ECONOMíA › EL SALTO DEL DóLAR Y EL DESMANTELAMIENTO DE REGULACIONES, LOS ARGUMENTOS PARA ESPERAR BUENOS NEGOCIOS

Quiénes ganaron con el cambio para la Bolsa

Los bancos y las exportadoras fueron los elegidos por los inversores bursátiles, en particular a partir de que Macri se perfilaba con chance de ganar las elecciones. La constructora Caputo, con una ganancia de 480 por ciento, un caso aparte.

 Por Cristian Carrillo

Cuando restan apenas tres días hábiles para cerrar el año, el ejercicio financiero para 2015 evidencia una elevada concentración de los negocios en sectores particulares que se vieron beneficiados por la devaluación, el desmantelamiento de la regulación bancaria y la liberalización de los precios. Fue un período extremadamente volátil, frente a los vaivenes habituales en un año electoral, intensificado en la última parte del año por el cambio en el rumbo económico hacia un modelo que priorizará la renta financiera. El panel de acciones líderes acumuló una mejora de 44,1 por ciento, aunque algunos papeles que integran el índice duplicaron su valor en el año. Los sectores más favorecidos por las expectativas ante el mentado cambio que propuso el actual gobierno durante la campaña fueron bancos, agroalimenticias, energéticas y servicios. Una aparte requiere el comportamiento de las acciones de la empresa Caputo, propiedad del amigo personal del presidente Mauricio Macri, que registró un aumento del 481,6 por ciento. Los títulos públicos subieron 55,8 por ciento, siendo las series en pesos las de mejor performance. El dólar finalizó con una suba de 56,3 por ciento, de la que 42 por ciento fue producto de la devaluación de diciembre.

El año había discurrido hasta las primarias presidenciales de agosto con la cautela habitual de un año electoral, mientras que la pelea con los fondos buitre fue protagonista durante toda la primera parte del año. Tras las PASO, que posicionaron a Macri con altas chances de alzarse con la Presidencia, comenzaron las apuestas especulativas en base a su propuesta de campaña. La expectativa por la devaluación de la moneda y un Estado menos presente en la regulación impactó primero en las acciones bancarias. Por su parte, la eliminación de las retenciones para el sector agroexportador y su impacto en precios locales apuntaló a las molineras y el quite de subsidios y aumento de tarifas colocó a las energéticas en esa misma carrera. La suba se congeló en los últimos días en espera de medidas oficiales.

Entre los tres bancos que integran el reducido panel MerVal (compuesto por sólo diez empresas), el Galicia lideró el podio con una ganancia del 98,9 por ciento, acompañado por el BBVA Francés, con un 72,7 por ciento, y el Macro, con el 63,1 por ciento. Por fuera del MerVal, el Patagonia registró una suba de 121,7 por ciento. Las subas en estos papeles se sustentaron en el impacto de la devaluación en su cartera de activos dolarizados y sus tenencias en moneda extranjera y la desregulación de ese mercado, algo que se hizo efectivo en los primeros diez días del gobierno de Macri. Junto a la devaluación y la suba de tasas de interés que se aplicó para evitar una corrida hacia el billete verde, el Banco Central dispuso desmantelar el esquema de subas de rendimientos de plazos fijos y costos crediticio, que se utilizaba para evitar abusos por parte de las entidades financieras. Esto llevó a que la suba de más de diez puntos en la tasa de referencia no se trasladara en igual magnitud en los depósitos pero sí en la tasa de los préstamos.

Entrado noviembre, cuando las especulaciones comenzaban a notarse también en los precios en góndola, las empresas con perfil exportador se sumaron a la escalada y, aunque empezaron con cierto rezago, se posicionaron rápidamente entre las de mayor suba. Sin un mecanismo de administración del comercio y con una megadevaluación, estas firmas hicieron prever grandes beneficios por sus ingresos exportables pero también por un ajuste en los precios internos. Este rubro lo encabezó el molino Juan Semino, que produce almidón y gluten de trigo, con un incremento en su acción de 226,4 por ciento, seguido de cerca por la aceitera Molinos Río de la Plata, cuyo papel subió 141,7 por ciento, y Quickfood, que ganó 98,9 por ciento. La mitad de esos beneficios lo obtuvieron en las tres semanas siguientes a la elección general. En otro segmento, la apuesta a un ajuste en las tarifas para los servicios públicos, principalmente luz y gas –que se concretaría a partir de enero– impulsó a la distribuidora Edenor, que subió 125,7 por ciento, a Pampa Energía, con el 178,9 por ciento, y Transener, con 132,1 por ciento.

Fuera de esta segmentación sectorial, se destaca el comportamiento de la constructora Caputo, una de las constructoras más grandes del país y cuyo propietario es íntimo amigo y socio político de Macri, que acumuló una ganancia de 481,6 por ciento, aunque el salto lo dio a partir del 22 de octubre, cuando el macrismo se quedó con la Nación y la provincia de Buenos Aires, además de la Ciudad. La expectativa de que la compañía de Nicolás Caputo acceda a nuevos contratos no sólo ya en la Ciudad, sino extendida a la posibilidad de participar en obras en territorio bonaerense y nacional fueron el principal puntal para colocar a este papel como esta alza record. Caputo es presidente del Grupo que integran compañías como SES, Mirgor y Sadesa. Las acciones de Mirgor escalaron en el año un 191,7 por ciento.

Los títulos públicos se afianzaron en la última parte del año luego de que se anunciara que se acordaría con los fondos buitre y que se liberase el ingreso de capitales golondrinas mediante la eliminación de los encajes sobre ese flujo financiero. Según la medición del Instituto Argentina de Mercado de Capitales (IAMC), los bonos subieron en promedio 55,8 por ciento. Las series con vencimientos cortos y en pesos –hasta 2018– subieron 30,9 por ciento y los en dólares, principalmente los Global, 35,1 por ciento. Las emisiones con vencimientos más largos –como Discount y Cuasipar– mejoraron 97,2 por ciento, mientras que los largos en dólares, un 44,5 por ciento.

En el mercado cambiario también hubo un antes y un después de la asunción de Macri, principalmente por la suba abrupta de 42 por ciento que aplicó al asumir. Hasta ese momento, la política cambiaria se había centrado en microajustes de medio centavo diarios. Esa apreciación del dólar recién está comenzando a impactar en el resto de las variables, sumado a la suba en las tasas de interés que amenazan con enfriar a la economía, por lo que se anticipan nuevas alzas para los sectores ya favorecidos por la medidas oficiales.

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El recinto bursátil fue termómetro del clima político, pero traducido en negocios para quienes se beneficiarían con los cambios.
Imagen: Bernardino Avila
 
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