ECONOMíA › LOS GOBIERNOS DE ARGENTINA Y BRASIL ENVIARON MENSAJES CONCILIADORES, PERO LAS TRABAS CONTINúAN

Gestos de distensión, por ahora eso es todo

Amado Boudou desde Argentina y Marco Aurelio García desde Brasil destacaron la importancia estratégica del vínculo entre ambos países. Las negociaciones, de todos modos, marchan lentas. “No vamos a ser ingenuos”, advirtió Débora Giorgi.

 Por Javier Lewkowicz

“No vamos a ser ingenuos y no vamos a ceder ni un palmo en ninguna negociación cuando veamos que se le puede anular el horizonte a una pequeña o mediana empresa o poner en peligro un solo puesto de trabajo”, aseguró la ministra de Industria, Débora Giorgi, en relación con la ronda de negociaciones que la semana que viene el gobierno nacional mantendrá con su par de Brasil para dirimir los conflictos comerciales. Más allá de que ayer el asesor de asuntos exteriores de Dilma Rousseff, Marco Aurelio García, y el ministro de Economía, Amado Boudou, buscaron bajarle el tono a la disputa, aún se mantienen tanto las dificultades al ingreso de productos a la Argentina, por los cuales los industriales brasileños se quejan, como la detención de los vehículos fabricados en el país en la frontera con Brasil, aunque los negociadores esperan que antes del lunes, cuando empiece la primera ronda bilateral, la situación se destrabe.

Los gestos políticos todavía no tuvieron correlato práctico. Daniel Afione, gerente de Asuntos Corporativos de Toyota, confirmó a este diario que no hay novedades en la frontera, por lo que las camionetas de la marca japonesa continúan sin poder ingresar al país vecino. La firma detuvo los envíos aunque esta situación no hizo que modifique su esquema de producción. En tanto, Miguel Ponce, gerente de Relaciones Institucionales de la Cámara de Importadores (CIRA), aseguró que las dificultades en el ingreso de productos de origen brasileño como alimentos y línea blanca, entre otros, se mantienen en diversos pasos fronterizos. Se presume que esas situaciones se relajarían antes del lunes, de manera que el secretario de Industria, Eduardo Bianchi, y su par brasileño, Alessandro Teixeira, comiencen formalmente las negociaciones en forma más distendida.

Ambos funcionarios mantuvieron ayer diversas comunicaciones telefónicas para aliviar la tensión. Argentina quiere que los vehículos trabados puedan ingresar a Brasil, mientras que desde el gobierno del país vecino pretenden que se liberen las licencias no automáticas de importación para baterías, calzados y neumáticos. “El lunes la negociación será un intercambio de reclamos. Nosotros vamos a plantear cada punto que mencionó Giorgi en su carta a Pimentel”, indicaron en Industria.

Por su parte, Brasil apuntará sobre las licencias no automáticas de importación y otras medidas de defensa comercial que utiliza el gobierno nacional. Ante ello, Giorgi aclaró que “no se pondrá en juego ni un solo puesto de trabajo”. En la inauguración de una fábrica de botones y accesorios de moda en Villa Urquiza, indicó que “el mercado interno que construimos entre todos con políticas públicas activas también lo tenemos que defender entre todos. La real defensa de nuestro mercado interno no producirá problemas en la relación con otros países. Argentina tiene la capacidad de negociar sentada a una mesa y exigiendo lo que exigen todos los países, y es que los acuerdos comerciales den beneficios a uno y otro lado de las fronteras, equilibrando valor agregado y trabajo”.

En tanto, hubo gestos de acercamiento de parte de funcionarios de ambas administraciones. “Nadie nos podrá hacer enojar con los hermanos. La única orientación de Dilma Rousseff sobre el tema es preservar la buena relación establecida entre las dos presidentas”, opinó el influyente Marco Aurelio García. También en tono conciliador, Amado Boudou afirmó que “el conflicto con el país vecino se va a resolver como en otras oportunidades”.

En 2010 el déficit comercial de la Argentina con Brasil alcanzó a 3238,2 millones de dólares. Según datos brasileños, se explicó fundamentalmente por las manufacturas de origen industrial, que cerraron con un rojo de 6002,1 millones, lo que le permite a Brasil morigerar el déficit general industrial que tiene con el resto del mundo. Si se compara el actual intercambio de bienes industriales con la década del ’90, se observa que el déficit prácticamente se triplicó, es decir que en términos estructurales la posición del país vecino se consolidó frente a la economía local.

Sin embargo, en el último tiempo Brasil sufrió una pérdida de mercado de bienes industriales en Argentina. Eso provocó que el déficit argentino haya bajado de 7904,6 millones de dólares en 2008 a 6002,1 millones en 2010, con la economía local ya habiendo sobrepasado los niveles precrisis. La apreciación del real que genera ahogo industrial en el país vecino, la sustitución de importaciones por producción local y la competencia asiática son factores que influyeron para explicar ese desempeño y permiten comprender parte del cambio de actitud del gobierno de Rousseff.

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El gobierno argentino pidió destrabar el ingreso de casi tres mil vehículos que intentaron ser exportados hace una semana.
Imagen: EFE
 
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