EL MUNDO › ITALIA ANUNCIA RECORTES DE GASTOS DEL ESTADO

Berlusconi manos de tijera

 Por  Elena Llorente

Desde Roma

El gobierno italiano está apuradísimo por demostrarles a los demás países europeos y al mundo, como a los especuladores de la Bolsa, que es capaz de reducir su deuda y que está decidido, al menos en palabras, a estimular el crecimiento. Para ello, y después de reuniones extraordinarias con empresarios, sindicatos, regiones y provincias y con los pocos parlamentarios que se quedaron en Roma en este mes de vacaciones, aprobó un decreto que contiene una serie de medidas urgentes para comenzar a equilibrar las cuentas del Estado y dar una señal positiva a los mercados luego de semanas de altibajos y pérdidas en las Bolsas europeas.

Una seria preocupación ha reinado en las altas esferas del país y en los ambientes laborales en estos últimos días. El propio presidente de la república, Giorgio Napolitano, que estaba de vacaciones, volvió antes, y Silvio Berlusconi, que estaba con su familia en Cerdeña, también, cuando la situación se hizo más caótica. El Banco Central Europeo envió esta semana al gobierno de Berlusconi una carta reservada, intimándolo a tomar una serie de medidas urgentes para evitar la caída de la economía. La marcha de las Bolsas internacionales esta semana, en particular las europeas, fueron una clara señal de que la estructura se estaba tambaleando, aunque no sólo la italiana, por cierto. Berlusconi y su gobierno pensaron que anunciar el anticipo a 2013 del plan de ajustes que debería equilibrar las cuentas del Estado, previsto originariamente para 2014, sería suficiente.

Las medidas concretas, pensaron, podrán ser dadas a conocer en septiembre, cuando el Parlamento retome su actividad. Pero no, el tsunami financiero que azotaba a los mercados del Viejo Continente no se detuvo y corría riesgo de arrastrar no sólo a España, en crisis desde hace tiempo, sino a Italia. Previendo esta desgracia, que de concretarse hubiera puesto en serias dificultades a toda Europa, el Banco Central Europeo anunció la compra de bonos del Estado español y del italiano. Aunque esa medida ayudó a lentificar la histeria de los mercados, tampoco resolvió el problema completamente.

En este contexto de desesperación europea –Berlusconi también recibió presiones del presidente de Francia y de la canciller alemana– hay que colocar el decreto aprobado hoy, teniendo presente además que Italia tiene una deuda pública que en junio alcanzó 1,9 billón de euros, según datos del Banco Central italiano. Su crecimiento económico, por otro lado, está por debajo de la media europea desde la crisis de 2008. Un país que debe recortar sus gastos a toda costa difícilmente pueda estimular el crecimiento de su economía, dicen los expertos, y de ahí los temores de recesión. El decreto incluye, entre otras cosas, la llamada “contribución de solidaridad”, un impuesto especial para los empleados que ganen más de 90.000 y 150.000 euros al año y para los trabajadores independientes que superen los 55.000 euros al año.

También aumenta progresivamente, a partir de 2015, la edad de jubilación de la mujer a 65 años, anula 36 provincias y varios municipios pequeños y reduce el presupuesto de ministerios y regiones. Pero no se tocó el IVA, por ejemplo, para no remar en contra del consumo y en consecuencia del crecimiento económico. El plan del gobierno en definitiva deberá recortar 45.000 millones de euros de gastos del Estado en dos años, 20.000 en 2012 y el resto al año siguiente.

“Mi corazón sangra por haber tenido que meter la mano en el bolsillo de los italianos. Me siento acongojado por haber tomado estas medidas, pero al mismo tiempo estoy satisfecho del trabajo que hemos hecho junto a los ministros del gabinete”, dijo Il Cavaliere en la rueda de prensa que concluyó el consejo de ministros el viernes por la noche. También dijo que las medidas fueron aprobadas por unanimidad y que el gobierno está dispuesto a recibir propuestas y mejoras de parte de la oposición.

El decreto, que pasa ahora a la firma del presidente de la república, comenzará a regir pero deberá ser convertido en ley por el Parlamento en el término de 60 días.

La oposición al gobierno, el Partido Democrático e Italia de los Valores principalmente, no deja de criticar y coincide con algunos economistas que dicen que uno de los factores fundamentales de la situación de inestabilidad económica es la falta de credibilidad de este gobierno.

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