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El Gobierno espera que el FMI apruebe hoy la segunda revisión de las metas del acuerdo con Argentina. La demora en el cumplimiento de ese trámite fue una forma de presión por la prórroga del Congreso a la ley que impide las ejecuciones a los deudores morosos. Una de las consecuencias fue que los organismos de crédito suspendieron sus desembolsos al país. El secretario de Hacienda, Carlos Mosse, estimó ayer que los giros pendientes suman unos 900 millones de dólares. A pesar de ello, el Gobierno siguió pagando puntualmente a Washington a cada vencimiento de intereses de la deuda.
Los recursos fueron tomados del superávit fiscal. En mayo, el superávit primario (antes del pago de servicios de la deuda) fue de 1741,1 millones de pesos. En cinco meses, el resultado fue positivo en 4192 millones. Mosse destacó que la meta fiscal pactada con el Fondo para el primer semestre fue de un superávit de 4500 millones. Es decir, restando sólo el mes en curso para completar el semestre, la meta está muy cerca de cumplirse.
“La recaudación de este mes rondará los 6000 millones de pesos y no habrá problemas para conseguir un superávit de 300 millones”, subrayó el funcionario. También dijo que gracias a la holgura fiscal se pagará normalmente el aguinaldo a jubilados y empleados públicos, junto con los haberes de junio. En el caso de los jubilados, aquellos que ganan hasta 200 pesos ya están cobrando la cuota de mitad de año del sueldo anual complementario.
Mosse señaló que una parte del superávit se utilizó para pagar intereses de la deuda y otra para saldar una deuda con exportadores. A ese último fin se destinaron unos 500 millones de pesos en lo que va del año. Los sindicalistas de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) reclaman que el excedente fiscal se utilice para saldar la deuda con los empleados públicos y los jubilados que se generó por el recorte del 13 por ciento en sus haberes entre julio de 2001 y diciembre de 2002.
Con respecto a las próximas negociaciones con el FMI, Mosse sostuvo que en el corto plazo no se podrá estirar el superávit fiscal a un porcentaje mayor al 2,5 por ciento del PIB, como se acordó en esta oportunidad.