DIALOGOS › EXCLUSIVO JULIAN ASSANGE, SEGUNDA PARTE DE LA ENTREVISTA CONCEDIDA A PáGINA/12 EN LA EMBAJADA DE ECUADOR EN LONDRES

“Los lectores nunca deberían ser pasivos”

Asilado en la embajada ecuatoriana, el fundador de Wikileaks analiza su juventud como hacker y parte del movimiento de okupas en Australia. “No todo es relativo –afirma–, tiene que haber una realidad compartida.” Se trata de encontrar y difundir las filtraciones que permitan ver esa realidad.

 Por Santiago O’Donnell

Desde Londres

En su juventud vivida en Australia Julian Assange fue hacker, okupa y matemático. En la segunda parte de la entrevista que Página/12 le realizara en la Embajada de Ecuador en Londres, donde se encuentra asilado, el líder y fundador de Wikileaks explica cómo esas experiencias tempranas influyeron sobre su pensamiento actual.

–Mirando su juventud, quería preguntarle cómo influyó en su trabajo actual su pasado como hacker.

–Muchas veces veo palabras y definiciones de palabras que toman un poder no esperado. Por ejemplo, la definición de tortura, ¿incluye la práctica del submarino? ¿O no? En Estados Unidos esa definición tiene consecuencias legales tremendas que llegan hasta el potencial del procesamiento de Dick Cheney, John Yoo y otras figuras importantes del gobierno de Bush. De igual manera, en nuestro caso, si Wikileaks se define como un medio de comunicación, si soy o no un periodista, tiene consecuencias legales importantes y el Departamento de Estado ha luchado para decir que Wikileaks no es un medio de comunicación, que yo no soy un periodista o un editor y por lo tanto la protección de la Primera Enmienda (que protege la libertad de expresión en Estados Unidos) y el lobby de la prensa, el poder institucional de la prensa, no debería desplegarse para defendernos porque no somos uno de ellos.

–Entiendo lo que dice, pero mi pregunta se refería a la influencia...

–A eso voy. Entonces Associated Press y Reuters muchas veces se niegan a referirse a Wikileaks como un medio de comunicación y me describen como un ex hacker para adecuarse a la agenda del Departamento de Estado y no comportarse ellos como un medio de comunicación en nuestra defensa. O sea, “no nos persigan a todos por lo que hace Wikileaks, sólo persigan a Wikileaks porque Wikileaks no es uno de nosotros”. Es también lo que hizo el New York Times para defenderse. Así que si volvemos a mi adolescencia yo era un hacker, pero eso fue hace más de 20 años. Estoy bastante orgulloso de las cosas que hice como hacker, pero la definición puede ser engañosa. A menos que se le explique a la gente que los hackers pueden averiguar lo que está haciendo el Pentágono, por ejemplo, la gente cree que los hackers son mafia rusa robando los datos de la tarjeta de crédito de tu abuela, y ese ataque se lanzó sobre mí para tratar de remover la legitimidad de Wikileaks.

–Yo tenía entendido que usted empezó como hacker no tanto para penetrar las grandes corporaciones sino para defender a los individuos, para que los datos de los individuos no sean fácilmente robados por las grandes corporaciones.

–Es una combinación. La preocupación por lo que los militares estadounidenses y las grandes corporaciones estaban haciendo a los individuos sobrevino a partir del conocimiento desde adentro de las grandes corporaciones. Pasé mucho tiempo junto a otros desarrollando sistemas de criptografía para proteger a los individuos, empezando por uno de los primeros tres servicios de Internet en Australia, ayudé a llevar a la Internet a Australia. Nos hicimos famosos por administrar la primera Internet de libertad de expresión en Australia, que protegió a mucha gente que estaba siendo perseguida judicialmente por la iglesia de cientología o por criticar a grandes corporaciones.

–Preguntaba más bien qué fue lo que aprendió de la ideología hacker que haya influido en su posterior desarrollo de Wikileaks.

