ECONOMíA › EN IDEA SIGUIERON CON ATENCION EL ACTO SINDICAL EN RIVER

Moyano y el veto acapararon la atención

 Por Cristian Carrillo

Desde Mar del Plata

El Coloquio de IDEA tuvo un cierre atípico. Los directivos pasaron más tiempo en los pasillos que en el salón donde discurrían las ponencias. Si bien esto suele ser habitual, la diferencia estuvo en que los empresarios no salían para hacer declaraciones o hablar entre ellos, sino para mantenerse al corriente de lo que sucedía luego del veto de la ley del 82 por ciento móvil. También seguían por sus teléfonos celulares el multitudinario acto que realizó la Confederación General del Trabajo (CGT). La mayoría respiró aliviada tras el veto, pero mostró preocupación por la amplia convocatoria del líder gremial Hugo Moyano y la posibilidad de que ese apoyo sea canalizado para impulsar el proyecto de participar las ganancias empresarias.

El establishment empresario celebró como pocos la decisión oficial de dejar sin efecto la ley del 82 por ciento móvil. Muchos utilizaron hasta los mismos argumentos del oficialismo: “No existen los recursos para financiar el aumento, y en breve estaría colapsando el sistema”. El titular de la Unión Industrial, Héctor Méndez, consideró que la ley generaría mayores presiones para el empresariado local, y que “un incremento de los aportes de este tipo fomentaría la informalidad”. En igual sentido se expresaron otros directivos, mientras que los legisladores de la oposición se mantuvieron firmes en la defensa.

El voto positivo del vicepresidente Julio Cobos recogió muchas críticas de parte de los empresarios. Otros se rieron del juego del jefe del Senado. “Las segundas partes nunca fueron buenas”, señaló un directivo industrial, en referencia a la votación del miércoles en la que el vicepresidente debió desempatar, tal como lo hizo en julio de 2008 cuando rechazó la resolución 125. “Esta vez no nos va a venir a decir que lo llevó a votar así su conciencia”, agregó, horas antes de que Cobos arribara para cerrar el Coloquio.

Pasado ese mal trago, el foco de atención se trasladó entonces a lo que sucedía en el estadio de River, donde la CGT reunió a unas cien mil personas. Los empresarios mantenían la esperanza de que no hubiese una alta asistencia. “Mirá, la tribuna trasera está casi vacía”, dijo un empresario a otro mientras miraban el acto a través de los plasmas del hall del hotel donde se realizó el encuentro. “Porque están todos adelante, no jodas”, le contestó el otro.

La demostración de fuerza de Moyano también fue comentada en un panel integrado por políticos de la oposición. “El compañero Moyano es una desgracia para la Argentina”, apuntó el diputado Francisco de Narváez. “La caída del gobierno kirchnerista significará también la caída de este modelo sindical”, agregó el senador Ernesto Sanz.

Para el empresariado el acto significó una muestra de fortaleza de los gremios que los preocupa. De hecho, entre las principales quejas que arguyen los directivos fabriles, se destacan por amplio margen los incrementos salariales. “Son los más altos de la región”, dijo Méndez. “En el sector (automotor), un obrero gana más que en Alemania”, señaló a este diario un directivo de Volkswagen sin ofrecer ninguna prueba que acreditara semejante afirmación. Además, los directivos vivieron el encuentro como una provocación, sobre todo, cuando Moyano disparó: “Esto no será un Coloquio de IDEA, pero sí es un coloquio de la lealtad a quienes responden a los intereses de los trabajadores”. La presencia del gobernador Daniel Scioli en ambos actos también generó suspicacias. “Viene acá y después va con Moyano y ni se despeina”, ironizó el titular de una privatizada.

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Héctor Méndez celebró el veto de la ley del 82 por ciento móvil.
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