Los estudiantes británicos se volcaron masivamente a las calles de Londres para protestar por la inminente suba de las matrículas universitarias surgida de un proyecto presentado por conservadores y liberales demócratas. La controvertida medida da luz verde a las universidades para que tripliquen el precio de las tasas que los alumnos deben pagar para acceder a la educación superior. Sin cifras oficiales, los organizadores de la movilización calcularon que unos 10 mil jóvenes londinenses volvieron a manifestarse contra una reforma educativa que consideran abusiva. Los choques entre manifestantes y policías alcanzaron su pico máximo de violencia en 2010, cuando se anunció que, a partir de 2012, las universidades podrán elevar el valor de las tasas universitarias de ingreso anual de 3290 libras (unos 5200 dólares) a 9000 libras (14.000 dólares aproximadamente). Veintidós indignados que acampaban en el centro de la ciudad fueron detenidos por la policía.

Ante el temor de que se repitieran nuevos incidentes y tras las duras críticas que la policía recibió el año pasado por su incapacidad para controlar a los manifestantes, Scotland Yard desplegó un operativo policial con 4000 agentes que controlaron el recorrido de los estudiantes por el centro de Londres de a pie, a caballo e incluso desde helicópteros. Antes de que la movilización comenzara, las autoridades policiales anunciaron que, en caso de ser necesario, utilizarían balas de goma para reprimir la protesta. Después de recorrer pacíficamente el centro de la capital británica, los manifestantes emprendieron su marcha hacia el corazón bursátil de la ciudad, donde acampan los indignados.