ECONOMíA › SI SE DISCIPLINA A EXPORTADORES Y BANCOS, HABRA MUCHOS DOLARES

Tras varias derrotas, al fin un empate

 Por Maximiliano Montenegro

Con el sabor a victoria que sólo conocen aquellos equipos que vienen de ser goleados en todos los partidos, en el Banco Central renació la esperanza de dar vuelta la racha. Ayer, lograron enlazar el precio del dólar minorista con el mayorista y, al quitarle la crema del negocio a los cambistas, bajaron la cotización al público, apagando momentáneamente la bomba de los 4 pesos. Para hoy existen “condiciones objetivas” para que el dólar siga retrocediendo lentamente: vence el plazo para que los exportadores pasen a pesos unos 400 millones ya declarados ante los bancos; y se supone que un selecto grupo de bancos extranjeros empezarán a soltar otros 370 millones, acaparados al calor de la especulación de las últimas semanas. Sin embargo, si el dólar no cayera bien abajo de 3 pesos –cotización que hoy suena “barata”, pero el viernes lucía explosiva y lo es– el salto de los precios alimentaría otra ronda devaluatoria.
El dólar mayorista es el verdadero valor del dólar. A esa cotización, venden los exportadores, dueños de los únicos dólares que podrían ingresar por estos días al país (además de los que traen los turistas, obviamente). Del otro lado del mostrador, están los bancos privados, que compran dichas divisas y las colocan entre los grandes demandantes de dólares: importadores y empresas que deben pagar deudas en el exterior. Hasta la semana pasada, en ese “mercado libre”, los exportadores casi no se desprendían de sus divisas y todos compraban, incluso los propios bancos, que así apostaban contra el peso. El Banco Central era, entonces, el que remataba desesperadamente dólares para intentar frenar la corrida.
Esa estrategia colapsó el viernes, cuando el organismo conducido por Mario Blejer, después de perder más de 1000 millones, se rindió. Y presionado por el FMI decidió no jugar más las reservas en montos importantes. Para colmo, durante ese tiempo, las ventas del Central iban a un precio a los bancos, éstos transferían a un precio más alto a las casas de cambio, y éstas últimas terminaban de facturarles todavía más alto a los se agolpaban en la city. Así, por ejemplo, el lunes, el dólar mayorista rondó los 3 pesos y en las casas de cambio el público llegó a pagarlo hasta 4 pesos. Dicho sea de paso, para los bancos el negocio también cerraba redondo porque, además de engrosar sus carteras con dólares baratos, vendían marginalmente a su clientes a la cotización de las casas de cambio.
Ayer, esa cadena de la felicidad de la city se cortó, porque los bancos debieron vender directamente al público los billetes que les envió el Central: 25 millones de dólares que no salieron de las reservas sino del fondo de garantía de depósitos.
Pero el dato clave, que alienta expectativas en el equipo económico, es que también cedió el dólar mayorista. “Los exportadores estaban atónitos por la caída del precio. Les costaba creer que hubiera una tendencia a la baja. Mi impresión es que mañana (por hoy) van a tener que convalidar un precio aún más bajo”, le dijo ayer a Página/12 un alto funcionario del BC.
Existen condiciones objetivas para que esa impresión se haga realidad. Son las siguientes:
u Del lado de la oferta, hoy vence el plazo para que unos 400 millones de dólares declarados por los exportadores en cuentas bancarias sean convertidos en pesos. Si el exportador no realiza la operación cambiaria, entonces el Central debería abrir sumarios por violación del régimen penal cambiario.
u Los bancos deberán ir desprendiéndose en las próximas tres semanas de los dólares que acapararon en el último mes, por encima de los límites fijados por la autoridad monetaria, otros 400 millones de dólares. Entre las entidades que, a regañadientes, más dólares tendrán que soltar se destacan las extranjeras, encabezadas por el BankBoston y el Citibank.
u De lado de la demanda de dólares, los importadores parecen haber dejado de comprar con un dólar a 2,60. Mientras que, desde el lunes, las empresasdeben pedir nuevamente autorización si quieren dólares para el pago capital e intereses de deudas con el exterior.
u La demanda de dólares seguirá firme por parte de los que logran escapar del corralito y de los que empiecen a cobrar sus salarios. Sin embargo, si el nuevo mecanismo de distribución minorista funcionara, esa demanda podría ser abastecida por los dólares excedentes que se liquidarían en el mayorista. De hecho, la intención del Central es aportar allí los dólares que compre a exportadores.
Así las cosas, suponiendo que fueran “disciplinados” bancos y exportadores, la gran pregunta es si la probable baja del dólar resultante será suficiente para neutralizar el rebrote inflacionario en marcha. Porque si los precios se dispararan en los próximos días, volverá a crearse la ilusión óptica de que un dólar a 3 pesos es “barato”.

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