EL MUNDO › EL FORO DE SAN PABLO CONCLUYO CON UN ACTO MULTITUDINARIO Y DECLARACION FINAL

Cierre y denuncia al golpe en Paraguay

El punto 27 de la declaración final dice sin ambigüedad que el Foro de San Pablo brinda todo su apoyo al presidente paraguayo Fernando Lugo “desconociendo al gobierno de facto encabezado por el golpista Federico Franco”.

 Por Eduardo Febbro

Desde Caracas

El Foro de San Pablo organizado en Caracas concluyó su decimooctava edición con un acto multitudinario celebrado en el Teatro Teresa Carreño de la capital venezolana y con una declaración final en la que se puso el acento crítico contra el golpe de Estado en Paraguay. El punto 27 de la declaración final dice sin ambigüedad que el Foro de San Pablo brinda todo su apoyo al presidente paraguayo Fernando Lugo “desconociendo al gobierno de facto encabezado por el golpista Federico Franco y anunciando acciones continentales a favor de la democracia, del respeto a la voluntad popular expresada en abril de 2008 y por la unidad e integración de los pueblos y gobiernos de América latina y el Caribe”. Los miembros del Foro también hacen una mención explícita a México y sus controvertidas elecciones presidenciales. El documento con que se cierran estos tres días de discusiones anota que “una vez más, la derecha mexicana recurrió a la manipulación mediática y de las encuestas, a la compra de votos y a todo tipo de fraude para imponer su voluntad en contra de los mejores intereses del pueblo mexicano”.

En uno de los discursos que cerraron el Foro, José Ramón Balaguer, miembro del buró político del Partido Comunista cubano y perteneciente a la generación histórica que luchó contra el régimen de Batista, declaró que “hechos como los ocurridos en Paraguay pretenden detener los cambios progresistas en América latina”. Balaguer agregó que, para él, “los principales grupos de poder de Estados Unidos reactivan una ofensiva hegemónica” contra lo que calificó como el principal objetivo de esos grupos, es decir, “los países que componen el Alba”.

En sus 33 puntos, la declaración final del Foro destaca que la crisis financiera internacional “está lejos de ser superada” al tiempo que denunció en un extenso párrafo los intentos golpistas que aún pululan en América latina. Prueba de ello lo que ocurrió en Venezuela en 2002, los “varios intentos de golpe en Bolivia”, el derrocamiento del presidente de Honduras en 2009, la “asonada de Ecuador” en septiembre de 2010, y, hace apenas unas semanas, “el derrocamiento del presidente paraguayo, Fernando Lugo”. El punto 5 del texto acota que “el golpe de Honduras y el derrocamiento de Fernando Lugo señalan que la derecha está dispuesta a utilizar vías violentas y/o manipulación de las vías institucionales para derrocar a gobiernos que no les sirvan a sus intereses”.

El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, explicó que estos acontecimientos obedecen a una única lógica: “la pretensión de las oligarquías de recuperar el poder se debe a las grandes riquezas con las que cuenta nuestra América”. Ricardo Patiño pronunció un extenso discurso, cantó un “adelante marchemos compañeros, avancemos hacia la revolución”, canción histórica de los sandinistas, y, al final, confirmó que Quito estaba “analizando” el pedido de asilo formulado por el fundador de WikiLeaks, Julian Assange.

Por lo pronto, los miembros del Foro pusieron el acento en la posición de los medios de prensa de la derecha, en esas grandes corporaciones “capaces de colocarse por encima de los poderes públicos que emanan del sufragio universal”. El Foro de San Pablo considera que “es éste, quizá, uno de los retos más grandes que tienen por delante los gobiernos de la izquierda: democratizar la comunicación”. La declaración denunció los intentos del imperialismo que “busca debilitar los mecanismos de integración latino y sudamericanos, impulsando la Alianza del Pacífico”. El punto Nº 17 también arremetió contra el falso discurso “verde” de los conservadores: “La derecha intenta apropiarse simbólicamente del discurso en defensa del medio ambiente, olvidando las políticas neoliberales depredadoras de la madre tierra y la deuda ambiental que el capitalismo tiene con el mundo”.

En una intervención tan brillante como lúcida, Luis Dilce, representante de la Fundación Lula y miembro del PT, dijo que la izquierda latinoamericana dio una extraordinaria demostración de que es capaz de gobernar “con más calidad técnica, de gestión y administrativa y con otro proyecto alternativo al neoliberalismo”. No sin razón, Dilce afirmó que “los gobiernos progresistas de América latina están en la vanguardia del humanismo contemporáneo”.

El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, envió un mensaje-video a los participantes del Foro que fue aplaudido de pie por el mismo presidente venezolano Hugo Chávez. En su mensaje, Lula recordó que, cuando el Foro se creó hace 18 años, “en aquella época, la izquierda sólo estaba en el poder en Cuba”. Ahora, recordó Lula, “somos un referente internacional a una alternativa victoriosa al neoliberalismo”. Inmediatamente después habló el presidente de Venezuela: Chávez le dijo a Lula que cuando se volvieran a ver, muy pronto, se iban a dar un abrazo “grande como este mundo”. Chávez recordó que la primera vez que conoció a Lula fue en 1996, en El Salvador. Chávez también entonó un canto revolucionario cuando rindió un homenaje a Fidel Castro: “Fidel, qué tiene Fidel, los imperialistas no pueden con él”, cantó Chávez en coro con el público.

En los párrafos finales, la declaración final expresó su solidaridad con el pueblo de Haití y su “apoyo al proceso de paz en Colombia, donde sigue vigente la lucha por una solución política al conflicto armado, por la paz con justicia social y por un nuevo modelo económico y social que garantice los derechos humanos y de la naturaleza”. El documento también respalda “la lucha por la soberanía y autodeterminación de Palestina” y, paralelamente, manifiesta de forma tajante su rigurosa oposición “a cualquier intervención armada externa en Siria e Irán”. Tres días de cruces, ideas, intercambios, contactos, confrontaciones y enriquecimientos, a través de la exposición de los representantes de la izquierda del mundo, terminan con un anhelo final: “Otro mundo es posible y nosotros lo estamos construyendo: un mundo socialista”.

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La ceremonia de cierre se hizo en el Teatro Teresa Carreño de la capital venezolana.
Imagen: AFP
 
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