ECONOMíA › SEPTIEMBRE, OTRO MES DE BAJA EN LA CONSTRUCCIóN

Una lenta readaptación

La pesificación de las operaciones marcó un replanteo en el sector inmobiliario que también afectó las decisiones de construcción. Asimismo, se nota la retracción de inversiones en obras.

La actividad de la construcción mostró una baja interanual en septiembre de 5,2 por ciento y en el acumulado desde principios de año exhibe una caída de 2,7 por ciento respecto de igual período de 2011, dinámica que responde a la “pesificación del mercado” forzada por la restricción oficial a la venta de divisas para adquirir bienes inmuebles y el impacto de la desaceleración general de la economía, que se siente en buena parte de la industria. La comparación trimestral, según datos que ayer difundió el Indec, muestra la tercera merma consecutiva. Desde el sector admiten que la situación es complicada pero esperan una mejora a partir del aumento en las partidas para la construcción de viviendas que mandó a ejecutar el Gobierno. El desempeño de la actividad en la Ciudad de Buenos Aires es más negativo que el registrado en otras provincias.

La segunda parte del año pasado marcó el comienzo de la desmejora en el rendimiento del sector. El crecimiento interanual en el tercer trimestre de 2011 fue de 10,4 por ciento, luego bajó a 4,1 y después a 3,5 por ciento a comienzos de este año, con bajas de 4,9 y 6,3 por ciento en el segundo y tercer trimestre de 2012. Como dato positivo, en septiembre se registró un aumento de 4,8 por ciento en relación con el mes anterior.

Esa dinámica responde a varios factores. La crisis internacional, amplificada en la economía nacional por la desaceleración de Brasil, impactó en la industria automotriz y sectores conexos y en las economías regionales, con la consiguiente tracción negativa sobre otras actividades. Sobre ese escenario se montó la restricción a la compra de divisas para la adquisición de inmuebles, lo que forzó una pesificación del mercado de las propiedades, en especial en la Ciudad de Buenos Aires. Eso impactó de lleno en la actividad del sector inmobiliario, y de manera lateral en la construcción, que todavía no logra adaptarse a pesar de ser creciente la oferta de proyectos en pesos.

“El impacto de la pesificación se verifica en las obras de las grandes ciudades, porque en el resto del país siempre las propiedades se vendieron en pesos y allí no tiene efecto el tema del mercado cambiario. Existe un fuerte impacto a causa de la crisis externa y por la caída en la actividad industrial”, indicó a Página/12 Carlos Wagner, titular de la Cámara de la Construcción (CAC). Analistas del sector explican que la construcción canalizó parte del excedente generado por la economía nacional en los últimos años, de ahí que tenga un comportamiento procíclico. Además, advierten que el mercado de la Ciudad de Buenos Aires está saturado, y que en Córdoba y las provincias del NOA se perciben ahora mayores oportunidades para ampliar los márgenes de ganancia.

También influyó para explicar el resultado de la actividad un menor dinamismo de la obra pública, a diferencia del sesgo contracíclico que adoptó en la crisis de 2009. Según el desagregado que confecciona el Indec, el segmento de la construcción que más cayó fue Obras de infraestructura, con el 15,5 por ciento, seguido por Obras viales (-13,6), Edificios para uso comercial o de carácter público (-11,9) y Viviendas (-7 por ciento).

En términos de empleo, el Indec indica que en el segundo trimestre los puestos registrados se mantuvieron prácticamente igual que en 2011, aunque la comparación trimestral refleja dos caídas consecutivas. Según datos de la CAC, se perdieron unos 40 mil empleos desde el pico de 2011, una baja del 7 por ciento. “Por esta situación el Gobierno mandó a acelerar el plan Pro.Cre.Ar. e incrementó las partidas para la construcción de viviendas casi un 50 por ciento para los próximos meses. Vamos a revertir esta situación, no pasará lo mismo que en 2008, cuando perdimos 90 mil empleos”, agregó Wagner. La encuesta de expectativas del Indec marca que el 65,4 por ciento de los empresarios que realizan principalmente obra privada creen que no cambiará el nivel de actividad, el 23,1 por ciento estima una caída y el 11,5, una suba. Entre los que se dedican a la obra pública, el 45,7 por ciento prevé un comportamiento estable, el 34,3 piensa que caerá y el 20 por ciento que los próximos meses serán mejores.

En cuanto a la venta de insumos, en el acumulado del año el asfalto cayó un 23 por ciento, seguido por pisos y revestimientos cerámicos (-14,6), cemento Portland (-7,3), pinturas para construcción (-5) y hierro redondo para hormigón (-3,1 por ciento). La venta de ladrillos huecos, en cambio, registró una suba de 4,9 por ciento.

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Un panorama complicado en la construcción, que esperan revertir a partir de los planes de vivienda.
Imagen: Leandro Teysseire
 
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