EL MUNDO › LONDRES DEBATE, AUNQUE NO INGRESARA EN EL EURO

Un “ni” para no dejar la libra

Por Walter Oppenheimer *
Desde Londres

Londres revelará el 9 de junio en los Comunes su dictamen sobre el grado de preparación de la economía británica para entrar en el euro, según anunció ayer el portavoz oficial de 10 Downing Street. Desde hace semanas se sabe que ese dictamen será negativo y aplazará de nuevo, al menos por un año, el ingreso de la libra en la moneda europea. Pero el primer ministro Tony Blair ha forzado de aquí a entonces un amplio debate en el gabinete sobre el euro y la política europea, un primer paso para dejar abiertas las puertas a un referéndum en esta Legislatura.
No hay margen para la sorpresa. Gordon Brown, el poderoso canciller del Exchequer (ministro del Tesoro), pronunciará el 9 de junio un dictamen negativo. “Todavía no”, dirá. La economía británica aún no cumple los cinco criterios, perfectamente subjetivos, que el propio Brown impuso en otoño de 1997 como condición para el ingreso en el euro. Es decir, la convergencia del ciclo económico británico con el de la zona euro, suficiente flexibilidad de adaptación, impacto positivo para la creación de empleo, para los servicios financieros y para la inversión extranjera. Lo que no se sabe todavía es si se impondrá la tesis del primer ministro Blair de que hay que dejar la puerta abierta a un cambio de posición y no descartar la posibilidad de un referéndum en esta legislatura aunque sea apurando el plazo legal de cinco años y retrasando las elecciones generales a la primavera de 2006.
Más allá de la posición de Brown, que ha ido aumentando su escepticismo hacia la moneda europea al tiempo que disminuían sus posibilidades de suceder a Blair como primer ministro a corto plazo, es la propia coyuntura política europea la que impide cualquier posibilidad del triunfo del sí al euro en un referéndum hasta que se disipen las desavenencias generadas entre la Vieja Europa y los primos transatlánticos a propósito de Irak.
Pero las filtraciones de que el responsable del Tesoro iba a aprovechar las circunstancias para aplazar cualquier referéndum hasta 2007 y el ingreso quizás hasta 2010 desataron en las últimas semanas una fuerte división en el seno del gabinete y una virulenta reacción de los partidarios del euro. Las amenazas lanzadas por varias decenas de empresas multinacionales, que pronosticaban una fuga de inversiones en masa hacia el continente, las declaraciones de varios ministros, diputados laboristas y también conservadores a favor de mantener las puertas abiertas a un referéndum en un plazo relativamente corto, permitieron a Tony Blair ganar margen para provocar un debate en el seno del gabinete desde ahora hasta el 9 de junio.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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