EL MUNDO › LA CENTRAL OBRERA BOLIVIANA EMPEZó UNA HUELGA DE 72 HORAS

Arrancó el paro de la COB

En varias ciudades de Bolivia, médicos, mineros y estudiantes, entre otros, se enfrentaron a la policía armados de molotov y pedazos de dinamita. Los manifestantes rechazan las propuestas del Ejecutivo.

 Por Sebastián Ochoa

Desde La Paz

Bolivia lleva más de siete semanas de conflictos de diferentes sectores sociales con el gobierno de Evo Morales. En las próximas 48 horas amenazan con pronunciarse, luego de que ayer comenzara con violencia el paro de tres días convocado por la Central Obrera Boliviana (COB). En varias ciudades del país, fundamentalmente en La Paz, médicos, mineros y estudiantes, entre otros, se enfrentaron a la policía armados de molotov y pedazos de dinamita. Las propuestas del presidente Morales para calmar los ánimos son sistemáticamente rechazadas por las organizaciones en protesta, que exigen mayores salarios y mejores condiciones para trabajar.

La mañana de ayer, cientos de policías y un carro Neptuno estaban listos en el centro paceño para atender a los manifestantes, quienes bajaron en fila desde la ciudad de El Alto. Estudiantes de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y de la Universidad Popular de El Alto (UPEA) se dirigieron hacia la plaza Murillo (donde están el Congreso y la Casa de Gobierno) y enfrentaron a los policías con piedras, molotov y cachorros de dinamita aportados por mineros venidos de Huanuni y otras regiones del país. La pelea callejera terminó con 20 heridos –la mitad de cada bando–.

Los trajes verdes de los policías y sus escudos terminaron chorreando pintura rosada lanzada por los estudiantes de medicina, quienes se pusieron delantales blancos para ir al choque. Los gases policiales estuvieron horas flotando en las cuadras cercanas a la plaza principal.

Enfrentamientos similares tuvieron lugar en Tarija y Potosí. En Santa Cruz y Beni cortaron las rutas. En Cochabamba, el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) reunió a 30 mil cocaleros para expresar su respaldo al “proceso de cambio”. Además, agredieron a la manifestación local de trabajadores de salud, a tono con el llamado “al pueblo” que el día anterior hizo el vicepresidente, Alvaro García Linera, para “defender la salud pública”.

“Los conflictos sociales que están alentados por logias y partidos de la derecha no socavarán la fortaleza del proceso revolucionario. La conspiración debe ser derrotada por manifestaciones de esta naturaleza, que demuestra la fortaleza del gobierno”, dijo la presidenta del MAS Cochabamba, Leonilda Zurita.

El paro de 72 horas convocado por la COB tiene adhesión de sus afiliados. Pero los sindicatos de actividades productivas, como la petrolera y la minera, se negaron a detener sus actividades, aunque sí mandaron representantes a manifestarse en las calles. Los maestros, que hasta hace dos semanas estaban en huelga, decidieron participar de las movilizaciones, pero sin suspender las clases. Argumentaron que las escuelas ya habían estado cerradas el lunes y el martes, a raíz del paro de 48 horas realizado por los trabajadores del transporte.

“El paro de 72 horas es el preparativo de la huelga general indefinida”, dijo el secretario ejecutivo de la COB, Juan Carlos Trujillo. La central obrera exige un aumento salarial superior al 8 por ciento, establecido por el gobierno el 1º de mayo último. Según un estudio realizado por la COB, un hogar de este país necesita un ingreso de 8039 bolivianos mensuales para sostener a la familia. La suma equivaldría a 1140 dólares, cantidad considerada descabellada por el gobierno, ya que el salario mínimo en Bolivia es de 140 dólares.

El sector más aguerrido en este paro es el de los trabajadores de salud. Resulta que en 1964 el gobierno de Víctor Paz Estenssoro había decretado que médicos, dentistas y farmacéuticos trabajan sólo seis horas por día. Ahora, Morales sacó un decreto para hacerlos trabajar ocho horas por el mismo precio. “Ratificamos que para la discusión de cualquier tema (con el gobierno), en cualquier escenario, está primero la abrogación del Decreto 1126 (sobre las ocho horas laborales para el sector Salud). Nosotros, los trabajadores, no vamos a retroceder en esa demanda de abrogación”, agregó Trujillo. La semana pasada, el presidente anunció que estaba “suspendido” el Decreto 1126, pero para la COB no es suficiente. Morales también convocó a los médicos a una cumbre de la revolución de la salud para debatir el tema, junto a las organizaciones campesinas aliadas al gobierno. Indígenas no habría, porque nuevamente están en marcha hacia esta ciudad para pedir al presidente que respete los acuerdos suscritos en octubre de 2011, con la anterior marcha, para que ningún proyecto carretero atraviese el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).

“Nunca hay horario para atender a los pacientes, para eso hacemos el juramento hipocrático. Pero el gobierno exige que trabajemos dos horas más, dicen que ‘para bajar el índice de mortalidad’. Es un argumento falso, porque en realidad quieren tapar la poca capacidad del gobierno para cumplir con lo que dice la Constitución: que toda la población esté incluida en un Sistema Universal de Salud. Aceptamos trabajar ocho horas, pero que nos paguen por las ocho horas. Y si asistimos a una cumbre, queremos que esté dirigida con un criterio técnico, no que decidan los políticos”, dijo a Página/12 Miguel Urquieta, representante de la Organización Boliviana de Estudiantes de Medicina.

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El sector más aguerrido es el de los trabajadores de la salud.
Imagen: EFE
 
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