Lionel Messi arribó ayer al país y desde el aeropuerto de Ezeiza viajó en un avión privado directamente a Rosario, ciudad en la que pasará las fiestas navideñas acompañado por su familia, en un breve descanso post consagración con el Barcelona en el Mundial de Clubes ante River en Japón, el domingo pasado.

El capitán de la Selección Argentina pasó pocas horas en tierras catalanas tras la conquista del título internacional y se embarcó en la noche del lunes para aprovechar al máximo los cinco días de licencia que le fueron concedidos por parte del club catalán.

Vestido con jeans, remera blanca y zapatillas del mismo color, el astro fue el primero en bajar de la aeronave para encabezar los trámites migratorios de su grupo familiar, que incluye a su mujer, Antonella Roccuzzo, y a sus hijos Thiago y Mateo. Lio lució totalmente recuperado del cólico renal que le impidió participar en las semifinales ante Guangzhou Evergrande y que también puso en duda su presencia en la final ante River.

No será mucho el tiempo que podrá permanecer en Rosario, pues el domingo 27 participará de una entrega de premios en Dubai y el 30 jugará ante Betis por la Liga de España, en la que su equipo es líder junto a Atlético Madrid.

Con la coronación en el Yokohama Stadium, Messi le puso un broche de oro al 2015, un año plagado de logros con el conjunto catalán, con el que conquistó la Liga de España, la Champions League y el Mundial de Clubes, entre los títulos más rutilantes, aunque en el debe le quedó una nueva frustración con el seleccionado argentino, al perder la final de la Copa América a manos de Chile.