ECONOMíA › FALTA DE DEMANDA INTERNA Y DÓLAR ESTANCADO

Hasta aquí llegó la industria

La actividad industrial acumuló en el primer semestre de 2003 una suba interanual del 17,3 por ciento, informó el Indec. No obstante, volvió a bajar en junio por tercer mes consecutivo reflejando de lleno el impacto de la baja del dólar, es decir de la pérdida de la competitividad ficticia conseguida por el dólar recontraalto. No obstante, las diferencias en las comparaciones interanuales siguen siendo positivas.
De acuerdo al Estimador Mensual Industrial (EMI) del Indec la actividad manufacturera experimenta en lo que va del año “una firme recuperación”, mejora que “parece desacelerarse”, agrega el informe. “Luego de cuatro trimestres consecutivos de variaciones positivas con respecto al trimestre anterior, el segundo trimestre de 2003 se ha mantenido en un nivel similar al del primer trimestre del corriente año, con una pequeña disminución del 0,5 por ciento”, agregó el Indec.
Los analistas del EMI incorporan en el informe parte de las demandas de la UIA, ya que antes que en el lento regreso a la normalidad de los indicadores cambiarios insisten en la explicación exógena. Esto es, la recesión en Brasil se tradujo en caída del consumo interno y, por efecto de ello, en una política comercial externa más agresiva y la consecuente colocación en Argentina de parte de los excedentes de su mercado interno. Los datos oficiales de Brasil parecen confirmar esta perspectiva. Este país logró en junio su primer superávit comercial con Argentina en 41 meses. Mientras exportó 373 millones de dólares, importó productos argentinos por un total de 339 millones. La entrada de mercancías brasileñas, especialmente de textiles, papel, calzados y alimentos, no tardó en generar quejas de los industriales locales y suscitó una ronda de negociaciones entre funcionarios de ambos países que se inició este miércoles en Buenos Aires.
Pero más allá de los reclamos industriales, uno de los factores que perjudican el despegue de la industria es el lento crecimiento del mercado interno, entre otras causas por el estancamiento de los salarios que pagan los mismos industriales. Según los argumentos empresarios, para poder ser competitivos en los mercados externos. También juega en contra de la recuperación fabril el alto costo de la financiación que ofrecen los bancos, lo que limita tanto el consumo como la inversión de las empresas en proyectos productivos.
Desde el punto de vista sectorial, las ramas industriales con mejor desempeño en el primer semestre de 2003 con respecto a igual período de 2002 fueron la manufactura de tejidos, hilados de algodón y piezas mecánicas (excluyendo los automóviles). No obstante, en las comparaciones mensuales son estos rubros, sobre todo los textiles, que cayeron 5,4 por ciento en junio luego de estar ubicados durante meses en el tope de la recuperación, los que más se contrajeron. No obstante, para el Indec, que prefiere seguir mirando los indicadores interanuales, el mayor nivel de actividad industrial se debe a “una firme recuperación de las colocaciones internas, en el marco de un proceso de sustitución de importaciones”.
Cuando la comparación se realiza tomando los primeros seis meses del año contra igual período del año anterior, es decir cuando todos los indicadores dan bien porque se compara contra un piso histórico, se presentan algunas caídas excepcionales. Entre ellas la industria láctea —afectada por la destrucción combinada del oligopsonio de las usinas sobre los tambos y el pasaje de los campos de ganadería lechera a la producción sojera–, las fibras sintéticas y las carnes blancas y rojas, afectadas todavía por los coletazos de la aftosa y por la caída de la demanda interna.

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