La esperanza y la expectativa crecen por el anuncio de los diálogos de paz entre la guerrilla de las FARC y el gobierno colombiano. Ayer, los rebeldes dieron a conocer un video en Internet donde alias “Timochenko” afirma que “llegamos a la mesa de diálogos sin rencores ni arrogancia”, lo que fue recibido como una muestra de compromiso de parte de los insurgentes que, tras la declaración del comandante en jefe, presentan una canción en ritmo de rap donde afirman que “el burgués que nos buscaba no nos pudo derrotar”, refiriéndose a Juan Manuel Santos, presidente de Colombia.

Para Ariel Avila, coordinador del observatorio de conflicto armado de la Corporación Nuevo Arco Iris, el video es una evidencia “de que esta vez las FARC sí toman en serio la negociación”, y agrega que, a diferencia de lo que ocurrió en el pasado proceso de paz que culminó fracasado en el año 2000, el diálogo actual sí va a funcionar. “Primero, porque esta vez la conclusión del proceso está dicha antes de empezar: dejar las armas. Segundo, está claro que no se va a negociar la aspiración de las FARC de llegar al poder por vía armada. Tercero, hay gran presión social en especial desde las zonas rurales.”

El optimismo lo encabeza el mandatario, quien aseguró a los medios que “siempre todas las guerras terminan con un tipo de acuerdo y por eso queremos ponerle fin a este conflicto a través de un diálogo sin que volvamos a repetir los errores del pasado”. A éste se refirieron como “Chuky” los guerrilleros en la canción que tomó ayer las redes sociales. Con uniformes, camisetas del Che Guevara e instrumentos musicales, un hombre y una mujer entonan: “El pedante Chuky Santos se vio en la necesidad de pedirle a Fidel Castro que lo ayude con las FARC”.

Cuba es uno de los cuatro países hasta ahora confirmados como participantes en los diálogos. En el documento de agenda y procedimientos que firmaron el gobierno y los insurgentes, se habla, además de Noruega como garante, de Venezuela como país facilitador de logística y acompañante, y de Chile como acompañante. En el campo internacional, uno de los principales retos será la no extradición de los guerrilleros a Estados Unidos, lo cual, según Avila, “no va a ser nada fácil”. Para este politólogo, otro reto es lograr “que la Corte Penal Internacional no dañe lo que se negocie en la mesa”, además de que hay que tener en cuenta que el año próximo comienza la campaña electoral y además se pensará en la reelección de Santos. También “hay un gran obstáculo que son las elites regionales, los mafiosos y los uribistas”.

Para el presidente, quien no para de recibir críticas de los sectores más radicales por acceder a la negociación con la guerrilla, el optimismo está en la primera línea: “Ojalá que podamos llegar a ese sueño que tenemos todos los colombianos, porque llevamos casi 50 años en esta guerra que tanto dolor y tanta violencia nos ha causado”. Avila recuerda que se llega a la negociación porque, en muchos lugares, el conflicto ha deteriorado bastante el país. “Hay puramente una necesidad de paz, y además gran parte de la riqueza petrolera y energética está en zonas de las FARC; hay inversionistas presionando en ese sentido”.

Por su parte, en la cartera de Defensa anunciaron que no detendrán por ahora sus ataques al grupo guerrillero, que además es traficante de armas y cocaína. Ayer, nueve rebeldes fueron “abatidos” en combates en diversos regiones del país y, al mismo tiempo, la guerrilla realizó dos atentados en poblados civiles.

Esa postura es respaldada por el designado ministro del diálogo social, Luis Eduardo Garzón, quien opinó que “la ofensiva debe seguir”: Garzón, ex militante del opositor partido Polo Democrático Alternativo, asegura además que los Estados Unidos “va a ser un legitimador” de los diálogos “y se ha reflejado en Naciones Unidos y la OEA”.

Ariel Avila concluye que el proceso de negociación con las FARC, la guerrilla más antigua del mundo que contaría con unos ocho mil combatientes actualmente, “será muy difícil, obviamente, porque si no, no llevaríamos tantos años de conflicto, pero hay mucha esperanza”. Colombia, asevera Avila, tiene que escoger si se desangra otros quince años o si de una vez por todas apuesta a la paz.