ECONOMíA › EL DOLAR SE COTIZO AYER A 3,35 REALES

Brasil sigue devaluando su moneda

El precio del dólar en Brasil alcanzó ayer su mayor registro de los últimos doce años. La cotización de la divisa estadounidense escaló hasta los 3,35 reales, el máximo desde marzo de 2003. En un escenario de estancamiento económico autoinfligido por el ajuste fiscal en marcha y tensión política, el país vecino acumula una devaluación del 27 por ciento en lo que va del año. Los movimientos en el mercado cambiario no son promovidos por el gobierno de Dilma Rousseff aunque sí los convalida pasivamente limitando la intervención del Banco Central. Con reservas por más de 370 mil millones de dólares la autoridad monetaria dispone de suficiente poder de fuego para administrar el mercado cambiario.

Los movimientos recientes del dólar en Brasil llegaron días después de que el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, anunció una reducción en los objetivos de superávit fiscal. Como parte del plan de ajuste del gasto, el gobierno se impuso una meta para el resultado de las cuentas públicas equivalente al 1,1 por ciento del PIB. El compromiso ortodoxo resultó de cumplimiento imposible, ya que la reducción del gasto estuvo acompañada por una reducción de los ingresos fiscales. El miércoles redujo esa pretensión hasta 0,15 por ciento del producto.

El anuncio de un menor superávit a fin de año tiene como correlato una latente reducción en la calificación de los bonos de Brasil a manos de las empresas calificadoras de riesgo. Con esos elementos, los movimientos del tipo de cambio responderían a espasmos de inversores financieros especulativos que intentan anticiparse a ese escenario y podrían explicar, al menos parcialmente, la suba en el tipo de cambio.

Aunque atractivo para los turistas argentinos que ayer podían conseguir cambiar dólares a 3,70 reales en las playas cariocas, la devaluación no beneficia a las compañías argentinas que exportan hacia el país vecino que se ven afectadas por el estancamiento del mercado interno brasileño. El incremento del tipo de cambio registrado en las últimas semanas tampoco tiene un objetivo comercial, no busca promover sus resentidas exportaciones. La devaluación acumulada desde 2011 supera el 50 por ciento sin que las ventas externas muestren signos de reactivación. En el primer semestre del año las ventas externas de Brasil acumulan una caída del 14 por ciento mientras que, afectadas por la recesión, las exportaciones caen 11 por ciento.

A lo largo de los últimos años, las cuentas externas de Brasil acusaron recibo del esquema macroeconómico vigente que privilegia la conservación de altísimas tasas de interés reales para promover el ingreso de capitales financieros internacionales. Esa dinámica estuvo acompañada por una fuerte apreciación del dólar, que si bien no compromete la estabilidad financiera como sucedió en Argentina durante los ’90, sí afecta el resultado de su cuenta corriente.

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Dilma Rousseff enfrenta una fuerte especulación contra el real.
Imagen: AFP
 
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