Si bien unos 160 mil vehículos abandonaron Santiago ayer lunes, escapando del vértigo y la vorágine eleccionaria vivida el pasado domingo, los efectos del triunfo en los comicios del inversionista Sebastián Piñera seguirán marcando la agenda de los que aún no pueden o no deben tomarse vacaciones. Y, como era de esperar, las críticas y mea culpa en el bando perdedor llegaron generosas.

Los primeros en hablar fueron los llamados líderes del recambio en la Concertación. Carolina Tohá (PPD), ex vocera de Eduardo Frei; Ricardo Lagos Weber (PPD, hijo del homónimo ex presidente) y Claudio Orrego (DC), alcalde en ejercicio de la comuna de Peñalolén, en el Gran Santiago.

“(La Concertación) no puede seguir como está, tiene que ponerse al día con la sociedad de hoy y recuperar algo que estuvo en sus orígenes y que se perdió y que es la capacidad de trabajar en la diversidad, respetando, incluyendo y escuchando. Así es como vamos a volver a ser mayoría en Chile”, lanzó de entrada Tohá, hija de un ex ministro de Salvador Allende, muerto en dictadura y una de las caras frescas que llegaron al comando y que lo hizo rozar la hazaña el pasado domingo.

El edil, por su parte, realizó la primera autocrítica y fustigó la actuación de las cúpulas de los cuatro partidos políticos de la Concertación: la Democracia Cristiana (DC), el Partido por la Democracia (PPD), el Partido Radical (PR) y el Partido Socialista (PS).

“Lo que todo partido político que quiere tener futuro en Chile tiene que hacer, la DC incluida, es mirar con realismo y profundidad los resultados de ayer y darse cuenta de que cometimos muchos errores en estos años... No obstante, la obra maravillosa de la Concertación, que termina con una presidenta con 80 por ciento de adhesión, no fuimos capaces de traducir ese espíritu de país que construimos en una práctica política de los partidos”, despachó con fuerza.

Orrego, que participó ayer en un programa de la televisión estatal (TVN), se refirió además a la exigencia de los jóvenes de su partido para que Juan Carlos Latorre, presidente de la DC, deje el mando. “La caza de brujas es una mala consejera, hoy no se trata de salir a buscar cabezas, se trata de reflexionar qué hicimos mal y en un esfuerzo colectivo sacar las conclusiones”, indicó.

Esto sin perder la línea original de su discurso. “Llega el tiempo de ejercer nuevos liderazgos y eso habrá que hacerlo, pero cada cosa a su tiempo, no pongamos la carreta delante de los bueyes”, insistió.

En sus palabras, debe producirse “una posta entre la primera generación que fundó la Concertación y de la cual nos sentimos orgullosos y una nueva generación, pero eso no significa que se jubile a nadie por decreto, necesitamos la experiencia de los fundadores y el ímpetu de la gente nueva en un proceso unitario y no van a ser aventuras individuales, ni de mesías ni de iluminados”, acotó.

Lagos Junior, que además fue electo senador el pasado 13 de diciembre, agregó que “viene un proceso de reflexión, mirar para adentro y evaluar qué ocurrió, el año 2000 Lavín sacó 70 mil votos menos que Piñera, la Concertación sacó 300 mil votos menos. Esta elección no la ganó Piñera, la perdió la Concertación”.

Agregó que “hay un llamado claro de la ciudadanía de hacer un cambio en la forma de hacer política; los que tuvieron responsabilidades en las conducciones deben asumirlas”.

Coincidió además en la necesidad de aunar fuerzas progresistas, pero advirtió que “nadie puede pretender un liderazgo a partir de descalificar a los demás, hay que ser humildes y entender que no sobra nadie en el progresismo... hay que cuidar los liderazgos, que no son muchos, pero son buenos, comenzando por el de la presidenta Michelle Bachelet”.

A las anteriores declaraciones, se sumó más tarde el diputado (PS) Marcelo Díaz, quien aspira a reemplazar a Camilo Escalona al frente del PS. El actual timonel socialista ha sido cuestionado transversalmente, junto a su par de la DC, Juan Carlos Latorre, por no haber dado un paso al costado, luego de que el nuevo referente político chileno Marco EnríquezOminami (MEO) los instara, en medio de la campaña presidencial, a renunciar a sus cargos, como una forma de airear los partidos.

“Que (Escalona) ayude, que colabore, que asumamos que el desafío de la renovación no es un anhelo de quienes no han ocupado cargos directivos, sino que es una demanda ciudadana que se expresó en forma contundente en la elección presidencial”, sentenció Díaz.

En este escenario, las juventudes del PS y la DC han protagonizado algunos incidentes en las sedes de sus respectivos partidos. Desde anoche, los representantes demócratas cristianos mantienen una toma en el edificio central del conglomerado en pleno centro de Santiago, solicitando la salida del titular del partido.

El presidente de la JDC, Héctor Gárate, sostuvo que Latorre cometió errores durante la campaña que ahora debe asumir con humildad. “Es un error de arrogancia estar declarando que la DC ha ganado, eso no es así. La DC ha perdido, ha bajado su votación un 14 por ciento y ha perdido una candidatura presidencial, que no es menor”, sostuvo.

En tanto ayer, en la sede del Partido Socialista, un grupo de dirigentes intentó encadenarse en las puertas de la sede de calle París, también en el centro de esta capital.

El reclamo es una medida de presión para exigir la salida de Camilo Escalona, a quien califican de responsable por la derrota de Eduardo Frei.

Y si de dimes y diretes se trata, el presidente de la DC, Juan Carlos Latorre, sostuvo que las divisiones al interior del PS ayudaron a la derrota de Frei en el ballottage.

“La realidad de cada partido es distinta, nosotros tuvimos que enfrentar todo este proceso con varias candidaturas que tienen su origen en el propio PS y eso genera una situación extremadamente difícil de abordar”, indicó.

Agregó que “es evidente que hubo candidaturas de la Concertación que impidieron asociarse a una candidatura única, y cuando me refiero al PS es porque es evidente que en ese partido surgieron las candidaturas de Jorge Arrate, Alejandro Navarro y la del propio MEO”.

Acto seguido defendió sus colores al sostener que en la DC se produjo una situación distinta, ya que lograron “unificar una decisión en torno a un sólo candidato presidencial, que fue Eduardo Frei, en una junta nacional, en la que simultáneamente se eligió a una directiva”.

En paralelo a estas escaramuzas, la futura bancada comunista, a cargo de los tres parlamentarios de ese partido que llegaron al Congreso, se está organizando junto a un grupo de independientes y militantes del Partido Regionalista Independiente (PRI), también con tres representantes, para coordinar una fuerza opositora contra el futuro gobierno de Piñera.

Los tres parlamentarios electos del PC aseguraron que la elección del domingo es una mala noticia para Chile y Latinoamérica y cuestionaron que el futuro mandatario cumpla sus promesas. “El siempre dijo que iba a crear un millón de empleos. Yo lo quiero ver”, dijo el presidente del PC, Guillermo Tellier, quien aseguró que los comunistas defenderán los derechos de los trabajadores y una nacionalización del agua, entre otros temas. Hugo Gutiérrez, otro de los PC que estarán en el Parlamento, añadió que “la idea de Piñera de crear un gobierno de unidad nacional tiene más discurso que realidad. No creo que ni a la UDI ni a RN (los partidos de derecha) les interese hacer un gobierno de unidad con la Concertación, y tampoco creo que la Concertación tenga en sus planes estar dentro del gobierno de Piñera. La sola palabra nos causa cierto descrédito”, acotó.