ECONOMíA › SUBA DE PRECIOS Y MARGENES DE COMERCIALIZACIONES DE LAS CADENAS

La remarcadora trabaja horas extra

Por Cledis Candelaresi

Reforzando el embate político contra los supermercados por la incesante suba en el precio de los alimentos, la subsecretaria de Defensa del Consumidor acusó a los empresarios del rubro de remarcar en exceso, por encima de la suba que sufren sus costos, para preservar altos márgenes de utilidades. Patricia Vaca Narvaja no difundió ningún dato que precisara esta acusación, respaldada ayer por los dueños de los autoservicios chinos, competencia de los acusados. Pero el mensaje no parece dirigido a todos los empresarios del rubro, ya que una propia encuesta de esa dependencia prueba un comportamiento dispar entre unos y otros. Lo singular es que esta embestida, iniciada un día antes por Néstor Kirchner, no se condice con el juicio que tiene algún sector de Economía sobre la conducta del supermercadismo.
La mecha la encendió el Presidente horas antes, cuando exhortó a los súper a cuidar el bolsillo de la gente. Lo hizo con cifras del Indec que acusan claramente un aumento importante en los montos de facturación y, al mismo tiempo, una reducción en la grilla de personal y un poco generoso incremento salarial a los empleados sobrevivientes.
Ayer, Vaca Narvaja aludió a otro costado controvertido y real, como es el poder que históricamente han tenido estas empresas para negociar precios e imponer condiciones de pago a sus proveedores. “Los supermercados han quedado con la idea de tener los márgenes que tenían en otra época, en la década del ’90 y eso no puede ser. Me parece que podrían hacer un mejor esfuerzo para tener mejores precios, por la escala, el volumen, por la forma en que compran”, sentenció la funcionaria.
Los súper siempre tuvieron ese poder. Pero hasta el advenimiento de Wal Mart, a mediados del ’97, sus márgenes eran tan generosos que les permitían, incluso, absorber las subas que consiguieran aplicar sus proveedores, muy inferiores a las de esta década. Tras la devaluación, cambió el planteo del negocio y las góndolas comenzaron a reflejar cada movimiento de costos, algo que les permitió mantener indemne su margen.
Pero como todas las generalizaciones, ésta también es injusta, ya que la estrategia varía según las cadenas. Según la encuesta periódica de precios sobre productos básicos que hace Defensa del Consumidor en Avellaneda, Vicente López, Belgrano y Palermo en el primer semestre, esa canasta se encareció un 3,1 por ciento, por debajo del índice general.
Pero mientras en Auchan, Wal Mart y Plaza Vea los precios evaluados retrocedieron un 10, un 4,6 y 2,7 por ciento, respectivamente, en Carrefour, Norte (del mismo grupo) y Coto subieron entre el 6 y el 11, seguidas por Leader Price y Disco, que remarcaron entre un 4 y un 6.
Otra cuestión llamativa es que si bien los funcionarios de Agricultura encargados de negociar los acuerdos de precios de alimentos básicos reconocen que el circuito comercial es uno de los más sensibles, no tienen juicios tan categóricamente adversos a los súper.
Pero a la hora de contener los desbocados precios de los alimentos, todo vale: reintentar acuerdos que se vulneran sin una pena concreta o buscar faltas a las leyes de Defensa del Consumidor y Lealtad Comercial. Tímidos atajos a falta de una legislación que castigue márgenes de ganancias excesivos.

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