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Confirman la prórroga en la rebaja de aportes, pero aplazan su firma

Después de consultar a Lavagna, el presidente Kirchner decidió mantener por un año la rebaja al 7 por ciento de los aportes previsionales de los afiliados al sistema de capitalización.

 Por Maximiliano Montenegro

El Gobierno prorrogará por un año la medida que mantiene en un 7 por ciento el aporte previsional de los trabajadores afiliados a las AFJP. Dicho aporte debía elevarse en octubre al 11 por ciento, como marca la ley previsional. Pero el presidente Kirchner, después de consultar a Lavagna, tomó la decisión de continuar con la rebaja, porque de otro modo el salario de bolsillo de los trabajadores se hubiera encogido justo para las elecciones. El problema es que con el actual nivel de aportes, las jubilaciones de los afiliados a las AFJP serán paupérrimas: entre un 30 y un 40 por ciento del salario en actividad.
El aporte previsional de los afiliados al sistema de capitalización privado fue rebajado por un decreto de necesidad y urgencia de De la Rúa en 2001 –cuando Domingo Cavallo estaba frente del Ministerio de Economía– del 11 al 5 por ciento, como una forma de mejorar el salario de bolsillo y estimular el consumo en plena recesión. En realidad, ése era un “aumento” que se otorgaba el propio trabajador, quitando fondos de su futura jubilación. Para colmo, como las comisiones de las AFJP no fueron recortadas, e incluso subieron, el dinero que se deposita en la cuenta individual del afiliado es muy poco como para garantizar una jubilación razonable. En marzo de 2003, el aporte fue elevado al 7 por ciento, y de no mediar una nueva prórroga debía subir al 9 por ciento en julio para llegar al 11 por ciento, que fija la ley previsional, en octubre.
Por supuesto, un incremento en el aporte impactaría en forma directa en los salarios –achicándolos en un 4,6 por ciento para octubre–, una medida políticamente antipática, en particular en tiempos electorales. De los casi 10 millones de afiliados al sistema de AFJP, aportan regularmente al sistema unos 4 millones, y son ellos quienes verían menguados sus ingresos corrientes. Sin embargo, si se mantuviera indefinidamente el actual esquema, las futuras jubilaciones en el régimen privado quedarían pulverizadas.
Los cálculos, en base a las propias estimaciones oficiales, son impactantes:
u Un trabajador con un salario de 1000 pesos cobraría después de 30 años de aportes –suponiendo una rentabilidad anual promedio del fondo de capitalización del 4 por ciento anual y comisiones más bajas que las actuales– unos 230 pesos mensuales de su AFJP (23 por ciento del sueldo) más 200 pesos de la PBU pagada por el Estado. En total, 430 pesos, 43 por ciento de su salario.
u Para un sueldo 2000 pesos, el haber jubilatorio total sería del 33 por ciento del salario: 660 pesos.
u Para un empleado con un ingreso de 3000 pesos, la jubilación sólo alcanzaría al 30 por ciento del sueldo: 890 pesos.
Según estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), basados en los hábitos de consumo familiares en la tercera edad, la jubilación debería ser, como mínimo, equivalente al 60 por ciento de la remuneración de la persona durante su vida activa.
Para tener una idea de lo pequeño que quedó el aporte personal al sistema de AFJP en la Argentina, vale la comparación internacional: en Uruguay es del 15 por ciento del sueldo; en Colombia, 13,5 por ciento; en Chile 12,4 por ciento, y en México 11,5 por ciento.
La reducción del aporte personal no es la única hipoteca que pesa sobre las jubilaciones en el sistema privado. Las comisiones también son parte importante del problema. Después de aprobados los últimos aumentos, por cada 100 pesos de aportes del afiliado la mayoría de las AFJP se queda con 41 pesos en concepto de comisiones (por gastos de administración y seguro de vida) y sólo van a la cuenta de capitalización individual los 59 pesos restantes.
Hay AFJP con comisiones bastante más bajas: por cada 100 aportados, 28 pesos (Arauca Bit); 30,7 pesos (Profesión + Auge); o 33,6 pesos (Nación AFJP). Lo absurdo es que una AFJP como Siembra, que hace tiempo que fijó una comisión del 41 por ciento del aporte, siguió igualmente captando afiliados, un ejemplo palmario de la desinformación que reina entre los trabajadores que aportan al régimen privado.
Otro de los problemas del sistema de AFJP es histórico, pero también se agravó en los últimos dos años. Desde su creación, a mediados del ’94, un 60 por ciento de los que ingresan anualmente a una AFJP jamás la eligieron. Esto es así porque por la ley previsional creada por Cavallo, los ingresantes al mercado de trabajo que no expresen su voluntad de quedarse en el sistema de reparto son automáticamente traspasados al sistema privado, y la elección de su AFJP surge por sorteo. Según datos de la Superintendencia, esta tendencia se profundizó en los últimos dos años: entre 2003 y 2004, nueve de cada 10 nuevos afiliados a las AFJP nunca habían escogido su administradora.

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Los aportantes de las AFJP se benefician ahora porque no se reduce su salario de bolsillo.
 
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