DEPORTES › CON EL PATO ABBONDANZIERI FIGURA EN EL ARCO

Boca ensaya la recuperación

El arquero fue clave para que el equipo pudiera pasar de ronda en la Sudamericana.
Pero deben aparecer los otros referentes.

 Por Facundo Martínez

Sin mostrar grandes mejorías en el juego, la clasificación de Boca para las semifinales de la Copa Sudamericana sirvió, en principio, para que comenzaran a aparecer algunos de los referentes del equipo que venían atravesando un mal momento. El primero entre los jugadores en salir de la zona oscura fue el arquero Roberto A- bbondanzieri, figura excluyente del encuentro ante Cerro Porteño, con una muy buena actuación en los 90 minutos y, posteriormente, dos penales atajados y uno convertido en la definición. “Fuimos muy parejos, y a los dos nos costó mucho llegar al final. Boca pensó y fue inteligente. En ningún momento regalamos nada”, dijo ayer Abbondanzieri, tras arribar al país desde Asunción, Paraguay.
La gran noche de Abbondanzieri no alcanzó para eclipsar completamente la floja imagen que continúa regalando Boca, producto de los grandes baches en los que, en la actualidad, suelen entrar sus jugadores; principalmente Carlos Tevez que, sin cambio de ritmo, está cada vez más lejos de su nivel y, aunque lo intente, no encuentra cómo desequilibrar. Aunque la intención del entrenador interino, Jorge Benítez, era presentar un equipo que pudiera manejar mejor la pelota en la zona de volantes, con Tevez de enganche, de las tres variantes presentadas la única que funcionó fue el ingreso de Pablo Alvarez en el lateral derecho.
El juvenil, que había perdido terreno durante el gobierno de Miguel Brindisi, se las arregló bien para neutralizar a César Ramírez, el mejor jugador del equipo paraguayo. En cambio, Ariel Carreño participó poco del juego y casi no aprovechó su carta de triunfo, la velocidad, para desbordar y sacar el centro a la cabeza de Martín Palermo. Tampoco rindió Tevez como enganche, empezó bien, pero luego desapareció, y menos hizo Andrés Guglielminpietro, que en todas las jugadas parecía arrancar con mucho criterio, pero abusando del traslado terminaba pinchándose, como si se quedara sin fuerza; ¡cuánto mejoró el mediocampo en esos pocos minutos en los que jugaron Ledesma y Ormazábal!
Pero cuando Boca se empequeñecía y cedía la pelota y el terreno a los paraguayos, ahí aparecía Abbondanzieri, con los reflejos sanos, para salvar el arco. Una buena atajada suya, en la primera parte, ante un violento remate de Mario Grana; dos atajadas espectaculares, en el complemento, una a Achucarro y la otra al lateral Darío Caballero, ex Chacarita e Independiente, quien sacó un disparo que se hubiera metido en el arco de no ser por la rápida reacción de Abbondanzieri para, con un brazo, desviar al corner; todo eso y, por supuesto, los dos penales que atajó en la definición: a Ramírez, abajo y a la izquierda, y a Amarilla, al mismo lugar, y el que luego marcó, contribuyeron para que el arquero terminara la noche vestido de estrella.
Tan feliz terminó Abbondanzieri que incluso confesó sus ganas de festejar la hazaña subido al travesaño del arco que defendía. “Lo hubiera hecho, pero sólo corrí para desahogarme”, manifestó.

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Roberto Abbondanzieri, la figura de Boca en Asunción.
“El equipo pensó, fue inteligente y no regaló nada.”
 
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