ECONOMíA › CóMO OPERAN LOS FONDOS BUITRE QUE DEMANDAN AL PAíS

Los que todavía sobrevuelan

Los fondos litigan contra Argentina por 3600 millones de dólares,que equivalen al valor nominal de sus tenencias en bonos defaulteados, los cuales fueron adquiridos a entre 2 y 2,5 dólares por lámina de cien.

 Por Cristian Carrillo

“Hace treinta años el entonces presidente (dictatorial) del Congo Joseph Mogutu pidió del gobierno de Yugoslavia treinta millones de dólares para la construcción de un puente. El puente no se hizo y el dinero desapareció, al igual que Yugoslavia. Un fondo buitre compró esta deuda en tres millones y en diciembre último obtuvo un fallo del paraíso fiscal de Isla Jersey por cien millones.” Con este ejemplo, el embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Argüello, dio muestra acabada del accionar de los fondos buitre que hoy litigan contra la Argentina para que se les reconozca el precio nominal de su deuda, la cual compraron a menos del tres por ciento de ese valor. El embajador ofreció una “radiografía de los fondos buitres en el ciclo de conferencias del Gestar, que encabezó el titular del instituto y director de la Anses, Diego Bossio. “Nuestra política es para que los recursos vayan a los argentinos y no a los acreedores”, afirmó Bossio al presentar la disertación.

“El 2001 será un gran año para todos”, vaticinaba Fernando de la Rúa, en un video con el que se dio inicio a la conferencia, en el cual se exhibían imágenes del impacto que la peor crisis de la historia del país (2001-2002) generó en la economía y la sociedad. Los datos recordados por Argüello fueron igual de contundentes: pobreza, 50 por ciento; deuda sobre PIB, 160 por ciento; desempleo, 25 por ciento y el quiebre de la mayoría de las instituciones financieras. “Tardamos tres años en recuperar el Producto pre recesión, y recién ahí, en 2005, estuvimos en condiciones de discutir con los acreedores. Sin embargo, el lema de esos fondos es: ‘cuanto peor esté el país, mejor para nosotros’”, criticó el embajador. Con la proyección de varios slides, el diplomático mostró cómo los sucesivos canjes fueron arrinconando a los buitres, para que ahora pueda tenerse una radiografía de sus tenencias.

Los dos canjes sumaron un nivel de aceptación del 92 por ciento. El 8 por ciento restante se compone en un 85 por ciento por fondos buitre y particulares sin residencia en los Estados Unidos; y sólo el 8,3 tiene un domicilio en ese país. “Esto permite contestar a los que aseguran que estamos jugando con el dinero del ahorrista estadounidense”, señaló Argüello. Estos fondos litigan contra el país por 3600 millones de dólares, que equivalen al valor nominal de sus tenencias en bonos defaulteados, pero fueron adquiridos a entre 2 y 2,5 dólares por lámina de cien previo al anuncio de default. “En total, identificamos a quince grupos, de los cuales nueve operan desde las Islas Caimán. Su trabajo consiste en buscar un juzgado de oportunidad (permeable) para avanzar con la presentación. Estos además se asocian. Entre ellos conforman 47 grupos (de distinta composición accionaria) de presión para la Argentina”, señaló el embajador.

“Su supuesta industria se basa en ‘comprar en cientos de dólares lo que venden por millones’”, relató Argüello, citando una carta del ex presidente Bill Clinton rechazando dinero de estos fondos para su partido (el Demócrata). En Estados Unidos el lobby está institucionalizado, lo que implica que puede conocerse el dinero que reciben los representantes y senadores estadounidenses de parte de distintas empresas. Los fondos buitre utilizan esto para presionar en contra de la Argentina, política y mediáticamente. “Nuevamente, el objetivo es deteriorar la imagen de la Argentina para poder conseguir algún fallo favorable. Por suerte, no son escuchados por los congresales más serios y con mayor llegada a su pueblo. No obstante, si bien perdieron una batalla contra el canje de deuda argentino, no están derrotados”, alertó.

Por último, el diplomático hizo una breve reseña de los tres principales lobbistas en contra de la Argentina: Keneth Dart, de EM Ltd.; Paul Singer, de NML; y Robert Shapiro, del grupo de presión ATFA. Todos operan de la misma manera. Sin embargo, Argüello se detuvo en el caso de Dart, quien tiene una empresa de vasos de telgopor, con operaciones en distintos países. Una filial está radicada en el polo industrial de Pilar. “Mientras juega por erosionar a la Argentina, se beneficia de las condiciones para producir en el país. Estas cosas estamos investigando”, cerró Argüello. Un asistente levantó uno de los vasos del coffe break, para mostrárselo al embajador; llevaba el sello de la firma Dart.

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El embajador en Estados Unidos, Jorge Argüello, junto a Diego Bossio, de la Anses.
Imagen: Sandra Cartasso
 
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