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Deudores hipotecarios, entre el CVS y la pared

El índice que ajusta los saldos deudores de los créditos hipotecarios aumentó otro 2,2 por ciento en enero, acumulando casi 20 por ciento desde octubre de 2002. Rige dos meses más.

Los alquileres y el capital de los créditos hipotecarios, prendarios y personales que ajustan por CVS vuelven a aumentar. El Indec informó ayer que el índice registró en enero una suba del 2,21 por ciento, que se aplicará a las cuotas de este mes. Desde que el mecanismo de indexación se puso en marcha, en octubre de 2002, registró un incremento del 19,7 por ciento. El sistema que nació para aliviar la situación de los deudores, que hasta entonces veían con horror cómo la inflación hacía crecer el CER, terminó por complicarlos. La inflación perdió velocidad y los salarios, que pasaron a ser el nuevo referente para la actualización de los préstamos, empezaron a recuperar terreno, aunque aún están bastante retrasados respecto de la evolución de los precios desde la devaluación.
Todavía faltan dos meses para la cancelación del CVS, porque si bien el Gobierno determinó su desaparición a partir del 1º de abril, los bancos están en condiciones de aplicarlo hasta mayo. Esto es porque el Indec informa con dos meses de retraso la evolución de los salarios. Las cuotas de este mes, por caso, sufrirán la suba por el incremento de los sueldos en enero, mientras que el mes próximo registrarán lo que ocurrió en febrero.
El CVS inició su mayor escalada desde que el Poder Ejecutivo incorporó a los salarios del sector privado la anterior suma fija no remunerativa de 200 pesos, creada durante el gobierno de Eduardo Duhalde. La incorporación se realizó de manera gradual, a lo largo de ocho meses, a partir de julio pasado. La liquidación de los haberes de febrero, que está ocurriendo por estos días, termina con ese proceso. Esto quiere decir que el CVS del mes pasado –que el Indec comunicará en abril– todavía tendrá un aumento importante, del orden del 2 por ciento. Desde julio hasta enero, el CVS subió mes por mes entre 1,83 y 2,54 por ciento.
De todos modos, no hay que perder de vista que los deudores fueron protegidos con la pesificación de sus créditos. La sociedad en su conjunto absorbió ese costo, en un país donde más de la mitad de la población está por debajo de la línea de pobreza. Pero, en el medio del descalabro que siguió al derrumbe de la convertibilidad, esa medida fue la salida social y políticamente potable.
Fuentes bancarias señalan que el número de deudores hipotecarios se redujo sensiblemente en los últimos dos años, porque muchos de ellos cancelaron con plazos fijos que estaban atrapados en el corralito y que adquirieron con quitas en el momento de mayor crisis económica del país, en el primer semestre del 2002.
Una vez que el CVS deje de existir, los créditos volverán a ajustarse por la tasa de interés que originalmente habían pactado los bancos con sus clientes. Pero habrá un tope. Las tasas no podrán exceder el 12,38 por ciento anual para los préstamos hipotecarios, del 16,41 por ciento para los prendarios y del 25,98 por ciento para los personales.
En su informe, el Indec recordó que la suma fija no remunerativa de 50 pesos que dispuso el Gobierno a partir de enero no se toma en cuenta para el cálculo del CVS. Esto determina una brecha entre el índice y la evolución de los salarios, que subieron más que aquél. En enero, los haberes de los trabajadores registrados del sector privado mejoraron en promedio un 4,26 por ciento, mientras que los empleados en negro tuvieron una recuperación de 0,87 por ciento y los ingresos del sector público se elevaron apenas un 0,23 por ciento.
Desde la devaluación, los que están en peor situación son los trabajadores no registrados, que lograron sólo aumentos promedio del 5,14 por ciento, notablemente por debajo del 46,7 por ciento de suba de la inflación desde la salida de la convertibilidad. Los del sector público no están mucho mejor, con un incremento del 6,47 por ciento. Los empleados en relación de dependencia del sector privado también vieron cómo sus salarios quedaron rezagados respecto de la inflación, pero en menor medida. En algo más de dos años sus haberes crecieron un 41,08 por ciento en promedio.

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Deudas cada vez más arriba, cuotas cada vez más altas.
 
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