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La Argentina acumuló en septiembre un superávit comercial de 956 millones de dólares, monto que trepa a los 9542 millones en los primeros nueve meses del año. El dato es una buena noticia, si se reconoce como un hecho positivo la posibilidad de acumular divisas por esa vía. La contracara es que las exportaciones locales crecen con mucha más lentitud que las importaciones, fogoneadas por el crecimiento de la actividad económica.
En el mes de la primavera, las ventas argentinas al exterior se incrementaron un 15 por ciento, totalizando 2969 millones de dólares y con una suba significativa en el renglón de los combustibles, que alcanzó el 40 por ciento. La realidad es que el grueso de aquel crecimiento (un 15 por ciento) se debió a la suba de los precios que gozaron los bienes locales en el mercado internacional y sólo en menor medida (un 9 por ciento) a un aumento genuino, es decir, por mayores cantidades.
De cualquier modo, las exportaciones del mes pasado son un 9 por ciento menores a las del mismo mes del 2003, mientras que las acumuladas durante los nueve primeros meses del año significan una caída del 24 por ciento con respecto a las que se consiguieron en el mismo período del año anterior.
En función de estos datos, difundidos por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, podría decirse que las ventas externas tienden a caer al tiempo que las importaciones crecen rápidamente.
El mes pasado, las compras desde el exterior sumaron 2013 millones de dólares, un 53 por ciento más que en agosto. Tal crecimiento es consecuencia de una suba del 31 por ciento en las cantidades y un 12 por ciento en el precio, justamente, el mix opuesto al de las exportaciones. En gran medida, el incremento fue impulsado por las compras de bienes de capital, que crecieron un 113 por ciento en el mes, básicamente por el mayor ingreso de celulares y acondicionadores de aire, pero también por la introducción temporaria de un avión. Si para la comparación se toma como punto de referencia septiembre del año pasado, ese repunte es del 138 por ciento.
El 37 por ciento de los productos importados son made in Mercosur, principal proveedor de la Argentina, seguido por la Unión Europea, de donde proviene el 19 por ciento de las compras externas. Estos bloques son, al mismo tiempo, los destinos prioritarios de las exportaciones y a ellos se dirige el 18 por ciento de los productos locales. Un 17 por ciento va a Asia y un 14 a las naciones del Nafta.