DEPORTES › LAS CLAVES DEL EXITO ALBICELESTE

El broche de un ciclo inolvidable

Con la salida de Loffreda y el retiro de varios jugadores se cierra de la mejor manera una etapa histórica, en la que se destacaron una defensa de hierro, la fuerza de los forwards y el talento de Hernández y Contepomi.

 Por Gustavo Vila
desde Paris

El apertura Juan Martín Hernández fue la gran figura de una selección de Argentina que hizo historia al quedar en el tercer puesto del Mundial de Rugby 2007, también gracias al rentable pie del centro Felipe Contepomi, máximo anotador de su equipo, y a una férrea defensa. Los Pumas lograron la hazaña de conseguir el mejor resultado en una Copa del Mundo gracias a una fórmula de juego bien estudiada por su entrenador Marcelo Loffreda, que ayer se despidió con una sonrisa del ciclo más exitoso de Argentina.

Con un pack de hierro y una patada efectiva del jugador del Leinster irlandés Contepomi, Argentina avanzó hasta semifinales con cinco triunfos consecutivos, tres de ellos frente a potencias del Hemisferio Norte (Francia e Irlanda en primera ronda y Escocia en cuartos de final). El rígido esquema albiceleste, el mismo que triunfó en este Mundial y que llevó por ejemplo a Inglaterra a la final de hoy frente a Sudáfrica, se rompió con la magia de Hernández, hábil en el torneo con los cierres, salteados y drops sorpresivos, salvo en la debacle con los Springboks.

La otra pata del esquema, que dio muchos frutos tanto dentro como fuera del campo, la encarnó el medioscrum y capitán Agustín Pichot, que ayer se convirtió en el hombre record de partidos mundialistas con la camiseta de Los Pumas (14) y se despidió de los Mundiales tras cuatro participaciones. Pichot, de 33 años y mejor jugador del partido ante Francia, trabajó los duelos hablando con los árbitros y “volviendo locos” a los contrarios, pero también demandando mejoras para el rugby argentino (integrar el Tres o Seis Naciones) y específicamente para sus compañeros.

Hernández es su heredero natural para tomar la cinta de capitán, pero su bajo perfil dentro del campo a la hora de aclamar a su batallón deja un hueco importante que deberá tomar otro hombre, que podría ser el fullback Ignacio Corleto. Nani dio total seguridad en los relevos del fondo y, con sus 29 años, tiene perspectivas de convertirse para su cuarto Mundial en subcapitán, cargo que dejará el octavo Gonzalo Longo, otro de los puntos fuertes de Argentina en individualidades durante la Copa del Mundo. El Chalo avisó que se retiraba del ámbito internacional y de un puesto que parece bien cubierto con Juan Manuel Leguizamón, explosivo y con llegada al try cuando reemplazó a Longo por lesión en la mayor parte de la primera fase.

Pero la identidad del XV argentino estuvo marcada por la defensa, como se lo demostró este viernes a Francia, que empujó durante más de diez minutos a cinco metros del ingoal y jamás lo pudo abrir. “La base del rugby son los forwards”, repiten el técnico Loffreda y sus ayudantes, algo que retoman al pie de la letra los rugbiers argentinos, sobre todo en la cancha. En la primera fase, Argentina recibió apenas dos tries, se ganó merecidamente el rótulo de la mejor defensa del torneo y en sus siete partidos recibió un total de siete, cuatro contra el finalista Sudáfrica, aunque dos por intercepciones.

Rodrigo Roncero, Mario Ledesma y Martín Scelzo en primera línea, con Patricio Albacete y Nacho Fernández Lobbe en segunda, entregaron la solidez necesaria para codearse con las potencias mundiales. El punto que deben mejorar los Pumas, tras un Mundial para la historia, es la tercera línea, que mostró signos de debilidad frente a los poderosos contra los que siempre intentó evitar esa formación, como este viernes.

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Loffreda, padre de la criatura.
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