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La estabilidad del dólar y la aparición de una tasa de interés de referencia, con las colocaciones periódicas de las Lebac, posibilitaron la reaparición de las ventas en cuotas de las tarjetas de crédito más grandes. Visa, Mastercard y Cabal volvieron a pegar en los comercios los stickers con la oferta de financiación en dos o tres cuotas, que habían sido retirados en diciembre. La relativa certidumbre financiera dio marco para que las administradoras de plásticos pudieran cubrir una necesidad tanto propia como de los comerciantes, ya que las ventas en cuotas llegaron a representar hasta el 50 por ciento de las colocaciones de algunos rubros, como indumentaria, electrodomésticos y turismo.
La tasa de interés que se cobra por esa financiación, sin embargo, es altísima, en torno del 75 por ciento anual. Pero la expectativa de las empresas es satisfacer una demanda creciente. “La venta en cuotas representaba hasta diciembre de 2001 el 30 por ciento del volumen total de ventas con tarjetas. Durante estos últimos ocho meses estuvieron suspendidas y hoy se estima que en dos meses estarán nuevamente en un 10 por ciento”, explicó Sara Muzzio, gerente de Establecimientos de ArgenCard.
En las últimas dos semanas se fueron incorporando negocios a esta modalidad de venta. Todavía no está habilitada para la comercialización de comestibles en los supermercados, aunque es intención de las empresas ofrecerla en un futuro. Claro que para ello es indispensable que se mantengan estables las variables financieras, según puntualizó en diálogo con este diario Néstor Yoan, presidente de la Cámara de Tarjetas de Crédito y Compra (Atacyc).
Las cuotas habían desaparecido en diciembre, debido a la imposibilidad de financiación por parte de los bancos emisores. Pero hoy, el tímido regreso de depósitos al sistema bancario hizo posible que volviera a instaurarse este masivo sistema de compra a crédito. Acompaña esta situación un dólar alto pero estable, tasas de interés previsibles y, fundamentalmente, la necesidad de los principales actores del negocio de sostener el sistema de tarjetas de crédito, ante el bajo nivel de utilización de los últimos tiempos. Datos aportados por Yoan dan cuenta de una caída en el consumo con tarjetas del orden del 50 por ciento.
Yoan explicó que las tarjetas chicas, especialmente las regionales, mantuvieron durante todo este tiempo las ventas en cuotas, aunque las redujeron de las 12 que daban hasta fines del año pasado a dos o tres. “En Argentina hay 180 marcas de tarjetas y muchas de ellas siguieron con este sistema a pesar de la crisis”, puntualizó. Las que ahora lo retomaron son Visa, Mastercard y Cabal.
Los intereses que se aplican por las ventas en cuotas dependen de cada banco emisor de la tarjeta, pero la referencia es la tasa de las Lebac (Letras emitidas por el Banco Central), del 75 por ciento anual. Algunos comercios decidieron no trasladar ese interés a sus clientes y hacerse cargo del mismo con tal de aumentar sus ventas. Los comerciantes deben esperar 18 días hábiles, unos 28 días corridos, para que se acredite el resultante de sus ventas con tarjeta. Este período era imposible de soportar para muchos de ellos cuando el dólar estaba en aumento. Pero hoy, en un escenario de mayor previsibilidad, prefieren vender en cuotas para recuperar clientes.