ECONOMíA › LA PRESIDENTA LES PIDIó A LOS PRODUCTORES QUE ASEGUREN SUS COSECHAS CONTRA GRANIZO, SEQUíA Y HELADAS

Opción para no depender de Dios y del Estado

La mandataria confirmó que, gracias a las lluvias, el daño que provocó la sequía fue mínimo, pero le reclamó más previsión al sector. “Una actividad que ha innovado tanto no puede seguir pidiéndole a Dios que llueva y, cuando no ocurre, pedirle plata al Gobierno”, afirmó.

 Por Sebastián Premici

“Parecía que iba a ser terrible el tema de la sequía, pero Dios nos ayudó, ya que el daño es mínimo, esto dicho por las propias cámaras empresarias. Una actividad tan dinámica, que ha innovado tanto, no puede seguir pidiéndole a Dios que llueva y, cuando no ocurre, pedirle plata al Gobierno. Hay que terminar con esto.” De esta manera, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner planteó un nuevo eje en cuanto a la relación con los sectores agropecuarios, que tiene que ver con la responsabilidad empresaria a la hora de encarar un negocio. “Un transportista tiene que contratar un seguro y lo paga él mismo. Un negocio a la calle también. Un sector con alta rentabilidad podría destinar una partecita chiquita de sus ganancias a contratar seguros contra la sequía, el granizo y heladas... Esto es para tener la previsibilidad que tanto le piden al Gobierno y que a veces no es ejercida por los propios sectores”, agregó la primera mandataria. La Federación Agraria salió al cruce de la Presidenta y dijo que “el Estado siempre es socio en las ganancias, pero nunca en las pérdidas” (ver aparte).

El otro eje del discurso de la Presidenta, realizado durante un acto en la Casa Rosada donde fueron entregados una serie de créditos de la línea del Bicentenario, estuvo en los efectos de la sequía. La primera mandataria afirmó que los efectos de La Niña no fueron tan extendidos como habían pronosticado los integrantes de las entidades agropecuarias, quienes llegaron a decir que se trataba de la peor sequía en años.

La Presidenta apuntó a la responsabilidad de los productores para morigerar los efectos de las inclemencias climáticas, más allá de que exista una ley de emergencia para atender los casos que surjan de los problemas climáticos. Una manera puede ser con la inversión en riegos artificiales, como ocurre en las zonas áridas del país donde también hay agricultura. En esta oportunidad, la Presidenta planteó la necesidad de que los productores accedan a los seguros contra sequía.

Las pólizas más generalizadas son contra el granizo, fuertes vientos –en el caso de algunos cereales– y fuego. Los llamados “multirriesgo” incluyen una cobertura para la sequía. Pero muchos productores se resisten a contratarlos por sus costos. Por ejemplo, en algunas regiones de Santa Fe, un seguro contra granizo, que no es de riesgo, tiene una prima de entre 2 y 3 por ciento del monto asegurado. En Río Cuarto hay que pagar una prima de 10 por ciento. Los multirriesgo son más caros.

“En cuanto a la recomendación de la Presidenta de que saquemos seguros para no pedir a Dios que llueva, queremos informarle que no existen seguros que cubran toda la geografía agropecuaria de nuestro país, porque justamente el Estado nunca se ocupó de impulsarlos”, retrucó ayer Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria.

Esta entidad trabaja con una aseguradora, que es un desprendimiento de la propia FAA, que se llama Agraria y opera con San Cristóbal Seguro Mutual. Por otro lado, la cooperativa ACA, vinculada a Coninagro, trabaja con SanCor Seguros, una empresa que depende de la empresa SanCor, integrante de Coninagro. Es decir que las propias entidades agropecuarias tienen injerencia en este campo.

“Generalmente el que accede a un seguro multirriesgo (que incluye la sequía) es un gran productor o un semillero. Pero la otra realidad es que las zonas marginales, que pueden verse más perjudicadas por una sequía, tendrán que implementar estos seguros porque el clima está cambiando”, indicó a este diario Carlos Trevisi, titular de Agricultores Federados, cooperativa vinculada a FAA, quien creó un fideicomiso hace seis años para asegurar parte de las cosechas en cuanto a granizo y fuego.

Si bien cualquier inclemencia es difícil de predecir, los episodios relacionados con La Niña se repiten periódicamente. Según el INTA, suelen empezar con suelos desprovistos de humedad y es a mediados de enero cuando comienzan las lluvias. Esto sucedió, por ejemplo, con los episodios de La Niña de 2005/2006, 2007/2008 y 2010/2011, en los que las lluvias llegaron en enero, revirtiendo una situación inicial difícil. Durante La Niña 2008/2009, en cambio, las lluvias se retrasaron y recién llegaron en marzo, por eso la gravedad de su incidencia.

Fernández de Kirchner le pidió al ministro de Agricultura que impulse una política generalizada para el acceso de los seguros. El vicepresidente Amado Boudou indicó, desde Bahía Blanca, que en esa ciudad se habían entregado seguros a 700 productores locales de menos de 100 hectáreas damnificadas, equivalentes para cubrir 10 millones de pesos. La Presidenta destacó al Banco Nación y su empresa de seguros para que sea el “caso testigo”, en cuanto a la prima que cobra y, de esta manera, impulsar a los bancos o aseguradoras privadas a bajar sus márgenes. Desde Agricultura señalaron que están trabajando en este sentido.

Por otro lado, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, las lluvias registradas en enero “terminaron con la sequía en la zona núcleo”. En cuanto a las pérdidas, el cultivo más afectado fue el maíz, del cual se producirán aproximadamente 21 millones de toneladas y no las 30 millones previstas al inicio de la campaña. En soja, la merma iría de las 52 millones de toneladas previstas, a 45 millones, aproximadamente.

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“Un sector con alta rentabilidad podría destinar una partecita de sus ganancias a contratar seguros”, afirmó Cristina.
Imagen: Télam
 
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