El Gobierno reconocerá a los empleados públicos entre octubre y diciembre una mejora de 150 pesos mensuales en “tickets canasta”. Sin embargo, el estipendio será percibido en enero (mes en que se abonarán los tres meses juntos), para no ser imputado en el ejercicio fiscal 2006. Con este adicional, se busca mitigar el descontento de los trabajadores de la administración nacional, uno de los sectores más rezagados en sus remuneraciones desde la devaluación. Al pagar en “tickets”, el Estado se ahorra parte de las contribuciones patronales, pero además resta elementos a los gremios para reclamar que esa suma sea incorporada al salario en blanco, con sus correspondientes aportes jubilatorios. Curiosa estrategia de negociación salarial para un gobierno que levanta como una de sus banderas la lucha contra el trabajo en negro.

En abril pasado, el secretario general de UPCN (Unión del Personal Civil de la Nación), el ex menemista Andrés Rodríguez, anunció junto al presidente Kirchner que en la paritaria del sector se había acordado una suba del 19 por ciento, a pagar de manera desdoblada: 10 por ciento a partir de junio y otro 9 por ciento desde agosto. El guiño de Rodríguez para cumplir con el tope de aumentos fijado por el Presidente no le alcanzó para aplacar las críticas de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) –que demandaba un 30 por ciento– ni las manifestaciones de rechazo en distintas áreas del sector público. Según últimos datos del Indec, desde la devaluación, los salarios públicos crecieron en promedio apenas un 31 por ciento, aun por detrás de los sueldos en negro, cuando la inflación durante el mismo período acumuló un 85 por ciento.

En este contexto, según pudo saber Página/12, la semana pasada la Jefatura de Gabinete acordó una nueva mejora que alcanzará a unos 35.000 empleados del Sinapa (Sistema Nacional de la Profesión Administrativa), entre los que se cuentan los trabajadores de todos los ministerios de la administración nacional. Así, se les reconocerán 150 pesos mensuales en “tickets canasta” entre octubre y diciembre, pero les serán entregados todos juntos (450 pesos) recién a partir de enero.

El “complemento salarial” mediante tickets no es nuevo en la administración pública. Los ministerios de Desarrollo Social y de Salud son líderes en esa modalidad y hoy agentes en esas dependencias que cobran hasta 300 y 400 pesos mensuales en especies.

Según la ley 24.700 los tickets no son remunerativos, es decir que están fuera del sueldo. El empleador tributa por éstos contribuciones reducidas (14 por ciento) –que no van al sistema jubilatorio, mientras que se ahorra todo aporte a las obras sociales–. Del recibo del empleado, no se detrae nada como aporte previsional. Tampoco se computan como parte del aguinaldo o vacaciones. Es el mecanismo más utilizado por las grandes empresas para mejorar los ingresos de bolsillo de sus empleados sin tener que pagar más aportes previsionales ni cargas sociales. Según los expertos, “es una práctica sofisticada de negreo”, que obviamente contrasta con la imagen de un gobierno que lucha sin cuartel contra el trabajo en negro.

Según fuentes sindicales, con esta modalidad, el Gobierno busca dejar en claro que esas sumas no serán incorporadas automáticamente a los salarios públicos. En el 2004, el Estado reconoció dos aumentos no remunerativos (de 250 pesos en total), que luego fueron incorporados a los salarios. En este caso, al pagarse en tickets y no en pesos, dicho blanqueo no sería automático, e incluso a partir de enero, una vez cobrado en su totalidad, podría ser suprimido sin consecuencias legales. Dado el enorme superávit fiscal que muestran las cuentas públicas, ¿es necesario generalizar desde el Estado este tipo de negreo? Es una pregunta que circula por estos días en algunos despachos oficiales.