ECONOMíA › EL BANCO CENTRAL DEL PAíS VECINO BAJó LA TASA DE INTERéS DE 12 A 11,5 POR CIENTO

Brasil busca reactivar su industria

Es la segunda reducción que aplica desde el 31 de agosto, cuando también recortó medio punto. La entidad reafirma así la búsqueda de un incremento de la competitividad por sobre la lucha contra la inflación, lo que podría derivar en una mayor devaluación del real.

 Por Fernando Krakowiak

El Banco Central de Brasil bajó ayer la tasa de interés de referencia medio punto, hasta 11,5 por ciento anual. Es la segunda reducción que aplica desde el 31 de agosto, cuando también recortó medio punto. La entidad reafirma así la búsqueda de un incremento de la competitividad de la economía por sobre la lucha contra la inflación, lo que podría derivar en una mayor devaluación del real.

El país vecino estaba creciendo el año pasado al 9 por ciento, pero en sus primeros meses de mandato la presidenta Dilma Rousseff se propuso contener la inflación y aplicó cinco subas consecutivas de la tasa de interés, llevándola de 10,75 a 12,5 por ciento entre enero y julio. Eso alentó un mayor ingreso de capitales y forzó una revaluación del real que en el mismo período pasó de 1,66 a 1,53 por dólar. La consecuencia no deseada fue una fuerte desaceleración de la actividad económica. La proyección de crecimiento para este año es de apenas 3,5 por ciento, en parte debido al estancamiento de la industria, a la cual le cuesta cada vez más competir con los productos asiáticos.

El recrudecimiento de la crisis internacional complicó aún más a los sectores productivos. La reacción oficial llegó a fines de agosto cuando el Banco Central bajó la tasa de interés y alentó de ese modo una devaluación del real. En poco tiempo, la moneda brasileña trepó a 1,77 por dólar. Sin embargo, la relación entre la tasa de interés local y el tipo de cambio no es lineal, porque también entran en juego otras variables, como el diferencial existente con las tasas de las principales plazas internacionales. De hecho, el real había alcanzado un techo de 1,96 dólar hace un par de semanas y luego volvió lentamente a revaluarse.

Ahora el Banco Central bajó nuevamente la tasa y lo justificó por el impacto de la crisis internacional. “El Copom entiende que, para mitigar los efectos provenientes de un ambiente global más restrictivo, un ajuste moderado a la tasa base es consistente con un escenario de convergencia de la inflación a la meta en el 2012”, afirmó el Comité de Política Monetaria de la entidad a través de un comunicado. La mención a la meta de inflación no es casual, pues la baja de la tasa puede derivar en una suba mayor de precios. El mes pasado llegó a 7,3 por ciento interanual, su máximo nivel desde junio de 2005. La meta de este año es de 4,5 por ciento, con una tolerancia de dos puntos porcentuales hacia arriba o abajo que está siendo superada. Es la primera vez desde 2003 que no se cumpliría con la pauta. Si eso ocurre, Alexandre Tombini, presidente del Banco Central, tiene la obligación de escribirle una carta al ministro de Hacienda explicando por qué sucedió eso y lo que está haciendo para solucionar el problema.

Al mencionar en el comunicado que el año próximo la tasa de inflación convergerá con la meta oficial, Tombini pareciera estar ensayando una respuesta, pero varios analistas no creen que se pueda alcanzar ese objetivo. De hecho, algunos medios de comunicación brasileños especularon en el último mes con la posibilidad de que Dilma Rousseff esté siguiendo el ejemplo argentino, donde el crecimiento es record a costa de una mayor inflación sin que este último dato le haya hecho perder popularidad a Cristina Fernández de Kirchner.

Fuerza Sindical, la segunda mayor central obrera del país, consideró que el gobierno acertó con la medida, pero la consideró insuficiente para reactivar al sector manufacturero. Mientras que Paulo Skaf, presidente de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo, el corazón industrial de Brasil, coincidió al asegurar que “es necesario intensificar la reducción de la tasa”. Las autoridades argentinas, por ahora, se limitaron a mirar con atención lo que está ocurriendo y aseguran que la devaluación del país vecino todavía no es un motivo de preocupación.

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La entidad que preside Alexandre Tombini justificó la baja por el impacto de la crisis.
 
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