–Aprendí cómo instituciones están conectadas entre sí y cómo trabajan las agencias de espionaje, no como las describen los medios, sino cómo se ven desde dentro, que es una perspectiva muy diferente y provee un entendimiento mucho más claro. Y aprendí cierto entrenamiento mental para tomar algo muy grande y complejo y ver la pequeña falla dentro de ella y focalizar en esa falla y hacerla más y más grande, hasta que podés penetrarla con un camión. Así es como penetré instituciones bastante importantes con esta técnica, y ese entrenamiento mental es el mismo que tienen los buenos periodistas investigativos. Juntan un montón de información y encuentran la falla...

–El detalle revelador....

–Usan el detalle revelador que se abre y encuentran todo un mundo debajo de ese detalle revelador.

–La siguiente etapa de su vida involucró el estudio de la matemática y la mecánica cuántica. ¿Cómo influyó esa educación en la posterior creación de Wikileaks?

–Fue bastante importante porque tenía la idea para hacer Wikileaks allá por los noventa, pero el concepto no era lo suficientemente riguroso en esa etapa y la lección de la mecánica cuántica es cómo decir si te estás engañando cuando hacés una teoría sobre el mundo. En los años ’20 y ’30 ves el desarrollo de la mecánica cuántica moderna y ves que había mucha gente desarrollando teorías sobre el mundo que se enfrentaban entre sí. Entonces los físicos desarrollaron distintas maneras de distinguir entre las distintas teorías y su calidad. Y para simplificar, no debería haber nada en la teoría que no se pueda demostrar a través del resultado de un experimento. La otra parte que ha influenciado lo que hemos hecho es la noción particular de la mecánica cuántica de causa y efecto. Entonces, dada una secuencia de causas y efectos, puedes revertir la cadena de entendimiento y entonces ver, bueno, al final tengo un efecto particular, entonces cuáles son los senderos que podrían haber llevado a eso. Y volver un paso atrás y ver cuáles son los senderos que pudieron llevar a eso y mirar otro paso atrás y así. Es un sistema riguroso, pero también se puede usar como una analogía para entender procesos. Entonces, si hay actos de justicia en el mundo –y sabemos que los hay–, ¿cuáles fueron los hechos que derivaron en esos actos? Si volvés para atrás, si el acto de justicia no fue casualidad, por ejemplo el árbol cae sobre el asesino, entonces es algo que se puede predecir. Entonces volvés para atrás hasta donde una persona hace una observación sobre el mundo y comunica esa observación y así esa cadena de proceso de mecánica cuántica tiene una analogía en el Cuarto Poder (los medios de comunicación). La analogía es que en un punto alguien observa algo del mundo real y no es una opinión, no es una derivación, no es un debate, es algo que actualmente alguien tiene como el documento original, alguien tiene la foto, alguien tiene la grabación, alguien tiene la declaración de alguien en una posición importante y todo deriva de eso. En tanto lleva al acto de justicia, todo deriva de ese documento original y cualquier cosa que no deriva de este entendimiento primario del mundo sólo puede llevar a la justicia de casualidad y generalmente lleva a la injusticia, porque no está basado en información verdadera sobre el mundo. Uno puede ser posmoderno y decir qué importa si deriva de información verdadera, si hay distintas perspectivas sobre la verdad y nada es verdaderamente real, etcétera, etcétera.

–Pero usted piensa que algunas cosas son verdaderas.

