EL MUNDO › OPINION

Candidato Mujica

 Por Alberto Couriel *

La sociedad uruguaya es profundamente democrática; le encanta votar, disfruta del proceso electoral. Estamos a menos de dos meses de las elecciones internas o primarias, que es uno de los grandes aciertos de la reforma constitucional que implantó el ballotage para dificultar el triunfo del Frente Amplio. Por lo tanto, será la sociedad uruguaya, voluntaria y libremente, la que decidirá quiénes serán los candidatos únicos a la presidencia de la República de cada partido político. La interna del Frente Amplio presenta tres muy buenos candidatos, con sus virtudes y defectos, como todos los seres humanos. Nos hemos pronunciado, desde hace más de un año, por la candidatura del Pepe Mujica. Intentaremos fundamentar dicha decisión a través de sus principales virtudes.

1. Posee un carisma excepcional y una extraordinaria cercanía con la gente, que lo adora, le pide autógrafos, se quiere fotografiar con el Pepe. Probablemente su propio lenguaje sencillo, de pueblo, de fácil comprensión, refuerza esa cercanía. Es muy difícil encontrar dirigentes políticos con estas características y especialmente en la izquierda. Seregni fue un gran líder político que tenía muchas virtudes, pero no tenía carisma ni esta cercanía con la gente. En cambio, Tabaré Vázquez posee un don especial de vinculación y relacionamiento con la gente, lo cual permitió al Frente Amplio los avances electorales significativos hasta lograr el triunfo en 2004.

2. El contenido de sus discursos, sin ningún papel como guía, refleja una extraordinaria profundidad. En sus discursos se reflejan las bases programáticas del FA, pero también las trasciende porque habla de valores esenciales para el ser humano. Sus oratorias tienen contenido político y filosófico derivado de sus propias experiencias y reflexiones. Presenta un discurso moderno, centrado en el mundo del conocimiento en el cual vivimos. Por ello, habla de las necesidades de las escuelas de tiempo completo, de la educación terciaria para todos, de la necesidad de adaptarse a la velocidad del cambio tecnológico y de las innovaciones, que son los elementos centrales para el desarrollo del país. El futuro Uruguay productivo se deberá basar en el contenido tecnológico, al igual que su inserción internacional. Esta a su vez requiere de la integración regional, que Mujica plantea con mucha convicción.

3. Mujica ha mostrado una gran capacidad para lograr acuerdos sociales y políticos, imprescindibles para consolidar nuestra democracia, y que son factibles en el “Uruguay de las cercanías”, como lo expresaba el inolvidable, maestro de maestros, Carlos Real de Azúa. En 2010 seguramente no tendremos las condiciones internacionales que nos favorecieron en estos cuatro años de gobierno del FA. Serán más difíciles y, por lo tanto, serán más necesarios los acuerdos sociales y políticos. Mujica ha mostrado capacidad de diálogo, de concertación, de negociación y de acuerdos, tanto con sectores sociales como con sectores políticos. Mujica fue quien intentó aunar esfuerzos del movimiento sindical con sectores del campo, incluida la Federación Rural, antes del triunfo del FA en 2004. Estos intentos se frustraron en 2005, cuando no se llegó a los acuerdos esperados sobre el tema del endeudamiento interno. Y allí Mujica privilegió la unidad del FA, la gobernabilidad que se requería. Pero fue un buen ejemplo de unidad y de capacidad de alcanzar acuerdos sociales, elementos nada sencillos de lograr, porque los corporativismos siempre están presentes. En materia política, durante este gobierno no pudimos conseguir acuerdos para designar nuevos miembros en la Corte Electoral ni en el Tribunal de Cuentas, pero tampoco para que la oposición esté representada en los Entes Autónomos y Servicios Descentralizados. La democracia es el gobierno de las mayorías y el control de las minorías. Y esto se debe reflejar no solamente en el Parlamento, sino también en las empresas públicas. Estamos profundamente convencidos de la necesidad de los acuerdos políticos, aunque se vuelva a lograr mayoría absoluta en el Parlamento. Mujica, por su propia trayectoria, es un candidato clave para alcanzar estos acuerdos políticos, que no tienen que ser por cargos, como lo practicaron los partidos tradicionales. Seguramente se lograrán acuerdos con los sectores que programáticamente sean los menos lejanos a nuestras concepciones. Pero Mujica también muestra la capacidad necesaria para acuerdos internos dentro del FA, para acordar con la bancada parlamentaria, elemento que tuvo serias dificultades en este primer gobierno de la izquierda.

4. Esta capacidad de acuerdos muestra a José Mujica con una concepción actual profundamente democrática. El diálogo, las negociaciones y los acuerdos son instrumentos inherentes a la democracia. En sus discursos resalta permanentemente la libertad y la justicia social, que también derivan de la ética de equidad propia de los principios democráticos. Sus discursos no reflejan una ideología radical, lo que facilita los acuerdos sociales y políticos e inclusive lo acerca a los sectores ubicados en el centro. En 2004 el FA recibió votos provenientes de los partidos tradicionales. El sector liderado por Mujica fue claramente mayoritario y, sin duda, recibió aportes importantes provenientes de dichos partidos. Las encuestas de Factum están mostrando en la actualidad las posibilidades de intercambio de votos entre Mujica y Larrañaga. Por lo tanto, es innegable que no se le puede criticar ni poner en duda sus valores democráticos.

5. Ciertas veces introduce temas escabrosos para una campaña electoral, como el del secreto bancario. Pero también es justo destacar que lo hace con una intuición política envidiable, porque el tema aparecía en el mundo desarrollado como consecuencia de la actual crisis financiera internacional. Durante la discusión de la reforma tributaria, la DGI solicitaba el levantamiento del secreto bancario con exclusivos fines tributarios para controlar la evasión impositiva en las cajas de ahorro y en las cuentas corrientes. Esto no se concretó, pero se incorporó al programa del FA aprobado en su último congreso. Mujica planteó la posibilidad de una negociación del secreto bancario para lograr ventajas de carácter comercial. Las circunstancias obligaron al gobierno de Uruguay a negociar con la OCDE para ser ubicado entre los países cooperantes que, en el futuro, implementarán medidas de transparencia y de información bancaria y tributaria. Apoyamos totalmente la acción gubernamental de que en los acuerdos de inversión, donde se levante la doble tributación, se explicite la obligación de las partes de otorgar la información bancaria y tributaria requerida. En los hechos hay plena coincidencia entre el planteo del gobierno y el de Mujica. En ambos casos se negocia el levantamiento del secreto bancario. Mujica buscaba ventajas comerciales. El gobierno lo hace para no afectar las inversiones directas extranjeras.

6. Mujica es uno de los candidatos que otorga las mayores garantías para asegurar la unidad de la izquierda. La unidad es el gran tesoro de la izquierda nacional. Es el elemento central para ganar las elecciones de octubre y para conseguir la imprescindible gobernabilidad en el segundo gobierno. Su capacidad de diálogo y de acuerdos dentro de la izquierda lo transforma en uno de los candidatos más aptos para alcanzar este objetivo esencial.

* Economista. Senador por la lista 609-Frente Amplio.

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