David Nalbandian no estará en la gran final del domingo del Abierto de Australia, por lo que no podrá reeditar la definición del Master ante el suizo Roger Federer. El argentino tomó dos sets de ventaja y parecía que podía quedarse con la victoria, pero el chipriota Marcos Baghdatis mostró una recuperación asombrosa para dar vuelta la semifinal y clasificarse por primera vez para la final de un torneo de Grand Slam. Su rival será el vencedor del choque entre Federer y el alemán Nicolas Kiefer, que estaba previsto para las 5.30 de hoy.

Tras jugar dos sets en gran nivel, Nalbandian parecía encaminarse a la victoria. Sin embargo, Baghdatis no se entregó, nunca bajó los brazos y, apoyado por sus seguidores, logró remontar la desventaja para colocarse 2-2, justo cuando el argentino ya no se mostraba tan preciso. En el último parcial, el cordobés volvió a disponer de buenas chances, al quebrar dos veces el saque de su rival (2-0 y 4-2), pero otra vez surgió el amor propio de la revelación del certamen para finalmente quedarse con el partido por 3-6, 5-7, 6-3, 6-4, 6-4 en 3 horas y media de juego. El chipriota, campeón mundial junior en el 2004, llegó a la final tras eliminar consecutivamente al estadounidense Andy Roddick (tercer preclasificado), al croata Ivan Ljubicic (séptimo cabeza de serie) y ahora al último campeón del Master de Shanghai.

“Tuve muchas oportunidades de ganar el partido, por lo que no entiendo cómo pude dejar pasar esta oportunidad. Haber perdido un partido así, que casi lo tenía ganado, no es nada lindo”, se lamentó Nalbandian, número cuatro del mundo, que sin embargo consideró que el éxito de Baghdatis fue justo. “El demostró que está jugando muy bien y por tanto se merece el puesto que alcanzó. Es muy buen jugador. Les ganó a muy buenos tenistas en este torneo, por lo que es muy difícil de vencer”, explicó el cordobés.

Tras un gran campeonato, Nalbandian no pudo repetir una final de Grand Slam, tal como había ocurrido en Wimbledon 2002, cuando cayó ante Lleyton Hewitt en la definición. Así igualó sus mejores actuaciones en grandes torneos logradas en Roland Garros 2004 y US Open 2003. A lo largo del certamen, el argentino eliminó al tailandés Danai Udomchoke (121º), al suizo Stanislas Wawrinka (46º), al finlandés Jarkko Nieminen (24º), al español Tommy Robredo (19º) y al francés Fabrice Santoro (65º). “Me quedo para mí las cosas positivas que he sacado”, dijo el argentino.

Además del gran juego que exhibió Baghdatis, basado en un gran saque y un revés con slice que causó muchos problemas, Nalbandian padeció un dolor en los abdominales, pero que según el propio jugador no significó una de las razones de la derrota. “Lo empecé a sentir en el partido con Santoro, pero de entrada me empezó a molestar un poco y luego fue a más durante el partido, pero no influyó en el resultado”, comentó Nalbandian. “Al final, si hubiera estado uno poco menos dolorido, habría sacado mejor, pero a veces toca ganar y otras no. Así es este deporte”, explicó.

Más allá de los problemas en sus abdominales, el argentino dispuso de una muy buena ocasión de quedarse con el éxito, pero no pudo sostener su ventaja en momentos clave del juego. Primero, en el momento en que se quedó con los dos primeros sets. Luego, cuando quebró en el arranque del quinto set y se colocó 2-0. Más tarde, la historia se repitió cuando se puso 4-2. Pero Baghdatis supo recuperarse, quebró de forma consecutiva el servicio de su rival y se colocó 5-4 y 15-15, con su servicio, cuando la lluvia le puso mayor dramatismo a la definición; 25 minutos más tarde, ya con el techo corredizo sobre el Rod Laver Arena, los dos jugadores volvieron al court. “Estaba más nervioso que antes”, confesó Baghdatis, pero aclaró que su entrenador lo tranquilizó: “Me dijo que estaba más preocupado por Nalbandian que por mí”. Tras un primer match point desperdiciado, Baghdatis aprovechó el segundo, se metió en la final y cortó la ilusión de Nalbandian de volver a la final de un Grand Slam.