EL MUNDO › EL GOBIERNO FRANCéS DECIDIó DESMANTELAR LA MITAD DE LOS CAMPOS ILEGALES DE LOS GITANOS

El último acto antiinmigrante de Sarko

El anuncio del presidente llegó tras la revuelta suscitada por la muerte de un joven a manos de la policía. Se procederá a la expulsión inmediata de los gitanos que perturbaron el orden público o participaron en algún tipo de fraude.

 Por Eduardo Febbro

Desde París

Al filo del mejor momento del verano y con el eco del megaescándalo de L’Oréal aún fresco en los oídos, el Ejecutivo francés encontró un nuevo argumento para hacer causa común: los gitanos. Luego del fallido debate sobre la identidad nacional y sus incontables deslices discriminatorios, seguido por la campaña contra el uso del velo integral, la burka, y sus no menos inenarrables excesos de lenguaje, Nicolas Sarkozy focalizó su última acción política en torno de los gitanos y los desórdenes que éstos desencadenaron hace poco más de una semana en la localidad de Saint-Aignan, en el centro de Francia. El gobierno tuvo que desplegar a 250 militares y dos helicópteros para frenar la revuelta de un grupo de 50 personas que atacaron la comisaría local luego de que la policía mató a un joven que no respetó un control rutero.

El joven de 22 años víctima de los disparos de las fuerzas de seguridad era de origen gitano, así como los integrantes del grupo que atacó la comisaría. El presidente francés no tardó en decretar la guerra a la violencia, a la “delincuencia” y, en especial, a los gitanos. Ayer reunió a media docena de ministros y responsables concernidos por la seguridad a fin de contraatacar en un terreno electoral fértil: el de la seguridad y el de los extranjeros. A través del ministro de Interior, Brice Hortefeux, el gobierno decidió el desmantelamiento de la mitad de los campos ilegales de los gitanos, en su mayoría de origen rumano. El ministro de Interior calcula que existen en Francia unos 300 campos de gitanos ilegales. También se procederá a la expulsión inmediata de los gitanos que perturbaron el orden público o participaron en algún tipo de fraude. Como suele ocurrir cada vez que los extranjeros están implicados en actos de violencia, el Ejecutivo puso en escena y en pantalla grande su discurso contra la inseguridad. La oposición socialista y ecologista denunció rápidamente el carácter oportunista de las acciones. Los verdes deploraron el corte “escandaloso” de la reunión organizada ayer por Sarkozy entre ministros “especialistas en los delirios paranoicos antiextranjeros”.

Por medio de su portavoz, Djamila Sonzogni, los ecologistas estimaron que el presidente francés “estigmatiza” esas poblaciones para “esconder el fracaso de su política”. Benoit Hamon, del Partido Socialista, acusó al jefe del Estado de “explotar los clichés según los cuales los gitanos estarían forzosamente asociados a la rapiña y al robo”.

Ayer, varios representantes de la Unión Francesa de Asociaciones de Tziganos (UNAT) deploraron no haber sido invitados por Sarkozy a la cumbre de la seguridad celebrada en el palacio presidencial. El abogado de la UNAT, Henri Brau, consideró que todos estos dispositivos represivos llevan a que “por primera vez desde la Liberación asistimos a una política de naturaleza racial”. El Estado francés está de hecho en falta con los gitanos. Una ley de julio de 2000 prevé la habilitación de 42.000 estacionamientos para las caravanas de los gitanos. Hasta hoy, menos de la mitad ha sido construida. Ello obliga a estos pueblos nómadas a estacionar allí donde pueden con los consiguientes roces con las poblaciones locales, que ven con ojos desconfiados ese tipo de vida.

La ofensiva del gobierno contra los gitanos se hizo extensiva a nivel europeo. El lunes, el secretario de Estado francés para los Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, propuso a los colegas de la Unión Europea una acción común: “Si no queremos encontrarnos a contratiempo de los movimientos negativos de la opinión pública, debemos actuar juntos”, dijo Lellouche.

En Europa hay nueve millones de ciudadanos considerados como roms, o sea, gitanos de origen rumano o búlgaro. En 2008, los roms fueron objeto de una ruda campaña de violencia en Italia y su presencia nómada en los alrededores de las grandes ciudades, donde se los asocia con el crimen y el robo, siempre ha planteado problemas. Sin lugar a dudas, las opiniones públicas les son hostiles. En Francia hay 400.000 gitanos, de los cuales el 95 por ciento son franceses y una tercera parta, nómadas. Los llamados roms tziganos oriundos de Bulgaria, Rumania y Europa central representan una minoría. En 2009 Francia expulsó a unos 10.000 roms, 8000 de ellos hacia Rumania. La opinión publica será sensible al discurso de Nicolas Sarkozy. Sin embargo, el vigor exagerado de los argumentos empleados por el Ejecutivo, una vez más de corte racial, han creado una polémica que empaña los objetivos de la enésima estrategia de seguridad del jefe de Estado.

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La ofensiva del gobierno de Nicolas Sarkozy contra los gitanos se hizo extensiva a nivel europeo.
Imagen: AFP
 
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