ECONOMíA › EL GOBIERNO FIRMO UN ACUERDO CON TAMBEROS Y CON LA INDUSTRIA LACTEA

Leche para el brindis de la reconciliación

Después de más de un mes de conflicto, el ministro de Economía pudo suscribir un convenio con los distintos actores del sector lácteo. Ya no habrá precio de referencia para los productores, pero las usinas se comprometen a congelar los valores al público.

El Gobierno firmó ayer un acuerdo con los representantes del sector lácteo dejando sin efecto el precio de referencia de 78 centavos para el litro de leche que se había querido imponer a los tamberos. El productor seguirá cobrando lo mismo que en noviembre, cerca de 83 centavos en promedio, según estimaciones de la Secretaría de Agricultura. Además, el valor de corte para la tonelada de leche en polvo exportada subirá de 2650 a 2770 dólares. En respuesta a esta flexibilización, la industria se compromete a mantener sin cambios durante los próximos seis meses los precios de salida de fábrica de 16 productos, entre los que se incluyen quesos, leches, yogures, postres, dulce de leche y manteca. La Secretaría de Comercio Interior pautará en el transcurso de enero los valores de esos alimentos y certificará su cumplimiento.

El acuerdo se negoció el jueves en la Secretaría de Agricultura y ayer por la mañana se firmó en el Palacio de Hacienda con la presencia del ministro de Economía, Martín Lousteau; el secretario de Agricultura, Javier De Urquiza, y sus pares de Comercio Interior e Industria, Guillermo Moreno y Fernando Fraguío, respectivamente. También participaron representantes de los gobiernos de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa, junto con las entidades empresarias que representan a los tamberos y a la industria.

El punto más destacado del convenio es la eliminación del precio de referencia para la salida del tambo. El texto sólo fija como objetivo “mantener los precios abonados por la materia prima en noviembre de 2007”. En el Gobierno afirmaban que un precio de corte de 2770 dólares para la tonelada exportada era equivalente a 0,78 centavos a la salida del tambo. Los productores rechazaron la inclusión de ese valor, pues argumentaron que si se explicitaba esa cifra en el convenio, la misma terminaría operando como un precio máximo. Por lo tanto, la industria no le pagaría a nadie por encima de ese valor, perjudicando, por ejemplo, a algunos tamberos que hoy llegan a cobrar hasta 90 centavos el litro. Una vez que se eliminaron los 78 centavos del texto, las partes pudieron llegar al acuerdo.

En el convenio se ratificó también al Grupo Lácteo como ámbito de trabajo, análisis, formulación y revisión de la política lechera. De este modo, se buscó quitarle poder de negociación a Moreno para evitar que se repitan situaciones insólitas como la del jueves, cuando el secretario de Comercio viajó a Santa Fe para defender la fijación de precios máximos ante cientos de tamberos, mientras De Urquiza aceptaba eliminar esa condición en la mesa de discusión paralela llevada adelante en la Secretaría.

No es la primera vez que el secretario de Agricultura sale fortalecido luego de pulsear con Moreno. En mayo logró desplazarlo de la negociación con los ganaderos con una metodología similar a la utilizada en esta ocasión. Primero dejó que Moreno se desgastara en su disputa con las entidades del campo y luego comenzó a tejer un acuerdo amplio con numerosos actores del sector que aceptaron mantener estables los precios de la hacienda, exigiendo como condición que se pusiera fin a la intervención que se venía llevando adelante en Liniers.

Ahora se repitió la historia. Cuando Moreno anunció que la industria láctea no debía pagarles a los tambos más de 73 centavos por litro de leche fluida, los productores rechazaron la iniciativa y desplegaron una serie de protestas que incluyeron el armado de piquetes en la entrada de las usinas y el envío de vacas lecheras a Liniers. La reacción obligó a Lousteau a tener que salir a respaldar a Moreno y, al mismo tiempo, subir el precio a 78 centavos para intentar descomprimir la situación. Sin embargo, los tamberos se mantuvieron firmes en su posición. Entonces, Moreno redobló la apuesta y los convocó a su oficina de Diagonal Sur para tratar de torcerles el brazo. La gestión volvió a fracasar y su figura se fue debilitando. En ese momento, De Urquiza apareció en escena convocando a todos los actores para firmar un acuerdo alternativo que no incluía el precio de referencia y terminó dejando mal parado a Moreno.

Algunas fuentes sostienen que la pelea entre De Urquiza y Moreno es parte de una estrategia que emula a la dupla del policía bueno y el policía malo utilizada en las películas de Hollywood. Sin duda, De Urquiza aprovechó el desgaste que le provocó Moreno a los tamberos, pero las desavenencias entre ambos también tuvieron un costo político para el Gobierno, pues el propio Lousteau fue quien, siguiendo a Moreno, dijo públicamente que el precio a la salida del tambo iba a ser de 78 centavos para luego verse forzado a dar marcha atrás para apaciguar el conflicto.

La cara de pocos amigos que ayer tuvo Moreno también hace dudar sobre la existencia de una estrategia coordinada con De Urquiza. Según fuentes presentes durante la firma del convenio, el secretario de Comercio sólo abandonó el gesto adusto para sonreír socarronamente cuando los tamberos elogiaron el convenio. Luego se retiró rápidamente, dejando a De Urquiza a cargo de la conferencia de prensa donde se comunicaron las novedades.

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De Urquiza, secretario de Agricultura; Lousteau, ministro, y Moreno, secretario de Comercio.
 
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