ECONOMíA › DEUDA EXTERNA

Lo primero es crecer

Por Benjamín Hopenhayn y Alejandro Vanoli

- El proceso de endeudamiento en la Argentina, si bien similar al de otros países subdesarrollados en cuanto a sus orígenes, fuentes y cuantía, se caracterizó por una muy baja contrapartida en aumento de la inversión pública y privada. Un proceso de endeudamiento es sólo justificable si sirve para financiar proyectos cuya rentabilidad económica y/o social superen los niveles de la tasa de interés, lo que posibilita la generación de recursos netos en el mediano y largo plazo.
- En el ejercicio de refinanciación propuesto se priorizan los recursos necesarios para el crecimiento con equidad y se subordinan los pagos de la deuda pública al cumplimiento de dicho objetivo. La renegociación adecuada de la deuda resulta un elemento clave para eliminar las restricciones externas, de ahorro e inversión, y fiscales. Un acuerdo que no implique una reducción importante en la magnitud de la deuda, la reprogramación de los pagos, un período de gracia y una reducción en las tasas de interés, implica replicar políticas que desembocan en sucesivas reestructuraciones y crisis financieras.
- La prioridad en el uso de los recursos es para financiar la reconstrucción del país, lo que implica la necesidad de estimular la oferta y demanda agregadas para salir de la depresión, canalizando el ahorro a la inversión productiva; la reactivación del consumo popular resulta imprescindible no sólo por cuestiones de índole ética sino de sustentabilidad económica y social.
- Un esquema de refinanciación de la deuda como el que aquí se propone, supone que el pago de la deuda permite orientar recursos al crecimiento sustentable del país, única garantía para los acreedores de poder regularizar la deuda en el mediano plazo.
- Hacia el futuro, se debe priorizar el nuevo endeudamiento en el mercado interno. Los acontecimientos de principios de los años ochenta y fundamentalmente de los noventa, cuando Argentina sufrió varias crisis financieras que desembocaron en la depresión actual, se explican en gran parte por el abuso del endeudamiento externo con inversores especulativos.
- La situación actual de unión aduanera imperfecta y las crisis financieras regionales requieren establecer una política financiera externa común con los países del Mercosur para complementar los acuerdos comerciales y acelerar la convergencia macroeconómica, de modo de crear un entorno más favorable para una estrategia común.
Además, se debe establecer un vínculo entre el nivel de transferencias netas al exterior por el pago de la deuda con una progresiva eliminación de las restricciones y los subsidios aplicados por los países desarrollados y que afectan, particularmente, los precios de productos exportables y por ende el equilibrio externo de países exportadores de bienes primarios como la Argentina. El escenario planteado supone destinar al pago de la deuda un monto inferior al 5 por ciento de las exportaciones, lo que está en línea con límites aceptables de transferencias de recursos para países en crisis, en distintas experiencias históricas de las últimas décadas.

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