EL MUNDO › EL PAPA RATZINGER HABLó A SU LLEGADA A CUBA, DONDE FUE RECIBIDO POR RAúL CASTRO

“Cuba va a ensanchar sus horizontes”

El Sumo Pontífice visita la isla para fomentar la fe entre los cubanos. Castro se congratuló por los fuertes vínculos entre La Habana y el Vaticano, a la vez que remarcó que sigue firme el embargo que ya había verificado en su visita Juan Pablo II.

El papa Benedicto XVI aterrizó ayer en Santiago de Cuba, proveniente de México, en la segunda y última parada de su gira latinoamericana, en una ciudad conmocionada por su visita. El presidente Raúl Castro lo recibió no bien puso un pie en suelo cubano, junto con cuatro niños a quienes bendijo, para luego ser saludado por una guardia de honor y salvas de cañones en el aeropuerto Antonio Maceo. Allí lo esperaba una multitud de fieles y autoridades gubernamentales y eclesiásticas.

“Estoy convencido de que Cuba está mirando el mañana para renovar y ensanchar sus horizontes, tarea a la que contribuirán esos valores que han caracterizado al pueblo cubano”, dijo el Sumo Pontífice en su primer discurso en la isla, en el que resaltó la veneración que la sociedad cubana tiene por su patrona, la Virgen de la Caridad del Cobre, a cuyo santuario acudirá hoy. “Deseo ir a El Cobre a postrarme ante la madre de Dios para pedir por todos ustedes para que vayan por caminos de justicia, paz, libertad y reconciliación”, dijo Joseph Ratzinger, quien expresó que llegaba a Cuba para alentar a su pueblo en la fe y la esperanza y aseguró que lleva en su corazón las alegrías y preocupaciones de todos los cubanos, entre los que destacó a los “jóvenes y los ancianos, los adolescentes y los niños, los enfermos y los trabajadores y los presos y sus familiares”, en el primer guiño político de su visita, aunque por ahora no manifestó ninguna intención de reunirse con la disidencia política. El Vaticano había emitido un comunicado la semana pasada en el que calificaba al marxismo como doctrina fuera de la realidad.

Momentos antes, Castro le había dado a Benedicto una cálida bienvenida en nombre de la Nación y destacó su influencia con sus ideas en las cuestiones que asuelan al mundo, como la crisis global, la corrupción, el desequilibrio en la distribución de los recursos y la falta de democracia. Esta es la segunda vez que un pontífice aterriza en la isla, ya que la primera fue en 1998, ocasión en que Fidel Castro recibió al papa Juan Pablo II. El presidente se refirió a aquella visita histórica y recordó que el embargo financiero, económico y comercial al que Estados Unidos somete a Cuba desde 1960 permanece firme como en aquella oportunidad.

“La potencia más poderosa que ha conocido la Historia ha intentado despojarnos, infructuosamente, del derecho a la libertad, a la paz y a la justicia. El pueblo cubano ha hecho tenaz resistencia, sabiendo que ejercemos también un derecho legítimo cuando seguimos nuestro propio camino –recalcó–. Sin razón a Cuba se la calumnia, pero nosotros confiamos en que la verdad de la que jamás nos apartamos siempre se abre paso.” “El objetivo sigue siendo causar hambre, desesperación y derrocamiento del gobierno; sin embargo, la nación siguió cambiando todo lo que tiene que ser cambiando, con libre participación del pueblo en decisiones trascendentales, incluidas las económicas y sociales, cuando en casi todo el mundo son patrimonio de las elites”, denunció Castro. Por último, el presidente se congratuló por los fuertes vínculos entre La Habana y el Vaticano. “Nos satisfacen las estrechas relaciones entre la Santa Sede y Cuba, que se han desarrollado sin interrupción durante 76 años, siempre basadas en el respeto mutuo y en la coincidencia en asuntos vitales para la Humanidad”, dijo Castro.

Al finalizar la ceremonia de bienvenida, transmitida en directo por varios canales de la región, Benedicto se trasladó en el papamóvil hasta el arzobispado de Santiago de Cuba, en cuyo trayecto fue saludado por una multitud de fieles que formaba cordones humanos a ambos lados del camino. Desde ayer a la mañana la isla se vio inundada de banderas, pancartas y carteles de bienvenida en distintas ciudades a la espera de la llegada de Benedicto, quien permanecerá tres días en la isla en visita de estado. En calles, avenidas, instalaciones públicas, templos católicos, vehículos, negocios y casas abundaron las muestras de cálido recibimiento al Peregrino de la Caridad, que es el lema que acompaña al Sumo Pontífice en este viaje.

La agenda del Papa incluyó una misa en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, adonde llegó el presidente Castro vestido con camisa blanca. La plaza desbordó de decenas de miles de personas, en una misa por el 400º aniversario del descubrimiento de la estatua de la virgen patrona de Cuba. Hoy se celebrará una eucaristía privada en la capilla de la Casa de Retiro y Convivencias, y poco después subirá como peregrino hasta el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre.

Después se trasladará a La Habana, donde será recibido por el menor de los Castro y, aunque el Vaticano no lo descartó, no está previsto un encuentro con el mayor, Fidel. El acto central de la visita papal consistirá en una misa a cielo abierto en la Plaza de la Revolución, donde se estima una masiva concurrencia. En esta homilía se espera que Benedicto condene el bloqueo económico de más de medio siglo, tal como días atrás se pronunció oficialmente el Vaticano, al dar detalles del viaje del Sumo Pontífice. Unas horas después de la homilía, el papa Benedicto XVI tiene previsto regresar a Roma.

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El acto central de la visita papal consistirá en una misa a cielo abierto en la Plaza de la Revolución.
 
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