ECONOMíA › FUERTE APERTURA DEL COMERCIO EXTERIOR. NO HABRá LíMITES PARA EXPORTACIONES AGROPECUARIAS

Privilegiar el mercado mundial

El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, anunció que se eliminarán los ROE, instrumento de regulación de las ventas al exterior de productos agropecuarios básicos de la canasta de alimentos. Riesgos en el abastecimiento interno.

 Por Sebastián Premici

La eliminación de retenciones a todos los granos y carnes, la reducción de cinco puntos en los derechos de exportación de la soja, la eliminación de todos los permisos para exportar e importar, más una devaluación abrupta del peso que se concretará hoy es el menú para el sector agropecuario anunciado por el ministro de Hacienda, Alfonso de Prat Gay. En los hechos significará una fenomenal transferencia de recursos hacia los exportadores concentrados que liquidarán, luego de negociar con la Alianza Cambiemos el valor de los granos, las 17 millones de toneladas que tenían retenidas en silos. El “mercado” fijará hoy el valor del dólar, probablemente cercano a los 14 pesos, lo que representará para los exportadores una transferencia de 60.000 millones de pesos.

Prat-Gay fue más allá al anunciar la eliminación de los ROE. A partir de ahora, y en función de lo esbozado hasta el momento por los funcionarios, nada garantizará que la producción de trigo, maíz y carnes, que tampoco pagarán retenciones, queden para consumo interno. Por ende, los alimentos volverán a aumentar de precio. Y la liberalización del maíz impactará en la producción de carne aviar y porcina. La apertura irrestricta de importaciones, también anunciada ayer, abre otro escenario complejo para los productores de cerdo, industria sensible a las importaciones de Brasil.

“La idea es que se pueda exportar e importar libremente. Así como levantamos las retenciones, verán en los próximos días que se eliminan los ROE, ROA (acrónimo que no existe en el comercio exterior), no tendrán que pedir permiso para exportar, el que quiera importar lo podrá hacer. Así es como funcionan las economías normales”, sostuvo Prat-Gay, con un tono deliberadamente irónico.

Las cerealeras jugaron sus cartas al retener 17 millones de toneladas de soja, lo que contribuyó a la expectativa de devaluación prometida por Macri durante la campaña. Acordadas las condiciones del nuevo mercado de cambio (devaluación), más una desregulación absoluta del comercio exterior, las empresas liquidarán 400 millones de dólares diarios por las próximas tres semanas. En total son 6000 millones de dólares, o 85.000 millones de pesos (con un dólar a 14 pesos). A este monto hay que descontarle las retenciones a la soja que pueden ser del 30 o del 27 por ciento, si es el caso de un producto industrializado.

El 50 por ciento de la soja es producida por 1700 empresas. Este dato da una idea de quiénes son los beneficiados por la “eliminación del cepo” y las regulaciones al comercio. Solo Cargill, Bunge y Dreyfus pueden almacenar más de 2.000.000 de toneladas de granos, al estar la cadena integrada verticalmente, en donde las exportadoras también son dueñas de la industria aceitera. En otras palabras, es como lo definió Ricardo Buryaile, ministro de Agroindustria: “Nuestra primera medida será devolverle rentabilidad a un sector en el corto plazo”. Los productores medianos y chicos deberán esperar algunos meses. A la transferencia de recursos al sector exportador, hay que agregarle el costo fiscal para el Estado por la eliminación de retenciones

La promesa devaluatoria de Macri había generado una disparada en el precio de los alimentos, particularmente en la carne y la harina. Otro de los sectores beneficiados por la apertura comercial y quite de regulación será el sector ganadero. Si bien hay un ciclo biológico ineludible para obtener un animal con un peso atractivo para ser exportado, el lobby de los ganaderos apunta a que se reduzca fuertemente el consumo de carne bovina. El presidente de la Sociedad Rural, que tiene una empresa de remates –Etchevehere Rural, socia de Rosgan, que se suma a su empresa Las Margaritas SA– dijo que el lomo debería venderse libremente al exterior. Actualmente, el consumo interno representa el 92 por ciento de la producción y el 8 restante va para la exportación. Para los hacendados, la ecuación debería ser 80-20.

Un sustituto para la carne bovina podría ser el consumo de cerdo. De hecho, en el período 2003-2014, la producción tuvo un incremento de 158,5 por ciento. Pero lo paradójico es que el combo anunciado por Prat-Gay encarecerá el valor del maíz, grano que es utilizado para alimentar a los cerdos. En los últimos meses ya se estaba importando algo de cerdo desde Brasil, principal competidor de la Argentina.

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“La idea es que se pueda exportar e importar libremente”, informó el ministro Alfonso Prat-Gay.
Imagen: AFP
 
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