EL MUNDO › EN BRASIL, EL GOBIERNO PIDIó QUE SE GARANTICEN LOS SERVICIOS

Oleada de paros de estatales

El gobierno de Rousseff y los sindicatos discrepaban sobre la amplitud y la adhesión a la medida de fuerza que realizan varios organismos públicos. Según los dirigentes gremiales, unos 370 mil funcionarios pararon.

El gobierno de Brasil y los sindicatos de empleados públicos discrepaban ayer sobre la amplitud y la adhesión al paro que realizan varios organismos estatales. A través de esta medida, que incluye la paralización de actividades de la Policía Federal por tiempo indeterminado, los empleados reclaman aumentos salariales.

De acuerdo con el secretario general de la Confederación Nacional de los Trabajadores del Servicio Público Federal (Condsef), José Milton Costa, el movimiento alcanza a 28 organismos y mantiene de brazos cruzados a unos 370 mil funcionarios, cifras que fueron cuestionadas por el Ministerio de Planificación. “Si fuera así, tendríamos el servicio completamente comprometido, y no lo está; hay poquísima gente parada y mucha haciendo barullo”, según dijo el secretario de Relaciones de Trabajo de ese Ministerio, Sérgio Mendonça, reportó el diario Folha de Sao Paulo. En tanto, el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, manifestó que los líderes gremiales deben actuar con responsabilidad garantizando los servicios públicos esenciales y tener en cuenta que los recursos del gobierno se vieron afectados por la crisis internacional.

Por su parte, el presidente del Foro Nacional Permanente de Carreras Típicas de Estado (Fonacate), Pedro Delarue, aseguró, citado por la agencia estatal ABR, que el gobierno está intransigente. “La alegación principal del gobierno para la falta de reajustes es la crisis internacional, pero eso no justifica el congelamiento de los salarios desde 2008; el PBI (Producto Bruto Interno) ha subido, pero los salarios no acompañan (el aumento), entonces hay margen para reajustes”, afirmó Delarue.

La tensa relación entre el gobierno de la mandataria de Brasil y los funcionarios públicos federales que reivindican mejoras salariales, entre otros reclamos, se produce cuando faltan días para que el Ejecutivo envíe al Parlamento el Presupuesto para el 2013. Portavoces de los sindicatos advirtieron que enfrentarán la “intransigencia” del gobierno y que mantendrán las paralizaciones hasta lograr reanudar las negociaciones. Una muestra del malestar, según detalla Folha, es que militantes de la mayor central sindical brasileña, la Central Unica de los Trabajadores (CUT), asociada históricamente al gobernante Partido de los Trabajadores (PT), llamaron el miércoles “traidor” al ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Gilberto Carva-lho, encargado de negociar con los sindicatos.

El vínculo entre el Palacio del Planalto y los sindicatos comenzó a deteriorarse cuando el gobierno anunció el descuento de los días de paro y se agravó después de un decreto, en julio, que permitió reemplazar a los empleados federales en paro por otros de las provincias. Desde hace unos quince días los sindicatos redoblaron las protestas y surgieron nuevos focos de conflicto. De este modo, a las huelgas que venían manteniendo desde hace más de dos meses los docentes y administrativos de varias universidades federales, se sumaron el lunes la Policía Federal, que alcanza a todos los estados brasileños, y la Policía Caminera. Ambos cuerpos policiales realizan la llamada operación padrón, que consiste en intensificar las fiscalizaciones, lo que retrasa el normal funcionamiento de los servicios, sobre todo en los aeropuertos. También están en huelga los funcionarios del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra), del Archivo Nacional, de la oficina impositiva, de los ministerios de Salud, Planificación, Medio Ambiente y Justicia y de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), encargados de autorizar el ingreso de productos importados y cuya huelga impactó en los perecederos y en los fármacos. El reciente paro de los trabajadores del Ministerio de Agricultura es otro factor que perjudica a los exportadores y empresarios del sector frigorífico, que manifestaron su preocupación y el inminente aumento de la carne. En este contexto, el dirigente sindical Artur Henrique advirtió que, a diferencia de otras huelgas que eran concentradas en un sector, ésta tiende a ampliarse.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, analizó el lunes la situación con su predecesor Luiz Lula da Silva, con quien se reunió y mantuvo una comunicación telefónica, ocasión en la que la presidenta criticó a la CUT por actuar con intransigencia, según revelaron medios locales. En tanto, fuentes próximas a la central sindical dejaron trascender que solicitaron a Lula que interceda frente a la mandataria para arribar a puntos de consenso ante la demanda de los trabajadores.

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Un grupo de huelguistas de la Policía Civil de Brasilia se enfrentó a las autoridades frente al Planalto.
Imagen: EFE
 
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