–Sí. Yo creo que no hace falta ponerse en estúpido. Si yo digo que tu vaso de agua contiene cianuro, lo podemos probar. Podés beber el agua o dársela de beber a tu perro. No necesitamos hablar de tu perspectiva o mi perspectiva. Hay un perspectiva compartida. Mi argumento para los relativistas posmodernos que dicen que todo depende de la perspectiva es: está bien, no hace falta discutir más porque no hay un conocimiento compartido sobre el cual discutir. ¿Para qué estamos teniendo esta conversación? ¡Andate! Entonces una entrada a una conversación, a un debate político debe estar basada en la noción de que hay una percepción de la realidad que es compartida. Si no, palabras como manzana y taza y mesa y muerte súbita no tendrían ningún significado cuando son comunicadas. Salvo que exista una realidad compartida. Quizás algunas cosas no son claras, pero hay algunas partes que sí son claras. Medir esta realidad compartida para el Cuarto Poder significa documentos, fotografías, grabaciones, entrevistas originales. Y necesitamos hacer eso porque al final cómo se realizan las acciones y qué significan forman esta realidad compartida. Entonces un acto de justicia, la decisión que lleva a la justicia, su implementación, el efecto que tiene, siempre es una realidad compartida. Entonces si estamos tomando decisiones de hacer algo o no hacer algo, como individuos o como instituciones, la capacidad de tomar decisiones sólo es tan buena como la información que tenemos, que deriva de la realidad compartida que vamos a afectar. La teoría detrás de Wikileaks es que en un extremo tenemos nuestras observaciones sobre la realidad compartida y, en el otro extremo, las acciones que instituciones e individuos realizan para desviar nuestra realidad compartida. Y una vez que una acción que afecta nuestra realidad compartida se realiza, eso lleva a otra observación de la gente acerca de esa acción, entonces se produce un proceso circular que se puede observar desde cualquier punto, pero lo obvio es que puede empezar con la observación de una acción. Entonces, si queremos maximizar la cantidad de acciones justas, mover nuestra realidad compartida hacia un estado mejor, para nuestro bien y el de toda la sociedad, entonces necesitamos maximizar el flujo a través de este proceso. Eso significa maximizar el número de observaciones sobre la realidad compartida. Y en el contexto del Cuarto Poder eso significa maximizar el número de filtraciones, maximizar el número de videos sobre procesos políticos o abusos de derechos humanos o campañas militares y también las cosas positivas: maximizar el número de observaciones de los éxitos y entonces maximizar las transferencias de esas observaciones a la gente que es capaz de combinarlas con observaciones previas para lograr lo mejor del periodismo, que es decir: acá hay una observación, cómo encaja con todo lo que sabemos de antes, qué inferencias podemos hacer, etc. Maximizar la distribución, así que una vez que ese análisis o esa inferencia se han establecido de la fuente primaria de observación, cómo puede llegar a la gente a la que le importa. Es una cuestión de distribución y todos conocemos los diarios. Los diarios pueden tener, por ejemplo, una circulación de un millón de lectores, un millón de personas que leen su portada. Tenemos un millón de personas diferentes con intereses diferentes mirando la misma portada. Es completamente absurdo. Debería haber por lo menos diez mil portadas distintas para un millón de intereses diferentes. Así que uno busca maximizar la eficiencia de la distribucion para que la información le llegue a la gente que mejor puede actuar en consecuencia. Dando la misma información a todos no es una manera de maximizar la eficiencia de acciones subsiguientes porque la mayoría de la gente no puede reaccionar a esa información. Debes darles algo que les haga reaccionar. Si quieres maximizar el impacto de la información que se le distribuye a esa gente, para alentarlos –y con eso no quiero decir manipularlos–, quiero decir, creo que la gente debe actuar de acuerdo con su interés, siempre, sólo que su interés frecuentemente incluye el interés de otros.

–Usted muchas veces hace la distinción entre actores y observadores. Lo que me dice ahora es que los observadores también son actores.

–Exactamente. Los observadores a través de la comunicación de sus observaciones se convierten en actores. Pero hay dos lugares en esta tubería teórica que describen cómo ocurren cambios como resultado del flujo de información. Primero la observación, la fuente primaria de observación. La persona que estuvo ahí, el testigo, la foto, el video, el documento y quién lo obtuvo. Y la segunda observación es después de la amplificación a través de la distribución mediática, o la distribución a través de Facebook o Twitter. La gente realiza observaciones a través de todos los medios de comunicación y después actúa o no en base a esas observaciones. Los lectores nunca deberían ser pasivos. Nunca, nunca. Y si son pasivos es porque están leyendo su propia información. ¿Cuál es el sentido de estudiar el mundo de un modo particular a menos que hagas uso de esa información para afectar el mundo en el que vives? Si estás leyendo información sobre la que no puedes actuar, ya sea en el momento o a futuro, entonces estás perdiendo el tiempo. Muchos periodistas politizados dirían: “Oh, Argentina es tan provinciana, sus preocupaciones son tan provincianas”, y lo mismo se puede decir de Australia o el Reino Unido. Todos estos países deberían preocuparse más por lo que sucede en Ghana, dirían estos periodistas. Yo contesto que esto es absurdo. Deberían preocuparse por ellos mismos, su familia, su barrio y su ciudad. Y su preocupación debería ser proporcional a su capacidad de acción. Todos tenemos una cantidad de tiempo limitada. Entonces si te peocupas más por Ghana, te preocupas menos por tu familia. Si te importa más Botswana, te importa menos tu pueblo. Creo en esencia que lo que le preocupa a la persona promedio está bien. Sus preocupaciones son legítimas. Está bien que le importe más su familia que un país lejano. Lo que no está bien es que muy pocas veces reciben la información adecuada para que puedan actuar en el interés de su familia, su ciudad y su país y, muy ocasionalmente, el mundo en general.

