Envuelta en un dulce agotamiento, la caravana del XII Gran Premio Histórico organizado por el Automóvil Club Argentino (ACA) puso fin a su aventura anual en las instalaciones de Tecnópolis, en Villa Martelli. Unas 200 máquinas, venerables bólidos fabricados entre 1957 y 1975, acabaron allí una semana de andanzas por los caminos mesopotámicos, peludeando en barriales entrerrianos, deslumbrándose en la selva misionera, brillando en la luz reflejada por los esteros correntinos. Fue un esfuerzo notable, recorriendo 3780 kilómetros en seis días, casi sin descanso, ajustándose al cronómetro.

Finalmente, al cabo de semejante tarea, el binomio integrado por Miguel Angel Gómez Fernández y Christian Alvarez Fernández (foto), a bordo de un Peugeot 404 modelo 1971, se impusieron por apenas ¡cuatro décimas de segundo!, sobre sus escoltas, los Osman padre e hijo, que tripularon un coche similar. Son los expertos de esta carrera, ya que los ganadores repitieron sus triunfos de 2012 y 2013; los escoltas lo habían logrado en 2011. Acaso se quedaron con ganas de más curvas, de las que escasean en los caminos de la Mesopotamia. Los premios los entregó la comitiva encabezada por el doctor Jorge Revello, vicepresidente del ACA y titular del Comité Organizador del Gran Premio. ¿Habrá cambios en el recorrido del año próximo para la tradicional competencia?