclusiones de ese partido y voy a utilizar ese conocimiento para el planteo táctico”. Después, como para despejar fantasmas, avisó: “Nunca he dicho que vayamos a jugar para empatar, estamos listos para salir a jugar y ganar”.

Entonces, Argentina deberá tener especial cuidado con los desbordes de Enenike, que suele pararse como 9, pero tiende a tirar la diagonal para meterse a espaldas de los laterales como si fuera un puntero. Nigeria va al frente y no especula y si bien puede cometer algunos errores infantiles, no traiciona su vocación ofensiva, donde cuenta con el apoyo constante de Moses y Musa, quienes suelen desbordar por las bandas, y de Odemwingie, quien además de tener un buen remate de media distancia, pisa seguido el área y llega al gol.

Pero, como diría Sabella, Nigeria es un equipo “desequilibrado”, porque en su afán ofensivo deja espacios atrás y tiene serios problemas defensivos. La falla principal está en el mediocampo, porque no cuenta con volantes recuperadores de pura sangre. Obi Mikel cumple la función de contención, es bueno para la salida pero no tiene marca y esa responsabilidad recae toda sobre Onazi. Por eso, si Gago tiene una buena tarde, podrá ser clave para romper, con su pase preciso y profundo, la primera línea de marca para dejar a Messi mano a mano con los defensores que, salvo el marcador derecho Ambrose, no dan garantías de nada.

El que sí da garantías es el arquero Enyeama, el mismo que le hizo atragantar a Messi varios goles en el último amistoso que se jugó en Daca en 2011, y que Argentina ganó 3-1 con dos de Higuaín y uno de Di María. “Messi es uno de los mejores jugadores del mundo. Ha hecho grandes avances desde la última vez que jugamos y posiblemente no sea un partido entre él y yo, va a ser un partido entre Argentina y Nigeria. Están Higuaín, Di María y hay un montón de jugadores que se están agarrando de la copa, sin soltar lo que ya tienen”, comentó.

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