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Y al final se hizo. Roberto “Pampa” Sosa se incorporará mañana a Boca. El centrodelantero del Udinese italiano, luego de una larguísima negociación, llega para firmar, ponerse a las órdenes de Tabárez y jugar cuanto antes. Simultáneamente, es muy probable que se vaya el grandote que estaba jugando en ese lugar tan sensible del andamiaje boquense: Héctor Bracamonte está a punto de irse a Turquía, al Besiktas. Uno viene y otro se va; claro que los números no son los mismos.
Según había ya trascendido en los últimos días, Sosa llegará a préstamo por un año a cambio de 1.300.000 dólares, de los cuales 700 mil serán para el club italiano, mientras que el resto del dinero irá a la cuenta del futbolista. En tanto, ayer surgieron dudas entre los dirigentes de Boca con respecto al pase de Bracamonte, ya que el club turco, que en un principio había ofrecido 2 millones de dólares por la transferencia, ahora pretendería abonar 300 mil dólares por el préstamo de un año o 600 mil por el pase definitivo.
Es claro que Sosa no jugará el domingo próximo ante Nueva Chicago en Vélez, por la primera fecha del campeonato local, ya que aún no se encuentra en condiciones físicas adecuadas porque no completó con el Udinese la pretemporada que estaba realizando en Gmunden, Austria. Precisamente, ayer el ex delantero de Gimnasia recibió la orden de dejar todo y partir. De inmediato viajó hacia Italia para despedirse de sus familiares –que por ahora se quedarán en Udine– y hoy, acompañado por su representante, Roberto Settembrini, emprenderá vuelo rumbo a Capital Federal.
El goleador tiene 27 años, llevaba cuatro temporadas en el Udinese y había rubricado un contrato hasta el 30 de junio de 2005, por el que percibía un sueldo anual de 380 mil dólares. Mientras Sosa dejaba el plantel de Udinese, otro argentino, el interminable Roberto Sensini, de 35 años, comenzó la pretemporada tras llegar procedente del Parma.