–Otra influencia en su juventud fue el movimiento okupa, que es muy importante en América latina. ¿Qué aspectos de su pasado como activista okupa, de su uso de la desobediencia civil, trasladó a su experiencia con Wikileaks?

–Cuando tenía 17 años ayudé a conducir el sindicato de okupas (de Melbourne). Desde una base ética sentí que era injusto que hubiera muchas casas que se mantenían vacías porque eran meras inversiones, casas que esperaban que subiera el precio. Y había mucha vivienda pública y la burocracia se había desmoronado y las casas no se entregaban y se mantenían vacías durante diez años. Pero a esa edad mi desarrollo político y filosófico todavía no había madurado. Así que no diría que mi motivación principal estaba bien fundamentada intelectualmente, pero había un espíritu de aventura.

–¿O sea que hoy no apoyaría a un movimiento okupa?

–Al contrario, por supuesto que lo apoyaría. Pero en esa época si bien tenía una justificación moral, también lo hacía porque era divertido. Nuestra oficina era una estación de bomberos de tres pisos que estaba desocupada. Ir a trabajar todas las mañanas bajando un tubo como Batman era muy divertido. Y me convertí en un experto en cómo entrar en las casas. Pegábamos posters por todo Melbourne pidiéndole a la gente que nos avisara de cualquier propiedad desocupada para que los sin techo tuvieran un lugar donde vivir. Recibíamos los informes y los anotábamos en una ficha y lo archivábamos: dirección, cuántos dormitorios, en qué condiciones estaba la propiedad. Yo era un experto en tomar esos informes, ponerlos en un mapa y buscar la manera más eficiente de visitar todas las propiedades y determinar la manera más eficiente de entrar a las casas: a través de postes de luz, ventanas, sótanos. Después veía cómo hacer para que conectaran la electricidad, el gas o el teléfono. Anotaba cuántos dormitorios tenía la casa, la calidad de las alfombras y cosas así y después una familia llamaba y decía: “Nos acaban de desalojar, ¿tenés algo en tal o cual barrio, dos o tres dormitorios?”. Entonces revisábamos el fichero y decíamos “Acá tenés tres dormitorios en tal barrio, recién pintado, la electricidad está conectada y se entra así”. Eramos una inmobiliaria para okupas.

–Está sonriendo. Supongo que le daba mucha satisfacción ayudar a los sin techo.

–Mucha. No es lindo estar en la calle con niños. Para los inmigrantes puede ser muy difícil alquilar en Australia porque los inquilinos piden siete referencias, recibo de sueldo y generalmente hay 30 o 40 candidatos por casa y puede llevar mucho tiempo conseguir una, así que la gente puede estar sin techo durante meses por más que tenga el dinero para alquilar porque la burocracia es tan pesada. Era divertido y dramático. Muchas veces gente joven tiene un instinto de aprendizaje y aprender una habilidad es muy satisfactorio. A veces vas en la dirección correcta y a veces en la dirección equivocada. Pero siendo un joven hacker y un dirigente okupa que se especializaba en llevar adelante esas campañas y en entrar en una gran variedad de casas abandonadas, me producía mucho placer la creciente sofisticación de mi habilidad.

–También da placer la transgresión, ¿no?

–La forma más placentera de aprendizaje es cuando alcanzás el límite de tu habilidad. Una de las formas más fáciles de saber si estás al límite de tus habilidades es cuando alguien empuja en sentido contrario.

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Imagen: AFP
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